domingo, 27 de enero de 2008

Defiende alcalde de Cuautitlán a empresas mineras; traerán desarrollo a la zona, dice

Imagen de la mina de oro y plata en Ayotitlán Foto: ARTURO CAMPOS CEDILLO


Jorge Covarrubias – LA JORNADA

Las empresas mineras que pretenden explotar los yacimientos de cobre, oro y plata que se encuentran en el subsuelo del ejido de Ayotitlán traerán bonanza a sus pobladores, es la opinión del alcalde de Cuautitlán de García de Barragán, Gerardo Palacios Campos, emanado de las filas del Partido Acción Nacional (PAN).

La reciente acción en la que ejidatarios nahuas del territorio en disputa inmovilizaron y se llevaron la maquinaria de una minera para resguardarla junto al templo de esa población, es algo que no debió suceder, considera el primer edil, pues la empresa también tiene “derecho a trabajar”.

“A mí me gustaría que las formas fueran las legales, que hubiera la intervención de la asamblea, en este caso que ésta fuera la que decidiera, que los demás nos acatáramos a esas disposiciones y, sobre todo, que viéramos los beneficios que se van a tener, que también no está por demás señalar que son buenos y que no nada más estamos viendo los perjuicios; si la empresa reúne todos los documentos legales, tiene también derecho de trabajar y ojalá que esos trabajos nos permitan tener un desarrollo del municipio, que es lo que mucha falta nos hace”, indicó.

El jueves pasado, el munícipe sostuvo una reunión en el Congreso local con integrantes de la Comisión de Gobernación, el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el representante del Frente Regional Pro Manantlán y Cuenca del Marabasco AC, y Gaudencio Mancilla, presidente de la Asamblea del Consejo de Mayores.

Ahí se acordó establecer una mesa de trabajo en la que participaran autoridades locales y los representantes de ejidatarios. De acuerdo con Palacios Campos, este día se reunirán el Consejo de Mayores de Ayotitlán con las mineras interesadas en explotar los yacimientos, un encuentro que resultará clave en el desarrollo de la región.

Faltan manifiestos de impacto ambiental

Los Juanes, La Gallina y María SA de CV, son las mineras que hasta ahora tienen la concesión para explotar los yacimientos ricos en minerales, y a pesar de que han comenzado con el derribo de árboles y bloqueo de un río para trazar el camino que conducirá hasta la veta, el alcalde admite que no poseen permisos del Ayuntamiento, ni se les ha requerido los estudios de impacto ambiental porque es competencia de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

–Hay riesgo de una catástrofe ecológica, dicen las comunidades.

–Habría que valorarlo, habría que verlo como viene en el manifiesto de impacto ambiental y no está tampoco de negarlo, si ahí viene que se puede dar, éste será posible, y si no, pues habrá que verlo. Tenemos conocimiento de que en las minas de fierro no se ocupa ningún químico para separación de metales, entonces lo único que sí harán ahí es remover tierra, derribar árboles, y ahí me imagino que en el manifiesto de impacto ambiental vendrán las formas de cómo van a reparar los daños ecológicos.

–¿Usted no les ha requerido los estudios de impacto ambiental?

–Mire, no les hemos requerido, sí me han mostrado los manifiestos de impacto ambiental, la verdad no tengo copia de ellos, pero el ejido tiene todo el expediente, ya que con ellos es con los que están tratando directamente. Ahí hay la parte, igual si la empresa no cumple con lo que se requiere, pues con todo derecho la gente o la asamblea, o las mismas instituciones federales, en este caso Semarnat, negará que inicien los trabajos de explotación de las minas.

En un recorrido que realizó en diciembre del año pasado la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDHJ), acreditó quejas de las comunidades de Plan de Méndez, La Piedra, Rancho Viejo y Las Mojoneras, debido a que el agua del río Marías está contaminada con los desechos de la minera, como el cianuro, que se utiliza en el proceso de separación de metales.

No obstante la documentación relativa a tragedias ecológicas, el alcalde pone por delante el “desarrollo” de la región, ya que como el mismo dice, “estamos sentados arriba de los minerales, pero la gente no se desarrolla económicamente. Entonces por eso para mí es importante que busquemos esa, pues ahora sí ese equilibrio, y que pueda desarrollar la gente sus capacidades económicas, en su vivienda, en salud, y que pueda reflejarse este tipo de obras en mejoras para toda la sociedad, es lo que queremos”.

Añade que el descontento de las comunidades nahuas proviene del modelo económico que proponen las mineras, proviene de una falta de información, pues ni siquiera la gente sabe cómo va a ser el empleo y cuánto se les va a pagar.

