La ciudad, no tan silenciosa invasora, comienza a remontar los cerros de La Primavera.
Foto: Tonatiuh Figueroa
Agustín del Castillo - PÚBLICO
El predio de Las Lomas, en Santa Ana Tepetitlán, fue el último en ser invadido por los promotores del caos urbano.
Hoy, en las orillas del bosque La Primavera, los operadores de la maquinaria pesada se afanan en “emparejar” cerros, rellenar barrancas con escombro y basura, barrer con zonas arqueológicas y ocupar lechos de arroyos que están secos casi todo el año, pero, en una crecida de pocos minutos, pueden terminar con las irrepetibles vidas y los magros patrimonios de sus invasores.De eso nadie advierte.
Las casas miserables y las no tanto van así ocupando la superficie irregular que soportaban arbolado natural apenas semanas atrás. Los fraccionadores ofrecen lotes y facilidades para una precaria posesión; las estacas y los cimientos van creciendo silenciosamente, después se levantan paredes, techos y estancias con piso de tierra, entre calles arenosas.
El drenaje será una corta tubería hacia el barrancón más cercano; la luz se robará del mar de cableado que atraviesa estos cielos hace poco silvestres; el agua llegará en pipas, la basura se arrojará a las depresiones o a un lado de los caminos, y las escuelas después serán montadas con diligencia por la autoridad para “resolver el problema social”.
Qué decir de cuando lleguen los políticos a pedir votos; votos a cambio de obras, votos a cambio de escrituras, votos a cambio de licencias para hechos consumados y a cambio de ciudadanía, o lo que más se le parezca. “Por eso no se acaba esto nunca, todos se benefician de la ruleta; el PAN es igual que el PRI, favorece el clientelismo porque lo ayuda a permanecer en el poder”, señala Juan Martínez López, miembro del grupo que asiste legalmente a los ejidatarios inconformes con el status quo.
Este potrero de 641 hectáreas es la codiciada manzana que da acceso a la floresta natural: 552 ha de su superficie eran parte del polígono que protegió el 6 de marzo de 1980 el presidente José López Portillo. Un juzgado de distrito y un tribunal colegiado federal terminaron con ese régimen de exclusión para la especulación urbana, hace casi tres semanas (Público, 7 de julio de 2008).
El Ayuntamiento de Zapopan y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) prometieron, al trascender la noticia, que no concederán permisos de urbanización, pero la realidad los está rebasando, advierte Tranquilino Flores Aguilar, líder del grupo opositor.
El campesino recorre su parcela, en la cual siembra nopales a falta de mejores productos para tierra montosa; nadie del grupo ha recibido apoyos del ProÁrbol para meter pinos y frenar de forma más eficaz el crecimiento urbano, explica Benjamín Rivera.
La parcela está contigua al arroyo Seco; Santos Sanabria Madrigal, hijo de un ejidatario, construirá en el terreno de al lado un fraccionamiento popular sin servicios básicos, para lo cual hizo rebanar el cerro.
Tranquilino le dijo hace días que estaba inquieto por el modo en que podrá llegar a su tierra de labor, pero el vecino le aseguró que, ya con el trazo abierto, el tránsito será más sencillo, y todos se beneficiarán.Unos metros al sur, varios lotes ya estacados y con construcción incipiente por encima de pequeñas mesetas. Se trata de la zona arqueológica de El Tizate o Los Cerritos.
“Se llevaron lo de encima los saqueadores, pero debajo de la tierra hay restos y nadie hace por rescatarlos”, añade Benjamín.Y así pasa si se visitan todas las entradas abiertas hacia los cerros de La Primavera. Como nadie regula nada, los parroquianos se instalan donde pueden o donde los dejan.
En la colonia Lomas de la Primavera, por ejemplo, una casa de lámina y cartón se yergue encima de un montón de basura y escombro que bajan hacia el lecho de un arroyo; unos metros abajo, se junta una segunda corriente temporalera, y un poco más, la tercera, hasta llegar a la escuela primaria que por las mañanas se llama Manuel Gómez Morín y por las tardes Niños Héroes.
Y como que le queda mejor la segunda toponimia: durante más de diez años se ha inundado con cada crecida, y cómo no va a ser así si fue construida en el lecho de tres ríos; el año pasado le pusieron un gran muro, pero pocos confían en que resista demasiado tiempo.
“Yo no sé si se trata de que los niños vengan a aprender a vivir o a morir”, señala con humor negro don Tranqui. Otro plantel escolar ubicado en zona de riesgo es la escuela Jaime Torres Bodet, entre la calle Jardines de los Claveles y la avenida Las Rosas.
