miércoles, 4 de febrero de 2009

Clausuraron obra ilegal en La Manzanilla

Obra clausurada en La Manzanilla. Los constructores no tenían las autorizaciones necesarias.
Obra clausurada en La Manzanilla. Los constructores no tenían las autorizaciones necesarias. Foto: Público

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO 

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) impuso "clausura total temporal" de las obras para construir un muro de contención de 30 metros de longitud en la playa La Manzanilla, en La Huerta, ya que, "al momento de la visita de inspección, los responsables no presentaron la autorización en materia de impacto ambiental y para el cambio de uso de suelo", señaló ayer el delegado de la dependencia, José de Jesús Becerra Soto.

Las obras fueron denunciadas por vecinos el pasado 21 de enero: "Se detectó la remoción de 70 metros cúbicos de arena por la excavación, de aproximadamente tres metros de profundidad por un metro de ancho a lo largo de 30 metros, con la finalidad de realizar el desplante del muro, lo que afecta las dunas costeras a la altura norte de la boca de la laguna".

Explicó que en las obras participaban nueve albañiles, y se realizaban frente a la finca ubicada en la calle María Asunción número 3, a sólo 50 metros del estero La Manzanilla, en terrenos ganados al mar y comprendidos en zona federal marítimo-terrestre, "por lo que de inmediato se colocaron los sellos de clausura, en atención a lo dispuesto en los artículos 28, 160, 161, 162 y 170 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente".

En La Manzanilla hay una dinámica de devastación ambiental que se ha acelerado con la llegada de inmigrantes estadunidenses, que han comprado buena parte de las tierras ejidales aledañas, negocio que ha sido mal regulado por las autoridades del núcleo agrario y las del propio Ayuntamiento de La Huerta (Público, 18 de mayo de 2008).

El pueblo forma parte de la bahía de Tenacatita, la cual ya presenta problemas muy serios de deforestación, que se acercan a 65 por ciento del área original. También, al enclavarse en ella una selva seca caducifolia con apenas cuatro meses de temporal, tiene una limitada presencia de agua superficial y de agua subterránea, lo cual condiciona fuertemente la vida silvestre y los desarrollos económicos, y es un freno completo para los megadesarrollos que allí se pretenden instaurar.

Ese problema de la falta de agua también lo padece este pequeño enclave de extranjeros que, si bien no tienen megaproyectos, sí han ido acumulando una carga ecológica que puede colapsar el sistema ambiental local.