Piden a la Virgen de Los Remedios que Temacapulín no desaparezca


Evelyn Águila – EL INFORMADOR

Temacapulín, Cañadas de Obregón.- Sólo las voces de los cronistas se escuchaban. Los pobladores de “Temaca”, en un silencio casi sepulcral, estaban atentos a los relatos de la vida de esta pequeña localidad, en donde la producción de la tierra se ha venido abajo y donde desde hace años no conocen el ruido de las máquinas para pavimentar aunque sea la entrada principal.

Todos estaban ahí: Viejos con su bastón, mujeres añorando el regreso de sus hijos ausentes, hombres de sombrero y otros más, que entre los relatos no lograron evitar la nostalgia de una comunidad a punto de desaparecer.

En las calles parece que nada pasa. Sólo se escucha el sonido de las campanas de una modesta iglesia en la que todos se enorgullecen de venerar a la Virgen de Los Remedios.

De esta imagen, con apenas 43 centímetros de altura, se desprenden las mejores historias de los cronistas alteños. Virgen peregrina sumergida al fondo de un cañón rodeado por paisajes verdes, aguas termales y productores de chile seco.

Fue aquí, en “Temaca”, donde después de tantos viajes se quedó Nuestra Señora de Los Remedios, en este devoto vecindario, narró el cronista de Jalostotitlán, Ezequiel Hernández Lugo, quien no puede dejar de mencionar que es venerada desde Argentina, hasta la Catedral de Mérida, Yucatán.

“La primera imagen que se veneró en la Nueva Galicia, hoy Jalisco, fue la que Fray Miguel de Bolonia tuvo en San Miguel el Alto. Ahí la veneraron por espacio de tres siglos en una capilla que varias veces se vino abajo y otras tantas fue levantada”.

Pero al ser pequeña, no se quedó en esa parroquia de Los Altos. El 9 de septiembre de 1979, llegó a las “entrañas” de Temacapulín: “La Virgen de Los Remedios que se venera en San Miguel el Alto, a lo largo de su centenar historia, para cubrir los gastos de construcción de su capilla y difundir su devoción en la región, tenía una imagen peregrina.

En uno de sus tantos viajes, se quedó en Temacapulín, donde su vecindario se deshace en manifestaciones de piedad. Aquí se quedó para honra y consuelo”, describe el cronista.

Esto mismo pasó con una Virgen peregrina en Etzatlán, que se quedó en Hostotipaquillo, al igual que en Lagos de Moreno, donde la Señora de los Refugios llegó desde sus viajes de Zacatecas.

Hace tres años se restauró la escultura que carece de pies, tiene ojos de vidrio y manos de madera tallada.

Para los de “Temaca”, esta es la virgen que logrará la salvación de su pueblo ante la advertencia de la construcción de una enorme presa: El Zapotillo, que sepultará la comunidad. Este proyecto reunió ayer al Consejo de Cronistas de Los Altos, que se unieron a la defensa de los lugareños para que no sean despojados de sus tierras.

Así es “Temaca”, un lugar donde la mayoría de sus mujeres se quedó sin esposos y sin hijos varones. Pero eso sí, con la esperanza de que, al menos una vez al año, puedan volver a verlos.

Claves

1 El Consejo de Cronistas de Los Altos se unió a la defensa de los lugareños para que no sean despojados de sus tierras, con el proyecto de la Presa El Zapotillo

2 Ante la postura de autoridades federales y estatales, pobladores piden a la Virgen de Los Remedios que Temacapulín no desaparezca por la Presa El Zapotillo.

3 Con la Presa El Zapotillo quedarán inundadas las poblaciones de “Temaca”, Acasico y Palmarejo.

4 El delegado de Temacapulín, Clemente Parres Yáñez, sin temor alguno asegura que no permitirá la desaparición de la comunidad, aunque esto signifique perder su cargo.

Lamentan CEDHJ y cronistas que frenen análisis de opciones para Presa El Zapotillo


Sugiere planteamiento de otras alternativas, ante la inminente edificación de la infraestructura

Evelyn Águila – EL INFORMADOR

Aunque la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) apoya la realización del proyecto de abasto El Zapotillo, se opone a que los habitantes de la comunidad de Temacapulín, en Cañadas de Obregón, sean despojados por la construcción de la presa, frenándose el análisis de otras opciones.

Así lo aseguró José Mario Ramírez Trejo, visitador Adjunto de la CEDHJ en Lagos de Moreno, durante la reunión sabatina del Consejo de Cronistas Alteños, celebrada en Temacapulín, para exhortar a los gobiernos de Jalisco y federal la apertura de un espacio de diálogo con los afectados y el planteamiento de otras alternativas, ante la inminente edificación de la infraestructura hidráulica que también inundará las localidades de Acasico y Palmarejo.

