Raúl Torres - LA JORNADA JALISCO
“No se puede sacrificar a todos los habitantes de la Zona Metropolitana, ya que los beneficios que dicho espacio de área verde aportarían serían para todos. El parque no debe reducirse, por lo que yo me pronuncio en contra de que se entregue”, señalaba en 1998 el entonces diputado federal por el PAN, Emilio González Márquez, al referirse a la intención de la Universidad Panamericana por adquirir un predio dentro del Parque Metropolitano. Hoy, a 23 años de que este espacio fuera planeado por el ingeniero Octavio Velasco Ruvalcaba, a 19 años de que se aprobara en el Congreso del estado el decreto para expropiar el terreno donde se haría el parque, y a media administración de González Márquez como gobernador, el Metropolitano no se ha concluido de acuerdo con el proyecto original y sobre él se cierne nuevamente la intención de recortarle terreno a favor de la construcción de uno de los escenarios para los Juegos Panamericanos 2011.
Tras la expropiación, en 1990, de 124 hectáreas del ejido Jocotán para destinarlas a la construcción del Parque Metropolitano, en 1993 el proyecto fue avalado por el Colegio de Ingenieros, el gobierno del estado, los vecinos de la estancia, académicos de la UdeG y diversos organismos civiles.
Así comenzaron los trabajos de limpieza del terreno, recuerda Velasco Ruvalcaba, quien asegura que entonces se sacaron alrededor de 60 mil metros cúbicos de basura y se trasplantaron más de 6 mil árboles fresnos y eucaliptos adultos provenientes de zonas donde se construían nodos viales o se modificaba la ciudad, como Patria y Vallarta, la explanada del templo Expiatorio o la avenida Javier Mina, donde se construía la segunda línea del tren ligero.
En el plan original nunca se contemplaron centros comerciales o zonas de bares y discotecas, indica el ingeniero Velasco, pero de entre sus cajones saca un documento elaborado durante la administración de Carlos Rivera Aceves y firmado por Fidejal, donde consta que la administración estatal de entonces modificó el proyecto e introdujo una visión mercantil para el metropolitano. “Se proyectaban parques de diversiones, bares y cantinas”. Oponerse a ese plan le costó a Octavio Velasco el puesto al frente del proyecto del parque.
Más adelante vinieron las presiones externas de diversas instituciones para intentar hacerse de terrenos dentro del parque. Velasco hace el recuento: en 1998 fue la Universidad Panamericana la que pidió tres hectáreas, que finalmente se le negaron; en mayo de 1999 se propuso que ahí se hiciera el Museo del Niño e incluso se proyectó ahí; también ahí se intentó hacer el Museo de Arte Contemporáneo, pero todos esos proyectos lograron detenerse.
Sin embargo, en 1999, durante la administración de Alberto Cárdenas Jiménez, “de forma que aún nadie explica” se vendieron 11 hectáreas del parque para desarrollo inmobiliario y el proyecto original se quedó sin una gran parte de la zona que estaba destinada para que las familias de la ciudad pudieran pasar un día de campo con todos los servicios.
El proyecto
El Parque Metropolitano diseñado por Octavio Velasco Ruvalcaba está dividido en tres secciones, cruzadas por una avenida para vincularlo con la ciudad. La primera es la destinada a la convivencia familiar y en ella se planeó colocar 16 óvalos con 20 espacios para familias en cada uno, zona de servicios y canchas de futbol y volibol informales para poder moverlas y permitir la recuperación del césped.
La segunda sección estaría destinada para una cancha de golf pública, mientras que la tercera sección incluiría pistas para hacer ciclismo y caminar. Es justamente en esta tercera sección donde ya se construye el estadio de tenis para los Panamericanos y se planea edificar el complejo acuático.
A este respecto, Velasco Ruvalcaba recuerda que en diciembre de 1995 el entonces director general del Code, Agustín Moreno Verduzco, se pronunció por respetar el proyecto original del parque y por ello cuestiona que hoy sea el mismo Code el que promueve la construcción de estadios dentro de él.
“Existen funcionarios que sostienen que no se mutilará el parque, ya que no se emplearán áreas verdes en la construcción de los estadios, claro está que se pretende construir en las áreas que no están verdes, porque no las riegan. Con ese criterio si se deja de regar el parque de la Revolución, también sería susceptible a la construcción de estadios”, indica.
En su opinión, aún se puede llevar a buen término el proyecto original hasta en un 80 por ciento, por lo que hace un llamado a que se respete este predio y se contemple construir los estadios en zonas de la ciudad que necesitan más de este tipo de proyectos para impulsar su desarrollo, como el Parque de la Solidaridad.
“Proponemos con las ventajas que esto significa, que se retome el proyecto original, con las adecuaciones necesarias, en virtud de la parcial mutilación de la que ya fue objeto. De esta forma se aprovecharían al 100 por ciento los trabajos y las erogaciones que se efectuaron con anterioridad, que son bastante considerables, ya que actualizando valores a la fecha, las acciones realizadas superan los 30 millones de pesos. Además de que hay más de 5 mil árboles en franca recuperación y que fueron sembrados de acuerdo con el proyecto original”, concluyó.
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