lunes, 22 de diciembre de 2008

Denuncian habitantes de Mismaloya intento de desalojo

Javier Santos - LA JORNADA JALISCO

Puerto Vallarta, 21 de diciembre.- Cerca de 150 habitantes del poblado de Mismaloya, la zona más privilegiada por su montaña, ríos y su vista al mar, se manifestaron la tarde del sábado ante el temor de ser desalojados por las fuerzas policiacas.

Los vecinos de Mismaloya salieron a orillas de la carretera Puerto Vallarta a Barra de Navidad, frente al hotel Barceló, y donde pidieron a los gobiernos federal, estatal y municipal que impidan “por favor que nos quiten nuestras casas”; “no al desalojo”, decían.

El temor del desalojo entre los vecinos radica en que el empresario tapatío Fernando Beltrán y Puga mantiene un juicio desde hace más de una década, ya que se dice dueño de las tierras donde están asentadas las familias; además de que mantiene un juicio de desalojo desde 1999 ante el Tribunal Unitario Agrario contra el ejido de Mismaloya, reclamando alrededor de 10 hectáreas arguyendo contar con escrituras de las mismas, con lo que le dio la razón jurídica.

Debido a ello, el 10 de abril se ordenó desalojar a cerca de 30 familias que habitan dentro de las 10 hectáreas citadas, pero al mismo tiempo el Tribunal solicitó al empresario tapatío realizar un peritaje, que fue concretado, y en noviembre le pidieron a Beltrán y Puga que depositara 3 millones de pesos para cubrir los gastos de las personas desalojadas.

Mientras tanto, los pobladores dicen tener la posesión desde 1937, por lo que en mantas y cartulinas mostraron las leyendas “No al desalojo. No a la aprobación del plano de 1964… Fuera rateros. Respeten el plano de 1937”.

Fue justo el sábado cuando los vecinos se enteraron de que autoridades agrarias les notificaron del inminente desalojo a las autoridades municipales, por lo que los afectados se manifestaron y montaron guardia permanente para evitar ser sacados de sus casas.

Entre los afectados se encuentra el diputado federal Leobardo Curiel Preciado, integrante de la Comisión de la Reforma Agraria, quien no se encontraba en el lugar sino en Villa Purificación, y señaló que “ya no se podía hacer nada”, pues la decisión de un juez era inapelable.

La Sedesol reprueba a Bahía de Banderas

La federal Sedesol estima que nueva planeación destruiría el patrimonio natural, por lo cual emitió una opinión desfavorable a la actualización del Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Bahía de Banderas, Nayarit.

Zonas del litoral nayarita en San Pancho ya lucen cercadas con malla.
Zonas del litoral nayarita en San Pancho ya lucen cercadas con malla.

Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO

La federal Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) emitió una opinión desfavorable a la actualización del Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Bahía de Banderas, Nayarit, pues, de aplicarse como fue propuesto, sacrificará los ecosistemas más valiosos de la demarcación por los intereses económicos del ramo turístico, y pidió integrar un nuevo documento mejor soportado.

El dictamen fue emitido el 5 de septiembre por la Dirección General de Desarrollo Urbano. Bahía de Banderas es uno de los tres municipios de la Riviera Nayarit, y el que actualmente recibe más inversión para desarrollos inmobiliarios. La presión en ese terreno ha sido de tal modo fuerte que, hace dos años, una oleada de amparos canceló la reserva estatal de la biosfera Sierra de Vallejo sobre 25 mil hectáreas de selva, la cual hoy afronta severas amenazas.

La Sedesol opinó que en la actualización "no se consideran dos temas […] de primordial importancia dentro de cualquier ejercicio de planeación: el diagnóstico-pronóstico integrado y las condicionantes de los niveles superiores de planeación […] Tampoco se presenta, y esto sí es más grave, una tabla de compatibilidades de usos del suelo y destinos, ni tampoco una tabla que muestra las zonas que contengan perspectivas para generar proyectos detonadores de desarrollo subregional".

Así, "queremos externar nuestra preocupación frente a la posibilidad de que cientos de hectáreas en suelo agrícola y ecológico sean modificadas por la citada propuesta, ya que se han definido nuevas áreas de urbanización y de incorporación de suelo al uso turístico, pero sin el suficiente cuidado".