“Desde aquí hacemos un llamado al gobernador (Emilio González Márquez) para que atienda estos reclamos de la población. No estamos contra el proyecto, estamos en contra de que no se amplíe la visión del Gobierno, que no reciban alternativas, que no se valore a la persona que será afectada”.

Reiteró que la CEDHJ apoya el proyecto del agua, “pero va contra las versiones que se rumoran, porque hasta ahorita las autoridades no se han atrevido a decirlo, de que es un decreto, de que la presa es un hecho. Esto es lo que la comisión combatirá”.

Dijo que el pronunciamiento se basa en que el derecho al desarrollo no significa “que crezcan las ciudades a costa de la desaparición de los pueblos”.

Argumentó que la propia Ley de Aguas Nacionales, establece en su artículo 14 BIS, que cualquier obra que dañe a una comunidad, “deberá tomarse en cuenta primero a los afectados, a los colegios de abogados, a los profesionistas, a los técnicos y a todas las ONG's y organismos civiles que estén interesados en el proyecto”.

Pidió que se convoque a una reunión para escuchar a los indemnizados porque, acentuó, existen otras opciones como el proyecto Loma Larga.

El visitador informó que el pasado viernes se giró un oficio a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para que vigile las decisiones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al ser la Presa El Zapotillo financiada mayormente con recursos federales.

El diputado local José Luis Íñiguez, quien estuvo presente en la reunión, mostró su rechazo a que el poblado de “Temaca” quede bajo el agua. “No me opongo a la presa, a lo que me opongo es a que se inunde Temaca”.

Los nuevos millonarios de Riviera Nayarit

La especulación inmobiliaria, desatada al norte de la Bahía de Banderas

Los restos de un encallamiento cerca de las instalaciones de la marina de San Blas, al norte de la Riviera Nayarit. Fotos: Marco A. Vargas


Un proceso social y económico con alto costo ambiental se ha desatado en la región, donde las inversiones extranjeras privatizan playas y selvas; los jubilados de Estados Unidos financian esta prosperidad.

Agustín del Castillo - PÚBLICO

Faurest Vaugham Taylor llegó hace cinco años a San Francisco, pueblo superviviente del delirio desarrollista, y ahora sólo pintoresco, entre las ruinas del edén de playas, selvas y manglares que algún día fue la apacible costa sur de Nayarit.

Apenas rebasaba los 30 años; tenía la típica dicción defectuosa del español y ostentaba el físico promedio de los gringos según los prejuicios mexicanos —elevada estatura, piel blanca, cabello castaño claro, ojos azules—. Los lugareños se acostumbraron a verlo en su pequeña bahía con la infaltable tabla de surfing, entusiasta entre el oleaje espumoso, y como guía de turistas extranjeros, cautivado por el sol, el calor y la espesura de este subtrópico.

Hoy, el señor Faurest es tratado con reverencia o recelo por sus perplejos vecinos: se ha transformado en uno de los hombres más ricos e influyentes de la región.

Sólo conserva el nombre de Faurest. Borró el pasado “americano” y se dio orígenes mexicanos, pues asegura haber nacido en el Distrito Federal y, para demostrarlo, luce apellidos muy castizos: Montenegro Vázquez. Su negocio: los complejos inmobiliarios en tierras ejidales, o “comprar tierra barata y vender desarrollos caros”, bajo la firma Emerald Coast (Costa Esmeralda); lo cual ha dado nuevas esperanzas para toda una generación de inversionistas de Estados Unidos que ven derrumbarse su poder adquisitivo ante la crisis inmobiliaria que arrastra su país.

Estos jubilados y pensionados del gigante del norte, nacidos después de la Segunda Guerra Mundial, y que tienen al menos un millón de dólares de fortuna personal, son llamados baby boomers, y ya dominan hasta 70 por ciento de las transacciones inmobiliarias que se están haciendo en la zona, lanzada al estrellato internacional como destino de sol y playa por el Fonatur (Fondo Nacional de Fomento Turístico) y el gobierno del estado, que preside el priista Ney González. El fenómeno es la clave que explica el auge espectacular de Faurest Montenegro, de su socio Erik James Logerquist y de su empresa.

La premisa de Riviera Nayarit es un “desarrollo sostenido” que se supone respeta los valiosos ecosistemas regionales, pero en los hechos, esta nueva oleada de proyectos ha generado una pérdida de vegetación natural y una mayor presión a animales emblemáticos y en riesgo de extinción, como la guacamaya verde, el ocelote y el jaguar; un proceso de privatización del acceso a playas y humedales, y la disminución de planes ambiciosos de protección por sus servicios ambientales, como la reserva de la biosfera Sierra de Vallejo. Los ambientalistas locales y los que defienden la zona como parte de la cuenca del Mar de Cortés, temen el desastre.

