domingo, 20 de abril de 2008

Sí al BRT, pero con mayor inversión y a largo plazo

Las concesiones deben ser mucho más prolongadas, afirma el experto.


Peñalosa opinó que Guadalara debe dar prioridad al transporte público. Foto: Tonatiuh Figueroa

Rocío Ramos - PÚBLICO

Jalisco debe apostarle a un proyecto de transporte BRT a largo plazo, con un ambicioso diseño y una cuantiosa inversión, si es que se quiere que sea exitoso y que no quede en tres corredores, argumentó Enrique Peñalosa Londoño, ex alcalde de Bogotá, Colombia.

Invitado a dar su punto de vista sobre el TransMilenio, sistema de bus rápido implementado en la capital colombiana, el experto opinó que “está bien enfocado lo que tiene Guadalajara en mente” para el proyecto de Macrobús, pero agregó que las concesiones a los transportistas —de por sí polémicas, porque fueron ampliadas recientemente por el gobierno y el Congreso del Estado— se deben otorgar por cien años y no quince: “Las empresas hacen una inversión muy grande y no pueden estar licitando a cada rato; se debería de pensar en sistemas de renovación de concesiones casi inmediata”.

También recomendó que se le dé prioridad a los transportistas que actualmente se encargan de brindar el servicio: “Una licitación un poco amarrada, pero hay que darles prioridad”.

Por otra parte, puso énfasis en la inversión para un buen BRT: “Hay que tener gran cuidado: si se hacen inversiones de uno o dos millones en los sistemas de buses, no funcionarán; un buen sistema de buses, de quince millones de dólares por kilómetro, entonces sí”.

Sobre la apariencia de las unidades, expresó que deberá ser atractiva, y que las estaciones “deben de contar con un excelente diseño arquitectónico”.

Peñalosa Londoño aseguró que el BRT comienza a ser rentable y más funcional que un Metro cuando se logran viajes a velocidad de 30 kilómetros por hora: “Los buses pueden ser mucho mejores que los trenes: salvo uno entre mil, tienen que parar cada estación, y los buses pueden parar cada cinco estaciones”, presumió.

Al hablar del caso Bogotá, declaró que el TransMilenio moviliza a un millón 400 mil personas al día y que 20 por ciento de la gente que lo utiliza tiene carro, pero prefiere no usarlo. “Cuando hay calles muy estrechas, hay que decir: ‘Aquí no caben los carros’, y poner sólo el bus; decisiones impopulares, pero que a la larga redituarán para el beneficio de más personas”, dijo, a modo de ejemplo, acerca de que no se debe priorizar más el uso del vehículo. Y dijo que lo que se ahorre en infraestructura para los automóviles se puede invertir en bibliotecas, jardines y escuelas, como se hizo en Colombia.

“En las ciudades avanzadas decidieron que, cuando había embotellamientos, ya no iban a hacer más vías […] Debemos dejarlo de ver como problema, sino [empezar a verlo como] algo natural cuando se tiene una ciudad madura, lista para un sistema de transporte colectivo”.

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