El secretario de Salud siempre se ha deslindado de su responsabilidad.
Alfonso Gutiérrez Carranza desde que asumió el cargo supo de la peligrosidad de la contaminación del río. Foto: Tonatiuh Figueroa
Rubén Martín - PÚBLICO
El secretario de Salud de Jalisco, Alfonso Gutiérrez Carranza, se deslindó repetidamente de la situación de contaminación en el río Santiago, especialmente en las consecuencias para la salud de los pobladores de El Salto y Juanacatlán.
Sin embargo, desde el 7 de marzo de 2007, una semana después de que asumió el cargo, fue advertido por un documento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de los riesgos de enfermedades en ese cauce y sugería que la dependencia debería destinar “recursos humanos e infraestructura para garantizar […] la calidad del agua para el consumo humano”.
La OPS pidió explícitamente una participación directa y decisiva de la SSJ en el cauce del río Santiago. “Es recomendable el fortalecimiento institucional de la Secretaría de Salud de Jalisco en la continuidad y seguimiento de las evaluaciones de riesgo e impacto a la salud, el monitoreo de la calidad del agua y de las fuentes primarias de contaminación, y del control de calidad de la red de laboratorios”, establece el documento.
Las recomendaciones de la OPS están contenidas en el documento Evaluación de riesgos e impactos a la salud en la población de la zona conurbada de Guadalajara por la construcción de la presa Arcediano, realizado a solicitud del gobierno del estado. La OPS ha trabajado directamente con la Comisión Estatal del Agua (CEA) en cuya página de Internet puede consultarse el documento.
En dicho estudio la OPS constata el grado de contaminación del río Santiago y sugiere la intervención pública a gran escala como prerrequisito para emitir una opinión sobre la viabilidad o no del proyecto de Arcediano.
La OPS constató la “contaminación por las descargas de aguas residuales que reciben los ríos Verde y Santiago, la procedencia y tipo”. En la evaluación del riesgo deja en claro que el uso del agua tal como está ahora es un “escenario inadmisible”, pero también considera como “escenario irreal” la opción de limpiar antes las aguas de estos cauces para entonces construir la presa. Sugiere entonces un tercer escenario que consiste en un “control de la mayoría de las fuentes contaminantes a un grado tal que la planta potalizadora pueda funcionar adecuadamente”.
A fin de avanzar en este escenario, la OPS destacó el “rol del sector salud” y emitió once recomendaciones, tres de las cuales competen a la SSJ. Habla de un rol “extremadamente relevante” del sector salud, sugiere una “estrategia de establecimiento de un conjunto de indicadores de salud”, plantea la “urgente realización de estudios y encuestas” para identificar los vectores transmisores de enfermedad y demanda su participación para la revisión de la calidad del agua.
No obstante, siete meses después de elaborado el documento y cuatro meses después de que la CEA envió un oficio expreso a la SSJ en el que le pide atender las recomendaciones de la OPS, el secretario Salud, Alfonso Gutiérrez, se deslindó de su responsabilidad sobre la deteriorada situación en el río Santiago (Público, 17 de octubre 2007).
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