El nuevo millonario de San Pancho —como se conoce y difunde por las agencias estadunidenses la antigua aldea de pescadores—, ha utilizado las relaciones públicas como herramienta de prestigio. Dona obras y dinero para mejorar la imagen urbana del pueblo y estrecha vínculos con las autoridades municipales y estatales, las cuales aprueban sus planes parciales de desarrollo mientras su maquinaria derriba la selva contigua, sin permisos ambientales.

Si se hurga un poco más, debajo de la historia de Faurest Montenegro late también el conocido expediente del fracaso de los ejidos. “Acordamos que cada ejidatario tiene completa libertad de vender y de ponerse de acuerdo con sus compradores sin tener que informar a la asamblea”, advierte el presidente del ejido Sayulita, Rodrigo Peña Ramos.

Sabe que muchos terminarán en la miseria tras el espejismo de montos de dinero que jamás formaron parte de su ideal de felicidad. “Existe el riesgo, pero muchos dicen, si ya me fregué toda la vida, tengo derecho a pasarla bien mis últimos años”, agrega el líder. Así, la costa va quedando de forma gradual, tal vez irreversible, en manos extranjeras.

Pablo Hernández Virgen es uno de esos campesinos sorprendidos por la súbita prosperidad de los dólares. Vendedor de cocos en el ingreso de San Pancho, conserva su machete, su sombrero de palma y su habla rústica, pero enfrente del puesto estaciona orgulloso su magnífica, quizás excesiva, Hummer último modelo, que no mueve más allá de los poblados costeros. Su fuente de recursos: la venta de selva a Emerald Coast, a cien mil dólares por hectárea. El ejidatario confía a sus amigos que gracias a su éxito personal, pronto podrá ser presidente municipal de Bahía de Banderas. Para eso sirve el dinero.

Apertura de camino en medio de un bosque protegido, en las cercanías de San Pancho.

El megaproyecto

Riviera Nayarit abarca el litoral de tres municipios: Bahía de Banderas, Compostela y San Blas. “Existe un gran avance […] para que se convierta no solamente en un destino de moda, sino en el destino principal del Pacífico mexicano”, dijo el pasado 20 de enero el secretario de Turismo de la entidad, Edwin Hernández Quintero.

El funcionario señaló que ya está la proyección de nuevas obras de infraestructura que permitirán detonar el crecimiento, como es la licitación del nuevo sistema carretero y la posibilidad de un aeropuerto que sustituya al de Puerto Vallarta. La demarcación será enfocada al turismo de altos recursos, pues está demostrado que genera más ingresos que el turismo masivo y tiene menores impactos en el entorno natural. También se buscará que la mayor parte de los nuevos empleos los ganen habitantes de la entidad, que se ubica entre los últimos lugares del desarrollo social en el país.

“Los inversionistas que son amigos del concepto Riviera Nayarit están esperando que se establezcan algunas marcas de prestigio mundial que tienen que ver con el concepto de hoteles boutique…”.

A la cabeza de ese proyecto está el Fonatur. El organismo de fomento del gobierno mexicano, al abrir en 2006 a la venta el polígono Litibú (centro integralmente planeado), en esta región, todo el terreno se vendió en tan sólo 24 horas a 244 dólares por metro cuadrado (según datos recopilados por Greenpeace México). El terreno, ubicado entre Punta de Mita y Sayulita, tiene una carretera que fue abierta ilegalmente en 2005, y se le ha destruido de forma parcial un manglar. Este modelo se pretende replicar en el polígono El Capomo, en Compostela, este mismo año, y en el siguiente, en el de La Peñita, en medio de ambas zonas.

Pero Litibú ni siquiera ha sido aprobado por el municipio, presionados por los ecologistas de la Alianza de la Costa Verde. “Lo que más nos preocupa es el aumento indiscriminado de las densidades con hasta 60 cuartos por hectárea y seis niveles de construcción […] no entendemos esta política porque nos parece que contraviene los propios intereses de los desarrolladores; un desarrollo de alta densidad va a atraer un turismo de masas […] vamos a tener todos los excesos contraproducentes de Acapulco, Los Cabos y Cancún”, criticó el 15 de agosto de 2007 la integrante de Mujeres Unidas por Bahía de Banderas, Rocío Martínez.