Añade: "Faltan espacios verdes en las zonas urbanas de Bahía de Banderas. Sabiendo que estos espacios son fundamentales para una óptima calidad de vida, no se dice cómo se resolverá esta carencia, por lo que se sugiere arborizar calles y avenidas con vegetación de la zona".

Se habla de corredores ecológicos "como una nueva propuesta de estructura territorial para el municipio […] pero no se señala dónde se ubicarán. Asimismo, se habla de hacer factible la preservación del patrimonio ecológico, pero el uso del suelo [específico para ese fin] desaparece en prácticamente todo el territorio municipal, con lo que se debilita la mencionada preservación, a más de que el uso pasa de ecológico a urbano".

Hay 46,246 ha de bosque, "de las que 65 por ciento se encuentran en buenas condiciones. Asimismo, que 25.7 por ciento de las especies faunísticas del municipio habitan en el ecosistema protegido por la NOM-26. Por tanto, se pretende destruir este ecosistema y buena parte del bosque que se encuentra en condiciones óptimas".

El documento abunda sobre problemas como las altas densidades de ocupación de suelo, la falta de preservación del agua y la escasez de reservas territoriales.

"Debe romperse, asimismo, la sobreoferta de suelo ejidal existente, para que ya no se traslade a dominio pleno para su urbanización y se conserve su productividad agrícola, evitando en lo posible, traer alimentos de fuera".

Hay muchas observaciones más sobre incongruencias e imprecisiones. Por eso, la Sedesol estimó que la actualización debía regresarse hasta integrarse un documento mejor soportado que garantice el equilibrio entre negocios, sociedad y ecosistemas.

Fraccionadores de selva acusan ahora a la Semarnat

Iniciaron una campaña contra la autoridad federal, que no ha dado permiso para cambiar uso de suelo forestal a favor de una inmobiliaria en el bosque de San Pancho. Los ecologistas defienden a la dependencia. La crisis empieza a afectar las inversiones en Riviera Nayarit

Agustín del Castillo - PÚBLICO-MILENIO

La firma Emerald Coast Developments, SA de CV, propiedad de los estadunidenses Faurest Vaugham Taylor (o Montenegro Vázquez) y Erik James Logerquist, contraataca: el fracaso en obtener permisos federales para fraccionar la selva de San Francisco, en Bahía de Banderas, le ha llevado a montar una campaña contra el delegado en Nayarit de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Armando Zepeda Carrillo, al que acusa de promover "el trámite más inútil".

Esta oportunidad les fue abierta con el concurso lanzado por el gobierno federal, a través de la Secretaría de la Función Pública (SFP), para que los ciudadanos mexicanos denuncien el procedimiento regulatorio más absurdo, tardado y engorroso —en suma, "el trámite más inútil"—, pues la idea es avanzar en la simplificación, combatir la corrupción y hacer un país más atractivo a la inversión.

El "ganador" de la competencia será fallado en este mes. Los inversionistas de San Pancho, denunciados por los ambientalistas locales de haberse enriquecido con la especulación de tierras ejidales de Sayulita y de corromper autoridades para establecer sus desarrollos a costa del frágil entorno ambiental (ver "Los nuevos millonarios de Riviera Nayarit", Público, 27 de enero a 3 de febrero de 2008), contaron con los buenos oficios del empresario Alejandro Vital, quien interpuso la queja ante la SFP.

Alejandro Vital es muy cercano a los dueños de Emerald Coast (EC) y, de hecho, defiende con su denuncia uno de los tres proyectos de fraccionamiento en zona de selva que tiene el corporativo.

El expediente ante la SFP habla de "un desarrollo turístico en Bahía de Banderas, Nayarit, llamado La Joya de la Costa o La Joya Vistas, que, a un año y medio de iniciadas las gestiones respectivas, se encuentra en punto muerto", y mantiene en suspenso una inversión de 90 millones de pesos.

A juicio de Vital, "el proceso se ha topado con requisitos más allá de los legales […] y hasta amenazas de terceros contra el desarrollador, sin que se haya expedido aún la autorización respectiva".

Lo que no cuentan es que los empresarios abrieron ilegalmente zona de selva y destruyeron arbolado, aunque dicen que fue un error del promotor que contrataron. La Ley Forestal, la Ley Agraria —son tierras ejidales— y la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente prohíben estrictamente el aparcelamiento o fraccionamiento de bosques y selvas.

