jueves, 10 de abril de 2008

La zona metropolitana, una isla de calor en ascenso

Estudio revela la influencia en el clima de las áreas verdes y de La Primavera.


La falta de vegetación urbana produce un efecto de concentración del calor en el centro de la ciudad: si hay árboles, la temperatura es menor. Foto: Giorgio Viera

Agustín del Castillo - PÚBLICO

La zona metropolitana de Guadalajara se ha convertido en una isla de calor. Y va en ascenso: sus temperaturas promedio mínimas aumentan 0.05 grados centígrados por año, y las máximas, 0.02 grados centígrados.

Tal vez esos números parezcan poco, pero hay otro dato revelador: la diferencia de temperaturas con la zona rural que le rodea llegan a ser de siete grados por arriba dentro de la mancha urbana, revela el estudio Variabilidad climática y contaminación física y química en la ZMG, elaborado por la doctora Iryna Tereshchenko y el doctor Anatoliy Filinov, del departamento de Física del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Pero no solamente es la temperatura; hay una serie de condiciones atmosféricas adversas que ocasionan que la ciudad sea proclive para acumular contaminantes (dominan los días sin viento o con apenas brisa suave), además de estar sometida a una exposición solar alta. Y, como suele suceder, el crecimiento inequitativo de la urbe, que también se refleja en el caso de las áreas verdes, hace que la zona suroriente, a partir de Tlaquepaque, sea el origen de la ola de calor que cotidianamente asuela a sus habitantes. Aquí, de nuevo, también existen las clases sociales.

En una exposición presentada en la segunda jornada del Foro Internacional de Contaminación Atmosférica y Gases de Efecto Invernadero, que concluyó ayer en esta ciudad, el análisis de los expertos fue considerado por la secretaria de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable, Martha Ruth del Toro Gaytán, como un indicador que permitirá mejorar la toma de decisiones y la instrumentación de políticas para reducir emisiones.

“Creo que con estos estudios estamos en condiciones de mejorar el diagnóstico de los problemas de contaminación en la ciudad, y establecer metas puntuales de reducción de emisiones y de otras políticas a seguir, que ya marcamos en el programa Mejor Atmósfera”, indicó la funcionaria.

El análisis mencionado señala que “la ZMG es notablemente más calurosa en su parte central que en sus alrededores, constituyendo así una isla de calor, debido a varios factores. Los más importantes son: la alta absorción de la radiación solar por parte de la densa construcción urbana, la cual es mucho mayor que la tasa de absorción de un paisaje rural. La isla de calor se caracteriza por su intensidad, esto es, por la magnitud de la caída de la temperatura entre la ciudad y las afueras de ella. Generalmente ésta es de algunos grados [2 a4], pero en la ZMG se registró una intensidad hasta de 7 grados [de diferencia]”.

El estudio consiste en la construcción de estadísticas con los datos de clima levantados en los últimos años en las distintas estaciones de monitoreo de la ciudad y las que existen en sus alrededores (de la red de monitoreo atmosférico de la Semades, de la Comisión Nacional del Agua y del Instituto de Astronomía y Meteorología de la UdeG).

El calentamiento de la superficie citadina “empieza siempre en la zona de Tlaquepaque, en donde se encuentra el sector industrial de la metrópoli y hay carencia de zonas verdes. Esta propagación de la onda de calor empieza a partir de mediodía y sigue hasta las 18:00 horas. La propagación hacia el noroeste se realiza paulatinamente y concuerda con la densidad de la construcción de las diferentes partes de la ciudad y la distribución de los parques y zonas verdes. Casi todos los parques están concentrados en la parte oeste y noroeste, que pertenecen al municipio de Zapopan, y también este municipio es más verde que todos los demás […] este resultado sirve a favor de la hipótesis que la áreas verdes pueden reducir las consecuencias de la formación de calor urbana”.

Solamente en los tiempos de lluvias, la ciudad llega a convertirse en “isla de frío”, lo que confirma su divorcio con el entorno rural.





- Claves
Más datos

• “La tendencia de la temperatura del aire sobre la ZMG revela que se incrementa anualmente en valor promedio mínima de 0.05 grados centígrados y promedio máxima 0.02 grados centígrados”

• De los factores de mayor relevancia “a considerar en los estudios de contaminación térmica, se encuentra el viento. Los vientos superficiales dominantes en la ZMG provienen del oeste con 15.5 por ciento de la frecuencia total, siguiéndole los vientos del este con 7.5 por ciento. En ambos casos, sus velocidades son de entre 1.4 a 5.6 metros por segundo [m/s] y en forma temporal presentan velocidades de 5.8 a 9.7 m/s. Asimismo se observa que los periodos de calma [ausencia de viento y/o vientos muy débiles menores a 1.1 m/s] alcanzan una frecuencia de 44.3 por ciento, lo cual indica el gran potencial de acumulación de los contaminantes por falta de ventilación en la ZMG”

• Es decir, en la ciudad “es clara la escasa capacidad ventilatoria y el gran potencial de acumulación que tienen los contaminantes […] de manera general 61 por ciento de los valores de la magnitud promedio del viento son menores a 2.5 m/s”. Esto es: apenas brisa ligera

• La ciudad recibe una abundante radiación solar, debido a que se localiza a una latitud de 20° norte, “lo que hace que su atmósfera sea altamente fotorreactiva, lo que favorece la formación de contaminantes secundarios como el ozono y otros oxidantes fotoquímicos. Otro fenómeno recurrente es la inversión térmica, la cual provoca el estancamiento de los contaminantes […] Este fenómeno se presenta 283 días del año, siendo los periodos de enero a junio y noviembre a diciembre cuando se presentan con mayor frecuencia. El espesor de la inversión térmica va de decenas a algunos cientos de metros…”

• “Se ve que en otoño, invierno y primavera, las curvas [de temperatura] presentan un signo positivo, lo cual corresponde a la isla de calor. En los meses de verano, en la época de lluvias, el signo de la diferencia es negativo, lo cual corresponde a la isla de frío”

• La diferencia de temperatura promedio del bosque La Primavera y de la zona metropolitana es de 2.2 grados centígrados: “La relación entre el bosque La Primavera y la ZMG es un fenómeno reciente, debido sobre todo al explosivo crecimiento de esta última en un periodo corto […] La Primavera sirve a favor de un recambio atmosférico de la ciudad con aire limpio del bosque y amortigua el desarrollo de la isla de calor en la ZMG”
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