Con esta excepción, el ayuntamiento del lugar ha tomado por su cuenta la tarea de llevar la premisa del crecimiento al máximo. Y a contrapelo de las acres críticas de ecologistas y líderes sociales, aprobó en sesión extraordinaria de Cabildo, el 21 de diciembre de 2007, los siguientes desarrollos: Bosques de San Pancho, La Joya Vistas y Miramar (los tres propiedad de Emerald Coast); El Ahuatal, Alamar Beach &Views, Riviera Estates, fraccionamiento La Concha, fraccionamiento ecológico Real del Oro y Terralta V; pronto podrían salir autorizados los desarrollos Sayulita Vistas, Paraíso Nuevo Vallarta, Los Encantos y Punta Monterrey. Y el Fonatur presiona para que pase lo propio con Litibú.

Esta enorme presión es esencial para explicar por qué los ejidos de esa municipalidad se ampararon contra el decreto de protección estatal de Sierra de Vallejo. “Simplemente nunca vinieron a las asambleas a preguntarnos si estábamos de acuerdo; y no es que no nos interese conservar, de eso se vive para el turismo, pero no se vale la imposición. Por eso nos amparamos, y luego nos siguieron todos los demás ejidos, y les ganamos”, se ufana el presidente ejidal de Sayulita, Rodrigo Peña Ramos. 25 mil hectáreas de sus 63 mil les fueron “cercenadas” a estas montañas. De este modo, en una selva subcaducifolia única en México, el futuro apunta para fraccionamientos campestres y granjas.

“Es un error, porque las áreas protegidas son las que le dan el plus a las zonas turísticas, el paisaje, los servicios ambientales; me parece que a la larga se pueden arrepentir de esa acción”, puso en relieve el comisionado nacional de Áreas Naturales Protegidas, Ernesto Enkerlin Hoeflich.

¿Por qué esta escalada? Todo deriva de la nueva Ley de Asentamientos Humanos y Desarrollo Urbano de Nayarit, publicada en septiembre de 2007, en la cual, los particulares adquieren la posibilidad extraordinaria de definir el uso de suelo incluso a contrapelo de las zonificaciones aprobadas por los ayuntamientos.

Esto explica por qué, por ejemplo, los tres desarrollos de Emerald Coast en torno a San Pancho fueron aprobados pese a ubicarse en una zona establecida como “bosque protegido” por el ayuntamiento. El único ayuntamiento que se ha atrevido a retar esta nueva ley que vulnera los derechos municipales es el de San Blas, que interpuso una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, admitida bajo el expediente 81/2007 el 29 de octubre de ese año, en busca de salvar sus aún vastos manglares y playas de la voracidad del nuevo desarrollismo. Otro esfuerzo, para contener los excesos en Bahía de Banderas, deriva de la diputada local Emma Araceli Barba González, quien sacó en el Congreso un punto de acuerdo para auditar la Administración de ese municipio por el que estarían circulando carretadas de dinero. Claro, sus críticos la señalan por tener fines políticos: la legisladora quiere ser la próxima presidenta municipal, aseguran.

El mercado es gigantesco. En todo el país se estima para los siguientes seis años una demanda anual de venta de casas por cinco mil millones de dólares, en parte, por tres millones de baby boomers que llegarían a los distintos destinos de playa de México.

Héctor Regalado Curiel, secretario del ayuntamiento, no da rodeos: Bahía de Banderas espera tener, en 2020, cerca de un millón de habitantes, o sea, la población de ahora multiplicada por diez, esto es, “más que todo el resto del estado”. Esa gigantesca oleada humana deberá afrontar un crecimiento exponencial en infraestructura urbana. “Pero sí podemos, somos uno de los pocos municipios del país que generamos más ingresos propios de los que nos manda el gobierno federal”.

—¿Está consciente que eso es edificar un municipio igual al actual cada año?

—Sin duda, pero eso se puede si lo hacemos con orden y prudencia.

El malecón del poblado nayarita, mejorado con dinero de Emerald Coast.

Fracasos tercermundistas

Un presidente de la república, en los tiempos en que ese cargo poseía voluntad y poder de pretensiones divinas, buscó que la vieja aldea de pescadores se convirtiera en la sede de su proyecto de sociedad más o menos utópica. Así fue que San Francisco salió de la periferia de la historia y se instaló en el discurso oficial, esa extraña forma de verdad de la política mexicana.

¿Qué se buscaba en los años setenta con el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo en esta aldea anónima?