La queja de los empresarios deriva de que no se les ha otorgado autorización de impacto ambiental ni de cambio de uso de suelo forestal. En su opinión, "la resolución emitida por la Semarnat es completamente contraria a la ley, no sólo porque violentó las reglas del procedimiento administrativo, sino que también se encuentra totalmente injustificada desde el momento en que tenía la opción de autorizar el proyecto de manera condicionada a las medidas correctivas adicionales que considerara convenientes".

EC es, según los ecologistas, emblemática de los defectos que arrastra Riviera Nayarit: un ejemplo de la formación de rápidas fortunas con base en la especulación inmobiliaria y la compra de autoridades locales. Por ello, esos mismos críticos buscaron hacer contrapeso a la campaña contra la Semarnat, y entregaron el 12 de noviembre pasado una carta abierta a la opinión pública, pero dirigida al titular de la Semarnat, Juan Rafael Elvira Quesada, en defensa de la legalidad con que ha actuado la dependencia.

La misiva indica que el delegado en Nayarit, Armando Zepeda, "ha atendido de forma profesional, decidida y oportuna" los conflictos, "lo que le ha valido calumnias y difamaciones en los medios de comunicación impresos y electrónicos".

En cuanto al proyecto inmobiliario Las Joyas Vistas, y en general todos los proyectos de EC, "han sido cuestionados en numerosas ocasiones por querer ser impuestos en zonas de selva tropical, mediante la lógica de para qué respetar la ley si puedo pagar las multas". Multas "insignificantes contra las ganancias de comprar hectáreas de tierra protegida ejidal barata y venderla a precios competitivos en el mercado internacional".

Estos desarrollos "han deforestado, subdividido, vendido y después obtenido la autorización del municipio; el Estado no los ha detenido, sino sólo levemente condicionado; los montos de inversión que presumen son muy altos pero no creemos que suficientes para sacrificar la legalidad ambiental en nuestro país y la certidumbre jurídica, al cambiar el uso de suelo de bosques tropicales a residencial sin respeto a las leyes vigentes y aplicables", añaden.

Así, los empresarios, "en un acto desesperado, acusan a nuestras autoridades ambientales locales y las apuntan inmerecidamente como candidatas a ganar el título de El trámite más inútil convocado por la SFP […] como una franca estrategia de presión", agrega la carta.

Firman la Alianza de la Costa Verde, AC; Alianza Jaguar, AC; Desarrollo Comunitario y Conservación de la Naturaleza Nuestra Tierra, AC; Grupo Ecológico Manglar, AC; Grupo Ecologistas de Nayarit, AC; Mujeres Unidas de Bahía de Banderas, AC; Natura Nayarit; Comunidad de Artistas de Nuevo Vallarta y Punta de Mita Fundation, y otras organizaciones civiles preocupadas por la falta de sentido ambiental con que se desarrolla Riviera Nayarit.

Llegó la crisis

No ha habido respuestas oficiales en esta guerra de cartas. Pero mientras la disputa no se resuelve, la crisis económica global ejerce de juez involuntario para este desarrollismo no sostenible: los inversionistas extranjeros —en gran parte, los baby boomers, jubilados nacidos después de la Segunda Guerra Mundial—, que son el mercado fundamental al que están dirigidos los megaproyectos de este litoral, empiezan a retraerse, prudentes, guardando sus capitales para los tiempos aciagos que están en marcha.

En el caso de EC, ya está despidiendo a parte del personal que contrataron en el poblado de San Francisco. Pero hay más: los moradores del poblado de Higuera Blanca, contratados por la transnacional Ibero Star —el mayor beneficiario de los terrenos de Litibú, que el gobierno federal vendió en un solo día a "precio de regalo", según denuncia de Greenpeace—, ya fueron notificados de que la empresa va a detener sus obras "hasta nuevo aviso". Todos los trabajadores regresarán al desempleo el último día de este año.

Según datos que manejan los ecologistas locales, Ibero Star ya había arrancado la edificación del primero de sus tres hoteles en Litibú hace alrededor de un año. Las obras se quedan a medias.

"Nuestra suposición: de estas cosas vamos a ver más y muy pronto. Las consecuencias son múltiples. Por lo pronto, las tiendas y cuartos para rentar —que brotaban en Higuera Blanca como hongos— se van a quedar sin 500 de sus clientes e inquilinos", estiman Magdalena Barrios de Steinmeyer y Horst Steinmeyer, de Alianza de la Costa Verde. "La naturaleza va a tener un respiro", señalan esperanzados.