Como efecto de la acción del pueblo contra las autoridades, un ejidatario y dos ejidatarias fueron remitidos a las instalaciones de la policía zapopana.
Agustín del Castillo - Público
Ejidatarios de Santa Ana Tepetitlán bloquean desde el pasado 9 de enero la obra del acueducto que conectará a los macrotanques de El Colli y de su propio poblado, del cual faltan apenas 25 metros para completarse, y acusan al Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) de pretender apoderarse del agua, cuyo usufructo les concedió el decreto presidencial dotatorio de 1924.
Como efecto de la acción del pueblo contra las autoridades, un ejidatario y dos ejidatarias fueron remitidos a las instalaciones de la policía zapopana, pero liberados por la tarde de antier, acusados de perturbar el orden. Ayer, el mismo campesino, Benjamín Rivera, fue amenazado a punta de pistola.
El ejidatario afectado dio su testimonio: “Ayer [9 de enero], fui detenido precisamente con dos personas, dos señoras y una niña de seis meses; nos llevaron a la fuerza y estuvimos por allá en las instalaciones de La Curva y, bueno, una plática con la juez y ya nos dejó salir, pero así están las cosas con Santa Ana Tepetitlán”.
—¿Qué está pasando con el asunto del agua?
—Es un robo que le quieren hacer a Santa Ana Tepetitlán, como otros que le han hecho. Juan Sánchez Aldana, el presidente municipal, sigue creando fraccionamientos y ahora tiene que llevarles agua a costa del pueblo […] En 2005 acordaron que por el lado de El Colli se quiere llevar el agua y traerla directamente del macrotanque de Santa Ana, y posteriormente llevarlo a la zona metropolitana de Guadalajara. Pero eso es nada más lo que tenemos como antecedente; el director del SIAPA no nos ha contestado en un escrito que le enviamos en diciembre pasado.
—¿Ustedes no están conectados al SIAPA, tienen un sistema propio?
—Claro, el agua es de los ejidatarios, hay decretos donde se señala que el pueblo es dueño de la tierra y de todos sus recursos; entonces es irregular lo que está manejando por acá el presidente municipal de Zapopan.
En estas pretensiones, añadió, se utilizan amenazas e intimidaciones. “Hoy dos personas, dos policías de línea —uno se llama Fernando González, y del otro desconozco su nombre—, a punta de pistola me amenazaron queriéndome subir de nuevo a la patrulla, pero bueno, aquí estamos de todos modos”.
El ejidatario advirtió que hay unión en el poblado para evitar a toda costa la obra. “Ellos quieren dialogar y dialogar, yo estuve con la regidora María del Refugio González y junto con el director de Agua Potable y Alcantarillado, que es Martín García Pérez; manifestaron que era importante dialogar y llegar a un acuerdo, y les dije que la gente está tan molesta que al único acuerdo que podemos llegar es que, si estamos en un Estado de derecho, que sea el juez el que determine quién tiene la razón”.
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