Excélsior, 10 de octubre de 1976. “San Francisco, Nayarit. Una unidad de trabajo auspiciada por la Conasupo y un centro pesquero fueron inaugurados hoy por el presidente Echeverría. Todas las instalaciones son filiales del Instituto de Estudios Económicos del Tercer Mundo […] en esta zona de Bahía de Banderas se localizan los centros de investigación pesquera y las fábricas de diversos productos que estarán al servicio de investigadores y estudiantes de naciones tercermundistas. De aquí partirán los conocimientos y la tecnología que se van adquiriendo, procedente de muchos países, para ser distribuidos entre los 130 países que se consideran del Tercer Mundo…”.

Un texto divulgativo, de autor anónimo, precisa sus alcances, en un estilo tan grandilocuente como burocrático.

“Palapas, muros blancos, tejas, vegetación exuberante, limpieza, fuentes de coral, muebles estilo rústico mexicano, un mar abierto, zonas para desarrollar la agricultura, trabajo en equipo y grandes deseos de aprovechar al máximo las posibilidades que brinda el lugar…”

Y luego, un misterioso agregado que hace posible la “identidad de contrarios” a que rehuía la antigua metafísica. O sea, cantinflesco: “Técnicos y expertos nacionales trabajan ya en la extensión San Francisco, en Nayarit, y están demostrando con sus investigaciones, que es posible aplicar en otros lugares experiencias que resultan benéficas en zonas distantes, pero con similares características de donde fueron aplicadas…”.

En el nuevo testamento de esta comunidad, la Biblia de pintura y cal que exhibe la historia de San Pancho a los visitantes del malecón, cortesía de Emerald Coast, la lectura de los sucesos del periodo de Luis Echeverría es más modesta: “En 1970, el presidente Luis Echeverría trajo al pueblo un progreso de mejoras para sus habitantes, construyendo casas y el hospital general”.

Luego se relatan, debajo de un fresco en el que agricultores trabajan la tierra, la integración de empresas productivas, y más delante, al pie de un acueducto deteriorado, el final de las promesas megalómanas.

“Actualmente, los habitantes de San Pancho, el ayuntamiento de Bahía de Banderas y Emerald Coast unen esfuerzos para mejorar los servicios públicos…”.

Y quién dice que el elogio en boca propia es vituperio. El mural, financiado por la empresa inmobiliaria como parte de su restauración de la zona, remata, con el mismo pobre castellano desplegado en los cuadros precedentes: “Expresamos nuestros más sinceros reconocimientos a […] Faurest Montenegro y Erik James, por la gran labor altruista para realizar esta obra; el pueblo le agradece todo lo que realizan a favor de este maravilloso pueblo…”.

El estero que fluye anexo a San Pancho, también situado por los desarrollos.


El nuevo redentor

“Yo tengo en esta zona desde el 74, aunque nací en el DF”, dice Faurest Montenegro, ciudadano mexicano, con su mirada desconcertada, ante los inesperados cuestionamientos del periodista.

En la página web www.emeraldcoastinvest.com, su perfil biográfico señala que arribó en 1978. En otro perfil anterior, en www.realpropertyfinancial.com/san_pancho_oportunity, se da ese mismo dato pero el nombre del empresario es con el que llegó a San Pancho: Faurest Vaugham Taylor. Se desconoce el monto de su fortuna, pero según los precios de los terrenos, puede manejar márgenes de utilidad superiores a tres millones de dólares por hectárea.

“Ando en San Pancho desde hace como cinco años; en Sayulita, como nueve años; aquí empezó la empresa, hace tres años empezamos, ya en buena forma, y utilizamos terrenos de aquí; tenemos aprobados a nivel estatal y del ayuntamiento del municipio tres desarrollos; nuestra forma de pensar es que era muy importante trabajar con el pueblo, y brindar servicios primero al pueblo, para que se pudiera dar beneficio a los desarrollos, y no como hemos tenido desgraciadamente oportunidad de ver aquí en México y en donde sea, ejemplos de que se sacó todo el provecho de una playa, y prácticamente mataron a un pueblo al ladito”, refiere.

Es decir, la idea es que el poblado donde viven mejore antes de que sus desarrollos se beneficien. “Nosotros vimos que había necesidades aquí en lo que es agua potable, alcantarillado, basura, tratamiento de aguas negras, de aguas pluviales; entonces nos pusimos en forma trabajando en conjunto con el municipio; hemos apoyado mucho y nos han apoyado a través de permisos que nos han dado”.

Así se benefició el edificio de preescolar, donde se educó el hijo de Faurest; “en seis semanas reconstruimos toda la escuela”. La primaria fue reacondicionada y recibió 25 computadoras; para mejorar el servicio de agua se hizo un proyecto “y ahorita estamos haciendo las perforaciones, las líneas de conducción, los tanques de abastamiento [sic] para todo el pueblo; teníamos 150 metros cúbicos de agua para almacenar y estamos haciendo para que haya 600 con los nuevos pozos; el doctor Jaime Cuevas [presidente municipal de Bahía de Banderas] nos pidió que hiciéramos los estudios para quince años, o quince mil personas, que son las cifras que nos está dando el estado para el crecimiento de San Pancho, otros pueblos tienen más, están poniendo hasta 58 mil personas para Sayulita en el mismo tiempo…”.

