jueves, 27 de diciembre de 2007

Los reyes de las playas


Poderosos hombres de negocios mexicanos y extranjeros se apoderan de un exótico litoral entre Manzanillo y Puerto Vallarta. Mueven mar y tierra para transformar el área en un exclusivo destino turístico, sin importar si dañan zonas protegidas o el patrimonio de ejidatarios

ALEJANDRO SUVERZA / ENVIADO El Universal

COSTA CAREYES, Jal.— Abordo de su lancha, el pescador Aureliano Sánchez, quien lleva varias décadas tirando el anzuelo en las costas jaliscienses, mira hacia el horizonte donde una máquina de construcción incrustará en la roca residencias de lujo. “Se están quedando con este paraíso”, dice.

Los hombres que se han adueñado de este exótico litoral, localizado entre Manzanillo y Puerto Vallarta, mueven mar y tierra para transformar el área en un exclusivo destino turístico, sin importar si dañan zonas protegidas o el patrimonio de ejidatarios. La zona en este lugar paradisiaco, mejor conocida como Costalegre, colinda con la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, una de las pocas que cuenta con 13 mil hectáreas de selva tropical seca, única en el país.

De acuerdo con documentos en poder de este diario, personalidades como Roberto Hernández, el ex banquero y en algún tiempo accionista mayoritario de Banamex, son los inversionistas y no reparan en que sus proyectos sellen los accesos a las playas a pescadores. “Cada vez tenemos que ir más lejos”, dice un pescador apodado El Vampiro.

El despojo de la tierra se ha hecho más marcado. Hace un par de semanas, en un lugar de la Costa Careyes, llamado Playa Tenacatitas 600 residentes de un ejido se sorprendieron cuando el gobierno local concesionó a otros sus tierras alegando que eran baldíos y zonas vírgenes.

A pocos kilómetros de ahí, en otra playa, llamada Careyitos, más de 50 pescadores fueron informados de que su concesión para 15 años, firmada por el gobierno federal, no tenía valor. Más tarde, descubrieron que José Manuel Bosoms —casado con Lourdes Hernández, la hija del ex banquero— había solicitado una ampliación del terreno que tiene para extender IEL La Huerta, una urbanización que construirá un hotel y villas de lujo a menos de 2 kilómetros de la biosfera.

Despojo extranjero
La decisión de quitarles la tierra a los pescadores vino después de meses en que los socios minoritarios de Roberto Hernández, los italianos Jean Carlo Brignone y su hijo Giorgo, les propusieran abandonar los terrenos frente a la playa con la promesa que al edificar una marina de lujo, ellos podrían obtener trabajo.

Lo que no entendían los que hicieron la oferta es que para los pescadores, la tierra reclamada era todo lo que tenían. Sánchez aún recuerda las palabras de la Directora General de Zona Federal Marítimo Terrestre y Ambientes Costeros, Blanca Cielo Corona, cuando le entregó la concesión: “Cuídela porque es como un título de propiedad”.

La situación de Costa Careyes ilumina la forma en que fue repartido este pedazo de Pacífico mexicano. En el área están los herederos de un especulador financiero de origen inglés, llamado James Goldsmith, el ex banquero mexicano que controló Banamex antes de su venta, Roberto Hernández, el ex secretario de la Defensa Nacional durante la matanza de estudiantes en 1968, Marcelino García Barragán y los ex gobernadores de Jalisco Jesús González Gallo y del estado de México, Arturo Montiel Rojas.

La confrontación se da entre desarrolladores de proyectos millonarios en los límites de los paraísos protegidos, pero también contra la población que habita la región.


Los documentos de propiedad de estas tierras, describen como en Costa Careyes y sus alrededores, las leyes que protegen los paraísos ecológicos, no tiene ninguna fuerza para enfrentarse al dinero y poder que esgrimen personajes como Hernández, quien ahora controla la zona.

Han llegado al grado de quemar casas y desalojar con la fuerza publica hasta en tres ocasiones a pobladores de playa Tenacatitas. En 1993 los familiares del general Marcelino García Barragán, propietarios del terreno colindante con playa el Tecuán, mandaron arrasar con todo lo que encontraron, dicen vecinos del lugar.

