Evelyn Águila - EL INFORMADOR
Desde hace cinco años, la empresa constructora del Fraccionamiento La Azucena, en El Salto, sabía que el predio era “potencialmente” riesgoso a inundaciones y aún así la inmobiliaria edificó la colonia y sigue vendiendo fincas.
Esta advertencia se desprende de uno de los tres estudios contratados a la compañía tapatía Geoex por la inmobiliaria SARE-HIR, donde se concluye que “existe riesgo de inundación” en este predio, por los altos escurrimientos de agua durante el temporal de lluvias.
En los otros dos diagnósticos, que se abocaron a analizar los riesgos de las viviendas por el Río Santiago y el Arroyo El Ahogado, en marzo de 2004, enlistan una serie de recomendaciones para controlar las inundaciones y que a la fecha, según la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), no se han llevado a cabo.
De acuerdo con el estudio denominado “Hidrológico Superficial de la Microcuenca San Martín-La Cruz, desarrollo habitacional La Azucena”, realizado en noviembre de 2003 por Geoex —del cual EL INFORMADOR posee una copia— se revela que en la propia cuenca del fraccionamiento se pueden llegar a generar —en caso de una precipitación extraordinaria— 314 mil 294 metros cúbicos de escurrimientos en un sólo día, mientras que el complejo habitacional posee tres vasos reguladores de captación de aguas pluviales, con apenas una capacidad total de 22 mil metros cúbicos.
Esto significa que la capacidad de almacenamiento es 14 veces menor a la advertida por el diagnóstico, que inclusive subraya que estas lagunas reguladoras se rebasarían, en una fuerte precipitación, en tan sólo 40 minutos.
“Respecto al riesgo potencial de inundación de la parte topográfica más baja del predio, originada por una creciente extraordinaria del río grande del Santiago, tomando en consideración la cercanía y escasa diferencia de elevación topográfica con el lecho del afluente, y con información obtenida de la Gerencia Técnica del Departamento de Aguas Superficiales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se anticipa que existe riesgo de inundación”, refiere la página 12 del documento.
La semana pasada, una fuerte lluvia generó que cientos de casas en La Azucena fueran desalojadas por los vecinos, luego de que quedaran anegadas.
La respuesta de la inmobiliaria a los afectados, fue que el fraccionamiento se había inundado por el colector de aguas negras instalado por la Seder y que obstruyó las salidas del agua.
Sin embargo, Álvaro García Chávez, titular de Desarrollo Rural, negó que este ducto hubiera “taponeado” la tubería del complejo habitacional y responsabilizó a la constructora SARE-HIR de hacer caso omiso a estos estudios.
Asimismo, en el diagnóstico se concluye que por ser un suelo arcilloso y poco permeable, no hay posibilidad de que el agua que llegue pueda infiltrarse, lo que eleva el riesgo.
Esta advertencia se desprende de uno de los tres estudios contratados a la compañía tapatía Geoex por la inmobiliaria SARE-HIR, donde se concluye que “existe riesgo de inundación” en este predio, por los altos escurrimientos de agua durante el temporal de lluvias.
En los otros dos diagnósticos, que se abocaron a analizar los riesgos de las viviendas por el Río Santiago y el Arroyo El Ahogado, en marzo de 2004, enlistan una serie de recomendaciones para controlar las inundaciones y que a la fecha, según la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), no se han llevado a cabo.
De acuerdo con el estudio denominado “Hidrológico Superficial de la Microcuenca San Martín-La Cruz, desarrollo habitacional La Azucena”, realizado en noviembre de 2003 por Geoex —del cual EL INFORMADOR posee una copia— se revela que en la propia cuenca del fraccionamiento se pueden llegar a generar —en caso de una precipitación extraordinaria— 314 mil 294 metros cúbicos de escurrimientos en un sólo día, mientras que el complejo habitacional posee tres vasos reguladores de captación de aguas pluviales, con apenas una capacidad total de 22 mil metros cúbicos.
Esto significa que la capacidad de almacenamiento es 14 veces menor a la advertida por el diagnóstico, que inclusive subraya que estas lagunas reguladoras se rebasarían, en una fuerte precipitación, en tan sólo 40 minutos.
“Respecto al riesgo potencial de inundación de la parte topográfica más baja del predio, originada por una creciente extraordinaria del río grande del Santiago, tomando en consideración la cercanía y escasa diferencia de elevación topográfica con el lecho del afluente, y con información obtenida de la Gerencia Técnica del Departamento de Aguas Superficiales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se anticipa que existe riesgo de inundación”, refiere la página 12 del documento.
La semana pasada, una fuerte lluvia generó que cientos de casas en La Azucena fueran desalojadas por los vecinos, luego de que quedaran anegadas.
La respuesta de la inmobiliaria a los afectados, fue que el fraccionamiento se había inundado por el colector de aguas negras instalado por la Seder y que obstruyó las salidas del agua.
Sin embargo, Álvaro García Chávez, titular de Desarrollo Rural, negó que este ducto hubiera “taponeado” la tubería del complejo habitacional y responsabilizó a la constructora SARE-HIR de hacer caso omiso a estos estudios.
Asimismo, en el diagnóstico se concluye que por ser un suelo arcilloso y poco permeable, no hay posibilidad de que el agua que llegue pueda infiltrarse, lo que eleva el riesgo.
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