Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZ Encuentro de los habitantes que serían desplazados por la construcción de la presa El Zapotillo
Temacapulin, municipio de Cañadas de Obregon, 19 de junio.- Aquí en este poblado, sobre el que penden advertencias del gobierno del estado para dar paso a la construcción de la presa El Zapotillo, cuyo embalse sería el más grande de Jalisco, comenzó el Quinto Encuentro del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder).
Un desayuno a las 8 horas y posterior celebración eucarística en el Templo de la Virgen de los Remedios, una joya arquitectónica que data desde principios del siglo XVIII, fueron el preámbulo para iniciar con las actividades.
Las palabras del presbítero Gabriel Espinoza Iñiguez infundieron ánimo a los asistentes y renovaron las esperanzas de la población para continuar su resistencia a los embates de las autoridades de la Comisión Estatal de Agua (CEA), que el pasado domingo hicieron una visita encabezada por el director de Cuenca y Sustentabilidad del organismo Héctor Castañeda, para informarle a los habitantes que tienen que ir escogiendo un lugar donde puedan permanecer el resto de sus vidas.
Más de 30 organizaciones civiles y medios de comunicación independientes acudieron a la inauguración, donde se intercambiaron puntos de vista y experiencias tanto de pobladores y afectados por la construcción de presas, como de académicos e investigadores.
En la primera ponencia participaron los propios pobladores de Temacapulín quienes relataron sus experiencias y dejaron en claro que no cederán sus viviendas ni a “precio de oro”.
“Son hasta tontos, porque pusieron en las mantas que asistiéramos a la junta para elegir dónde ubicarnos. Si ya estamos ubicados ¿qué nos van a ubicar?”, comentó la señora María Abigail Agredano, administradora de uno de los dos hoteles que se encuentran en el poblado.
Posteriormente participó una delegación de campesinos del estado de Guerrero donde desde hace cuatro años comunidades indígenas mediante el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota han emprendido una resistencia legal y a veces violenta para detener el proyecto del embalse que lleva el mismo nombre.
Entre ponencia y ponencia, trovadores amenizaron las sesiones con su canto de protesta y poco después de las 14 horas los asistentes se reunieron en un banquete para degustar el pozole y la ternera de res que se sirvió de manera colectiva.
En septiembre de 2005, pobladores de Temacapulín, ubicado en el municipio de Cañadas de Obregón, advirtieron que defenderían “con sangre” sus tierras, durante una visita que realizó el entonces secretario de Gobierno, Héctor Pérez Plazola, y personal de la Comisión Nacional del Agua para informar directamente a los habitantes que tendrían que desalojar sus viviendas. Además de Temacapulín, entonces se manifestaron ante la presencia de los funcionarios habitantes de Palmarejo y Acasico, en esa misma zona aledaña al cañón del río Verde, cuyas poblaciones también serán inundadas.
Con el aumento en el tamaño de la cortina de 80 a 110 metros, además de inundarse otra población aún no especificada, aumentará también el costo, que se calculaba originalmente sería de 7 mil 450 millones de pesos –un 40 por ciento pagado por Guanajuato y el resto por la Conagua–, a los 7 mil 900 anunciados ayer. Además, a pesar que la presa de Arcediano parecía la opción lógica para alimentar a la Zona Metropolitana de Guadalajara, ahora resulta que también El Zapotillo servirá para ese fin.
Hoy intervendrá una delegación que llegó de Guatemala para hablar principalmente de la contaminación de ríos que ha provocado la extracción de minerales, y la participación especial de una comitiva de Mapder que llega de Brasil en pago a una visita que el Mapder de México realizó hace unos meses.
Por la noche, los realizadores del encuentro junto con los pobladores de la región efectuaron una velada en el panteón antiguo para recordar a sus seres queridos, y hacerles la promesa de que nunca dejarán de visitarlos.