“Es evidente que no se necesitan permisos para hacer invasiones; o son verbales o, peor todavía, se trata de una autoridad rebasada; ¿cómo prometen controlar el fraccionamiento si por años no lo han hecho?”, puntualiza Juan Martínez.
El escrito que entregaron hace dos días al presidente municipal, Juan Sánchez Aldana, no deja lugar a dudas de sus sospechas: “…por escrito usted no da permisos pero, por otra parte, usted está otorgando consentimientos verbales y en forma tácita…”, señala el documento que firmaron Tranquilino y demás integrantes de la Comisión de resguardo del potrero Las Lomas.
Allí recuerdan cómo, al comienzo de la actual Administración, se hizo una visita al predio con el síndico municipal Ricardo Anguiano Apodaca y el regidor Manuel Villagómez Rodríguez, “habiéndose podido comprobar que este propio ayuntamiento está involucrado en la invasión de dicho potrero, ya que tiene construidos diversos planteles escolares y un tanque de almacenamiento de agua”.
En el sentir de los ejidatarios disidentes de Santa Ana, ese “soporte urbanístico” induce las invasiones.Los campesinos acusan a Sánchez Aldana de no querer defender el área natural protegida, pues sus intereses están ligados al grupo que controla formalmente el ejido, al cual han señalado por años de haber convertido la vieja Santa Ana de los Negros en un fabuloso negocio inmobiliario.
¿Y qué dice de esto el comisariado que encabeza Silvano Alvarado Flores? Nada hasta ahora. Este diario le solicitó desde el 10 de julio al propio presidente una entrevista, pero éste pidió posponerla hasta su aviso porque anda “muy ocupado”.
También están ocupados los que fraccionan a la sombra de La Primavera. Ahora, que los vientos parecen soplar a su favor
El espía de Las Pomas
• Lunes 14 de junio, 9:13 am. Un hombre de unos 60 años apareció de improviso en una camioneta azul, la estacionó sobre la avenida Mariano Otero, se bajó y se metió apresurado hacia el área de ingreso de las ruinas del Ixtépete.
Al ver a los ejidatarios disidentes y a sus abogados hablar con los periodistas, bajó la velocidad, abrió su celular y aparentó contestarlo, mientras observaba y deambulaba lentamente por una vereda.
Luego se detuvo y volteó completamente al área de la conferencia, sin dejar el teléfono.Don Tranquilino, Benjamín, Lourdes y sus licenciados platicaban apacibles mientras lo miraban de reojo, casi indiferentes.
“Es uno de los de Las Pomas”, señalaron ante la interrogación de quién es, por qué está allí, qué hace mirando con tanta insistencia.Es decir, “comerciantes del mercado de abastos que se apoderaron de tierras en ese potrero [distinto a Las Lomas, huelga decir], y ahora quieren el control del ejido”, comentó Juan Martínez.
En Santa Ana Tepetitlán hay una pequeña red de espionaje basada en delaciones y chismes. Estos hombres acaudalados no conocen a los campesinos, aunque se dieron de alta como ejidatarios, pero son cosas de puro negocio: tierras suburbanas que se tasan en millones de pesos por hectárea.
Ahora se cuidan de los oscuros y taciturnos ejidatarios a quienes siempre despreciaron. Principalmente de ese grupito de opositores hace mucho ruido y llega a dar lata; alguien les avisó en el comisariado ejidal —al que están aliados— que Tranqui tendría conferencia con periodistas, y quisieron cerciorarse de primera mano: no se fuera a ofrecer algo.
Los ejidatarios están tan acostumbrados a ese esquema de espionaje que a veces incluso mandan recados a través de los corresponsales, supuestamente discretos.
Hoy, se quedará sin espectáculo el adusto hombre de Las Pomas, porque la entrevista acaba rápido y empieza un recorrido por el corazón de los asentamientos irregulares, al cual no está invitado-
Las Cifras
• 641 hectáreastiene el potrero de Las Lomas, de las cuales, 552 estaban dentro del área de protección de flora y fauna La Primavera, hasta el pasado 27 de junio
• 10 añospor lo menos, tiene asentada la escuela Manuel Gómez Morín-Niños Héroes, en el lecho de tres arroyos, en Lomas de la Primavera. Es decir, en zona de riesgo-
A viva Voz
“Nos sentimos como si estuviéramos de luto, porque la ley no se aplicó como debía”
• Juan Martínez