Otras donaciones de Emerald Coast: el juez del pueblo recibió una cuatrimoto, la pintura para remozar el campo de futbol, renovación del malecón (por 30 mil dólares), empleo a una treintena de moradores, un vivero local, ocho mil dólares para la Escuela del Mundo, ocho mil dólares para el programa infantil del grupo Entre Amigos; pintura, limpieza y reforestación con palmas en las viejas bodegas de Conasupo, y patrocinio de equipos locales de futbol.

—¿Entonces va a ser un crecimiento muy fuerte en el área?

—Sí, el crecimiento está enorme aquí, pero nosotros de aquí a un año estaremos construyendo nuestra primera casa en nuestros desarrollos; entonces, los servicios van hacia el pueblo, pero por supuesto que va a haber agua en nuestros desarrollos, eso sí, pero primero al pueblo y luego al desarrollo, y así podemos vivir bien, juntos […] el desarrollo tiene que ser de baja densidad, tomando en cuenta la riqueza que tenemos, la naturaleza; es un poquito diferente del desarrollo que se hizo hace 20 años, que era tumbar todo y tener más campos de golf…

—¿Cuánto han invertido para mejorar San Pancho?

—Más de dos millones de dólares.

—Hace tres años empiezan la empresa, ¿pero, por qué se decidieron por este tipo de negocio?

—Bueno, yo creo que el desarrollo se decidió a venir hace cinco años al norte de Vallarta, entonces a mí me tocó estar en un buen lugar y en un buen tiempo, jaja […] venimos aquí por muchas cosas, la tranquilidad, la seguridad, la vida de playa, pero también por las oportunidades que se estaban dando, y lo que viene después, que es mucho.

—¿Cuánta superficie ejidal han comprado?

—Estamos hablando de un aproximado de 45 hectáreas, entre los tres desarrollos que tenemos aprobados.

—¿Se puede saber cuánto les costaron?

—No, no se puede, jeje.

—¿Es buen negocio a la larga?

—Yo creo que a través de los riesgos del trabajo, del tiempo, del amor y sudor que tienes que tener, y la paciencia, yo creo que hacer algo bien sí vale la pena.

—¿A cómo están vendiendo?

—Bueno, más que nada es una preventa, nuestros lotes empiezan en 850 metros cuadrados hasta los 1,500 m2 más o menos; entre tres mil y cinco mil pesos por metro cuadrado.

—Sabemos que la procuraduría ambiental (Profepa) los sancionó porque tiraron selva sin permiso…

—Hubo una confusión ahí, de lo cual ya se ha arreglado, se multó, se hicieron trabajos de nuestra parte por equivocación de entendimientos, o sea, una cosa era pensar que ya teníamos los permisos […] no se tumbó ni un árbol, nomás habíamos puesto accesos o calles. Pero está resuelto, ya se pagaron las multas y se arregló, punto.

—Los critican a ustedes algunos grupos, de tratar de comprar conciencias con el dinero para sacar adelante sus desarrollos

—A mí me han llegado comentarios así, y de verdad, lo que hemos hecho aquí en el pueblo me nació del corazón, porque tengo aquí a mi hijo y a mi esposa […] siempre va a haber la envidia, que es muy conocida en México, yo a mis detractores les digo que aquí estoy durante todo el año, jamás me ha llegado uno a preguntarme por qué hago un parquecito, por qué quiero remodelar el malecón, por qué hacemos nuevas instalaciones para las escuelas, siempre está la puerta abierta para las dudas…

—¿Con los políticos locales o del estado no ha habido relaciones de dinero, le han pedido?

—No, jamás.

* * *

La playa nayarita se abre a la inversión extranjera, con riesgos.

“Nada hay más adecuado en el mundo que un discurso persuasivo para confundir la máquina mental y trastornar las convicciones y seducir las emociones de un público inexperto en las tretas y engaños…”.

El hombre que corrompió a una ciudad. Mark Twain.

Los esteros son fuente de vida, en San Blas.

En Temacapulín sufren el drama de un posible naufragio

Los habitantes de este pueblo se quejan de que no los toman en cuenta.