La fiebre de la construcción se esparce en la región en una terquedad por cerrar un cinturón de exclusividad y privado. Hay varios proyectos en marcha. Desde que la reserva fue creada paradójicamente en 1993 —por los herederos de Goldsmith quien después de crear su imperio se proclamó protector de la naturaleza— comenzó la carrera de nuevas construcciones.

Construyeron el Faro, Farallón, Caracol y Rancho Don Andrés, que cuenta con un campo de polo. “Los proyectos fueron falsamente presentados y disfrazados como ecológicos”, dice Alberto Zsékely, del Consejo para la Defensa de la Costa del Pacífico, una organización que desde hace varios años se dedica a proteger esa reserva de la biosfera.

Los especuladores contruyeron: la autopista de Autlán-Chamela para acercar el paraíso a Guadalajara, la capital jalisciense. Esta inconclusa la construcción de una pista aérea de corte internacional.

IEL La Huerta —que en sus iniciales lleva el nombre de la empresa Imágenes y Espectáculos de Lujo—, que dirige el yerno del ex banquero, será el proyecto más dañino. Además de la Marina, pretende construir una hotel con 215 habitaciones, 40 villas y 200 casas, lo que según ambientalistas, impactaría gravemente contra la reserva porque se consumirían millones de litros de agua.

Ambientalistas cuestionan proyectos
Otro proyecto grande, La Tambora, fue parado brevemente hace unos meses por haber sido construido en Costa Careyes, dentro de Chamela-Cuixmala, una de las 200 más importantes en todo el mundo. Fue aquí donde ambientalistas se enfrentaron con el ex gobernador mexiquense, Arturo Montiel, quien mantiene una gran mansión con espectacular vista al mar.

El cerebro detrás de IEL La Huerta —un proyecto que podría destruir además el Santuario de Tortugas de Playa Teopa y el Santuario de las Islas de la Bahía Chamela— es el banquero Roberto Hernández, quien junto con sus socios los italianos, los Brignone, cuentan con más de mil hectáreas, en las que incluso han levantado campos de golf.

Ambos proyectos, La Tambora y IEL La Huerta han sido cuestionados severamente por ambientalistas mexicanos. Alberto Zsékely, quien fue también embajador y representante ante la ONU, explica que los desarrolladores mintieron en la manifestación del impacto ambiental.

Los herederos de James Goldsmith, se sienten afectados. Goffredo Marcaccini, quien se casó con la hija de Goldsmith, Axil, acusó a funcionarios de la administración Fox de aprobar en última hora los proyectos y recientemente se quejó con el diario estadounidense The New York Times.

“El hombre moderno es el cáncer de la tierra, estamos aquí para destruirla”. Pero en sí, la mala fortuna de Costalegre comenzó cuando el suegro de Marcaccini, James Goldsmith, descubrió las bellas playas en los años 70 y de un plumazo se apoderó de 10 mil hectáreas.

La familia de Goldsmith son dueños de terrenos costeros, donde nadie puede entrar, y manejan un hotel en el que una noche puede costar entre 9 mil y 15 mil dólares. Entre sus huéspedes han contado con el vocalista de los Rolling Stones, Mick Jagger, la cantante Madonna y Bill Gates, dueño de Microsoft.

Los que más han sufrido y seguirán sufriendo las afectaciones a la reserva protegida Chamela-Cuixmala son pescadores y la población de ejidos donde todavía el acceso a las playas es publico.

Queda poco, el ejido La Huerta, que abarca la zona de Costalegre y Costa Careyes, de la que se adueñan personalidades, tiene 90 kilómetros y sólo 20 de estos son públicos.

Las autoridades locales no ayudan, en el caso de la cooperativa del pescador Aureliano Sánchez, el titular de zonas federales en el estado, José Manuel Zurita, le arrebató el documento de la concesión original con el pretexto de que había algunos errores. Le dijo que regresaría en ocho días. Aún lo espera.