Espinoza Íñiguez llama Judas traidores a quienes buscan la desaparición de Temacapulín y califica como cómplices a quienes guardan silencio y muestran indiferencia.
“. . .son Judas traidores. A Cristo lo vendieron por 30 monedas de plata. A Temaca lo quieren vender por una presa que Jalisco quiere regalar a Guanajuato y para justificar dicen que es proyecto federal, cuando sabemos bien que los
“Por un lado amarran navajas pero con habito de San Gestas "...sálvate y sálvanos"; y por el otro reparten la miseria de falta de soluciones que generen buena vecindad y progreso para todos”.
La Arquidiócesis de Guadalajara tiene adscrito al padre Gabriel en el templo Santa María, en
Con el crecimiento del área de inundación Temacapulín no tendrá esperanzas de salvarse, ante lo cual el Gobierno de Jalisco ofrece reubicar a los habitantes creando una nueva comunidad con todos los servicios, en la misma zona del poblado que quedará bajo el agua.
En
“El Gobierno federal y estatal, la Conagua y el CEA, y otros muchos que viven lejos o muy cerca de nosotros, están traicionando a Temaca haciéndole grandes promesas, como el Gran Hermano de tiempos no tan lejanos del comunismo, que repartía la riqueza, pretexto de la justicia social, pero en realidad pocos eran los beneficiados y lo que a todos y todas seguro les tocaba era la miseria”, argumenta la página del padre Gabriel.
“Miseria no de pueblos sin dinero, no, miseria de pueblos sin alma sin amor y respeto por los demás, por el prójimo. Eso es lo que se reparte ese es el botín de la causa que por decreto nos hace buenos, de las ideologías del Gran Estado Benefactor de antaño que, a luces vistas, llego para quedarse, aunque con otras mascaras pero de las mismas muecas. . .”.
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