Letreros como este inundan el poblado que podría quedar debajo de millones de metros cúbicos de agua. Foto: Rafael del Río

Patricia Martínez - PÚBLICO

Temacapulín es un sitio de veraneo, pero sin la suerte económica de un típico destino turístico. Cada cierto tiempo aparece gente de los pueblos aledaños para bañarse en las aguas termales de sus balnearios y cada diciembre llegan, con fecha de regreso, los migrantes que se fueron a trabajar a Estados Unidos. Sin ellos no hay más de 400 habitantes en este pueblo.

Para llegar aquí hay que querer hacerlo. Es un sitio que no aparece en la mayoría de los mapas y se encuentra a menos de que siga rigurosamente las indicaciones de algún conocedor del camino. La última indicación es bajar por una ondeante vereda flanqueada de paisajes áridos. Casi al llegar verá que en la punta de un cerro resalta un mensaje de piedras blancas: “Temacapulín te saluda”. Sea bienvenido, al sitio que ahogarán al construir la presa El Zapotillo, un proyecto complementario a Arcediano, para abastecer ciudades de la región de Los Altos.

En Temacapulín, perteneciente al municipio de Cañadas de Obregón, casi nada tiene letrero, porque cualquier negocio se conoce por el nombre del dueño y nadie llama a las calles con los nombres de personajes insurgentes o revolucionarios; aquí todos se conocen y saben que la tienda de Luz queda frente a la casa de la regidora María y para llegar a la casa de la regidora María sólo hay que dar vuelta en la primera calle del pueblo a la derecha, es la del barandal negro con el letrero de “No a la presa Zapotillo”.

Su casa, la del frente, en la tienda de Luz y casi en cada puerta hay letreros con consignas que apelan a la fuerza divina: “Virgencita de los Remedios no vamos a permitir que nos toquen ¡Y que Dios nos ampare! ¡Viva Cristo Rey! Nuestra tierra no se vende, se defiende!”.

Son los rezos públicos de pobladores que protestan a la construcción de una presa que dará agua a catorce municipios de la región de Los Altos y otro poco para Guadalajara y León, Guanajuato. Y no es precisamente que estén contra la construcción de la presa, sino de que Temacapulín quedaría millones de metros cúbicos abajo: inundado. Su salvación eterna la perdieron cuando el gobierno del estado sugirió a la Comisión Nacional del Agua que crecieran 20 metros el nivel de profundidad del rebalse, pero a 105 metros es imposible librar de la condena al pueblo centenario.

“No queremos irnos porque hemos sacrificado todo aquí”, lo dice serio Marcelino, un albañil —y clava la pala en la pila de arena que sacó del río Verde, el que conducirán a la presa El Zapotillo—“nos quieren subir a un cerro donde no hay tierra para sembrar ni para que paste el ganado, tampoco tiene agua como acá abajo”.

Abajo es Temacapulín, un caserío de cantera bordeado por cerros pequeños, de banquetas limpias y casas con patios frescos cercados de plantas y corrales al fondo.

“¿Cree que al reubicarnos nos van a construir casas como las nuestras?”, repara Clemente Torres, el delegado. “La gente de Los Altos extraña hasta la tienda de la esquina cuando se cambia de casa, ¿se imagina si nos sacan?”.

Si los sacan posiblemente los reubicarían en La Pastoría, un cerro llano de cantera, sin capas profundas de tierra que les permitan sembrar y sin las aguas de venero que los abastecen desde toda su historia (dicen que los primeros pobladores llegaron hace 1,300 años; al menos la iglesia tiene casi 300 años de haber sido construida).

“¿En qué nos va a beneficiar?”, insiste. No conciben qué harán sin el agua que les permite regar sus sembradíos fuera del temporal, ni cómo será la vida sin los lugares que les dan identidad: la iglesia y una peña donde veneran la marca de un cristo aparecido.

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Desde 2005 se anunció la construcción de la presa, pero fue en agosto de 2007 cuando el gobierno de Jalisco confirmó que la cortina se elevaría 20 metros más y con ello tendrían que reubicar a los habitantes de Temacapulín. Ese mes el delegado Clemente Torres tuvo una entrevista con el gobernador Emilio González Márquez, donde le preguntó por qué no los habían consultado para decidir inundar el pueblo, la respuesta fue que todo había sido muy rápido, es decir, el acuerdo con el gobierno federal.

“Necesitamos que venga a ver el pueblo, para que sepa de lo que se trata”, sugiere Clemente. Pero el gobernador le dijo que lo haría una vez que hayan comprado el terreno de reubicación. Clemente se calla, no parpadea: “No la veo fácil ni para el gobierno ni para nosotros”. Mientras, los proyectos ejecutivos de la presa avanzan y, si las fechas se cumplen, la construcción comenzará a mediados del año y con los habitantes nadie ha intentado negociar.