Carlos Martín . Público
Las dos imágenes que envuelven al libro Embotellados, el turbio negocio del agua embotellada, son un preludio de lo que el lector encontrará en sus páginas: en la portada se ve una botella rellena de líquido cristalino, refrescante; en la contraportada aparece un río contaminado con miles y miles de botellas vacías de plástico que en un momento sirvieron como recipientes para agua. La imagen fue tomada en el río Lerma, el cual vierte sus aguas en el lago Chapala. “¿Cómo nos metimos en esto?”, se pregunta el ambientalista y activista canadiense Tony Clarke, quien hace un llamado de atención sobre lo que considera es una “privatización” del vital líquido.
Precisamente esa pregunta, que hizo en el marco de la presentación de su libro en Guadalajara el pasado lunes, fue la que detonó su investigación sobre el tema y busca contestarse en la primera parte del texto; la segunda parte se refiere a los problemas por esta “nueva forma de privatización del agua”; y la tercera está concentrada en qué hacer para combatir esta industria: “Yo nunca escribo algo que no pueda servir para la acción”.
Además, existe un capítulo exclusivo para la edición en español, “Versión mexicana”, de la cual es coautor el investigador Octavio Rosas, del Centro de Análisis de Información y Formación Social. Este apartado trata sobre la compañía FEMSA, fabricante y distribuidora en México de los productos de una de las embotelladoras más grandes del mundo (Coca Cola) y propietaria de una cadena de tiendas de conveniencia (OXXO), donde se venden los productos de esta firma, como el agua embotellada Ciel.
En México “no existen condiciones para tomar agua de la llave o del campo; por tanto, estamos forzados a beber agua embotellada [...] Es uno de los fraudes más grandes de la historia de la industria”, aseguró Rosas. Indicó que las empresas poseen concesiones por parte de la Comisión Nacional del Agua (CNA) para extraer el agua y venderla a los mexicanos a sobreprecio, “miles de veces mayor al precio del agua del grifo”.
En Guadalajara, por ejemplo, el metro cúbico (mil litros) de agua de la llave tiene un precio de alrededor de seis pesos para los usuarios de casa habitación, mientras que un garrafón de 20 litros se comercializa a 20 pesos o más, dependiendo la marca.
Es tiempo de “comenzar a cuestionar estas formas”, agregó Rosas.
Clarke, por su parte, dijo que en 2003 comenzó a trabajar contra la privatización del agua en los servicios públicos que ya existían en algunas comunidades de Canadá y Estados Unidos, además de algunos países de América del Sur y Europa. Estas empresas de origen europeo (Suez, Veolia y RWE) aseguraron que en diez años controlarían 70 por ciento del abasto de agua en Canadá y EU, y “exigieron garantías al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional”. “Nos dimos cuenta y construimos la resistencia junto con las comunidades, sindicatos, ONG y los mismos trabajadores del agua [...] Las empresas encontraron una gran dificultad para apropiarse de los sistemas públicos de agua”.
Por otro lado, Clarke dijo que en 1994 inició una agresiva campaña para posicionar agua embotellada por parte de Nestlé (cuando compró la compañía Perrier). Después se le unieron Coca Cola, Pepsico y Danone: “Con el agua embotellada se llegó a una especie de privatización de servicios de agua [...] ¿Cómo estas compañías compran o extraen el agua casi sin costo y luego la venden a un precio más cara?”. Además, Clarke dijo que mientras Danone y Nestlé extraen sus aguas de manantiales y cuencas subterráneas, Coca Cola y Pepsico, aseguró, llenan sus envases directamente del grifo. Por si fuera poco, indicó que se han realizado estudios en dichos productos y que, sin importar sin son de manantial o de la llave han encontrado químicos y contaminantes dentro de las botellas, como arsénico y que los casos se mencionan en su libro.
Según Clarke, México es el segundo consumidor de agua embotellada en el mundo, sólo superado por Italia. Otros grandes mercados son China e India. Anteriormente, aseguró, Estados Unidos y Canadá, junto con Europa, eran el mercado principal, pero esto está cambiando a partir de este año, cuando las empresas decidieron voltear sus ojos al Tercer Mundo.
El libro sale a la venta esta semana bajo la casa editorial Ítaca. Clarke es además autor de títulos como Oro azul: Las multinacionales y el robo organizado del agua en el mundo, editado por Paidós en 2004.
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