El río Verde, a su paso por Los Altos, será el escenario de la presa El Zapotillo, que con sus nuevos planes de operación se prevé que abastezca a la región hasta el año 2030. Foto: Público Catorce municipios alteños serán beneficiados con agua de la presa El Zapotillo, lo que obligará a tender 260 kilómetros de acueductos; la obra tiene por fin principal abastecer a las metrópolis de León y Guadalajara.
Agustín del Castillo - PÚBLICO
El gobierno de Jalisco instalará 260 kilómetros de ramales —tubería de diversos grosores y materiales— desde las tomas del acueducto El Zapotillo-León, o desde la presa del mismo nombre, para entregar 1,800 litros por segundo a catorce ciudades medias y pequeñas de la región de Los Altos, lo que garantizará el suministro de esas poblaciones por lo menos hasta el año 2030.
El director de Cuencas y Sustentabilidad de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Héctor Castañeda Náñez, destaca que un aspecto que inmediatamente beneficiará a la sustentabilidad regional es que los pozos que actualmente surten de más de 90 por ciento del agua de esas localidades quedarán “en descanso”, para recuperarse de abatimientos de hasta 300 metros que han padecido ante la urgencia de agua para las actividades humanas de la región.
Cita un documento elaborado por la anterior Administración sobre el caso de Los Altos y sus requerimientos de agua. “La zona tiene un problema serio de producción, de existencia de agua; la que existe es subterránea y la están sacando ya de bastante profundidad, lo que es muy costoso para los municipios; lo que se contempla con la presa es poder llegar a dotar 95 por ciento de la necesidad con agua superficial, lo cual dejaría descansar a los mantos freáticos”.
Los catorce centros de población beneficiados son San Diego de Alejandría, Unión de San Antonio, Encarnación de Díaz, Lagos de Moreno, San Juan de los Lagos, Yahualica, Mexticacán, Cañadas de Obregón, Tepatitlán, San Miguel el Alto, San Julián, Villa Hidalgo, Jalostotitlán y Teocaltiche.
No hay todavía un estimado seguro de las inversiones que se llevará todo el proyecto en Los Altos, que deriva de El Zapotillo.
En el caso de la presa, el ascenso de 25 metros más de la cortina (pasa de 80 a 105 metros de altura), solicitado por Jalisco, costará cerca de mil millones de pesos extra, que compartirá el estado con la Federación. El resto de la obra, cerca de ocho mil millones más, es pagado por la CNA y el gobierno del estado de Guanajuato.
Así, Jalisco obtiene cerca de 60 por ciento del agua del sistema El Zapotillo (5.1 metros cúbicos por segundo de 8.9 m3 totales), pero invierte menos de 10 por ciento del costo del proyecto.
Los 260 kilómetros de ramales sí serán a cuenta de la entidad, pero considerablemente menos costosos que el acueducto El Zapotillo-León, de 120 kilómetros, estima Castañeda Náñez.
“Es muy probable que nosotros tengamos que revisar, por ejemplo, a una localidad que del acueducto queda a 20 kilómetros de distancia, pero resulta que la localidad está en la cota 1,800 [metros sobre el nivel del mar] y el acueducto pasa a la 1,750; pero tienes otro punto en donde el acueducto se sube a la 1,830 y probablemente a 30 km más de distancia; entonces, habrá que tomar una decisión de qué es mas barato: construir 30 km más de tubería para privilegiar la conducción por gravedad o meter bombeo”.
La región contaba con 400 mil moradores en 2005, cuando se estudió su problema con el agua. La proyección a 2030 es de 632 mil habitantes. Las necesidades de abastecimiento pasan de 1,500 litros por segundo actuales a 1,880 litros.
En cuanto a las características de los ramales, “hablamos de obras que van seguramente enterradas; tenemos que definir por cuál material nos vamos: si por tubos de acero o tubos de polietileno de alta densidad; nuestros ramales son de diferentes diámetros porque los municipios requieren de diferentes gastos, entonces es muy probable que tengas algo híbrido, que haya condiciones para establecer ramales de polietileno que te garanticen la seguridad requerida para la conducción del agua y habrá otros que te tendrás que ir por el acero, según costos y rentabilidad”.
—¿Se tiene claridad respecto a las consecuencias que puede traer al desarrollo de la región disponer de repente de tanta agua?
—Lo cierto es que lo primero que te posibilita tener una fuente de abastecimiento alterna, como es el caso, es la protección de los acuíferos para darles oportunidad de que se recuperen. El agua subterránea tiene que ser concebida como una reserva y no como una fuente de abastecimiento principal. El Zapotillo, con el gasto firme que da el río Verde, con las condiciones actuales de población, hace que al año 2030 tengas perfectamente garantizado el suministro, y de ahí en adelante habrá que pensar en proyectos alternos y revisar cómo se comporta la población. Dentro de los municipios hay localidades que representan, según el estudio, un incremento importante, como Tepatitlán, y otros municipios que irían a un descenso en su número de habitantes, los más chiquitos.
—¿Pero no piensan que con la presa puede cambiar esta dinámica? La gente sabe que ya hay agua y se regresa a construir y vuelven a adquirir valor los terrenos…
—Sí, seguramente, en lugares donde tienes garantizado el suministro se puede llegar a un desarrollo importante incluso en el uso de agua industrial o en agua de servicios, porque de repente hay un atractivo en la zona […] Es un asunto de sustentabilidad en el que el estado tendrá que estar muy al pendiente con la CNA, para orientar el desarrollo hacia donde exista una proyección de garantía de agua mucho mayor que no signifique un colapso futuro.
Una obra para Los Altos
Acueducto, del latín aquaeductus, es un “conducto artificial por donde va el agua a lugar determinado, y especialmente el que tiene por objeto abastecer de aguas a una población” (Diccionario de la Real Academia Española).
Los nueve acueductos que se construirán en la región alteña para abastecerse de la presa El Zapotillo, a partir del año 2011, tienen las siguientes rutas: a San Diego de Alejandría y Unión de San Antonio; a Encarnación de Díaz; a Lagos de Moreno; a San Juan de los Lagos; a Yahualica y Mexticacán; a Cañadas de Obregón; a Tepatitlán; a San Miguel el Alto y San Julián; a Villa Hidalgo, Jalostotitlán y Teocaltiche.
A propuesta de Jalisco, en 2007 creció el proyecto de la presa El Zapotillo, ubicado sobre una cañada del río Verde, en Los Altos. En comparación con el primer proyecto, que data de 2005, las diferencias son: altura de cortina, 25 metros más (de 80 a 105 m); almacenamiento, 449 millones de metros cúbicos más (de 411 a 860 millones de m3); área de inundación, mil hectáreas más (de 2,300 a 3,300 ha).
Esto garantizaría un gasto firme de 8.9 m3 por segundo, que incluyen 3.8 m3 para León, 1.8 m3 para catorce municipios de Los Altos y 3.3 m3 para la zona conurbada de Guadalajara. Jalisco pasa así a ser el principal beneficiado con este embalse, con 5.1 m3 por segundo.
El costo negativo: se deberán reubicar tres pueblos, con 300 casas. Se trata de Temacapulín, Palmarejo y Acasico.
“Realizar la sobreelevación de la cortina implica un incremento en los costos del proyecto del orden de 800 millones de pesos, que serán absorbidos de forma conjunta por la CNA y el gobierno de Jalisco, en los porcentajes que se definan para tal fin”, explica el documento del convenio firmado entre la CNA y los dos estados, en agosto de 2007.
La obra El Zapotillo está justificada en el decreto de reserva de aguas del río Verde que fue publicado por el presidente de la república en 1995, y modificado en 1997. Allí se establece que las aguas de esa corriente fluvial deben distribuirse del siguiente modo: 9.6 m3 por segundo para Guadalajara, 1.8 m3 por segundo para comunidades rurales de Los Altos; 0.4 m3 por segundo para Tepatitlán y Valle de Guadalupe, y 0.4 m3 para abrevar ganado en la zona. Para la ciudad de León destina 3.8 m3 por segundo.