lunes, 31 de marzo de 2008

Barkin advierte del deterioro del servicio público

“La realidad es que el país está sufriendo grandes estragos por su inadecuada disponibilidad en calidad y cantidad”, señala el experto.

Los pobres pagan más por abastecerse se agua. Foto: Marco A. Vargas
Agustín del Castillo - PÚBLICO

El sistema “de gestión hídrica en México está en crisis”, destaca el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), David Barkin, coordinador del libro La gestión del agua urbana en México, publicado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento (Aneas).

“Aunque las autoridades nos aseguran que más de 90 por ciento de la población tiene acceso al agua potable, y que una parte un poco menor tiene conexiones al alcantarillado, la realidad es que el país está sufriendo grandes estragos por su inadecuada disponibilidad en calidad y cantidad”, señala el experto, en la introducción que preparó para la citada obra.

“Un ejemplo lo constituye la transmisión de enfermedades por la vía hídrica que impone una carga adicional sobre los pobres por su falta de acceso regular o debido a la mala calidad del agua que reciben […] así mismo, está el problema de la carga diferencial impuesta sobre los grupos sociales más pobres por los elevados costos de comprar agua de pipas o los grandes segmentos de la sociedad que se ven obligados a dedicar largas horas para acarrear, purificar, distribuir y desechar el agua”.

Actualmente, “el país también está acostumbrado a aceptar el riego con aguas negras sin tratamiento de importantes superficies de cultivo de frutas y verduras de consumo humano directo con las consabidas consecuencias, mientras que los agricultores se han organizado para oponerse al tratamiento de esas descargas, ya que ofrecen una forma ‘barata’ para la fertilización de sus tierras”.

Destaca la corta historia del servicio público de agua en el país, pues fue hasta 1983 cuando se regresó a los ayuntamientos la responsabilidad de su manejo, “continuando con una larga tradición política de asignar responsabilidades sin crear las capacidades para su real cumplimiento”.

Así, “el sistema nacional de gestión de agua urbana no está respondiendo a las necesidades de la población, ni protegiendo a los ecosistemas, ni reconciliando las múltiples demandas de los usuarios”.

Clave en este fracaso parcial es la tendencia privatizadora que rige las políticas nacionales en materia de agua, pese a su fracaso evidente, advierte David Barkin.

Presidente del Comisariado Ejidal de Ayotitlán da carpetazo al conflicto con empresas mineras

El Consejo de Mayores insiste en que debe privilegiarse el respeto a la naturaleza y la repartición de bienes

Jesús Michel Prudencio, presidente del Comisariado Ejidal de Ayotitlán, impidió que el reclamo de los comuneros por el presunto manejo turbio que le está dando al conflicto entre las empresas mineras y los ejidatarios fuera incluido en la asamblea de ayer FOTO: ARTURO CAMPOS CEDILLO

Jorge Covarrubias - LA JORNADA JALISCO


Ejido de Ayotitlan, Cuautitlan de Garcia Barragan, 30 de marzo.- Esta vez no llegaron a los golpes; sin embargo, quedó en evidencia que el poder de las empresas mineras que intentan adueñarse de un territorio rico en metales preciosos es capaz de dividir a una comunidad que hizo resistencia a la invasión española y se ha mantenido unida durante varios siglos.


El capítulo siguiente de la historia del Ejido de Ayotitlán parece que lo escribirán Peña Colorada, Los Juanes y Comercializadora Internacional de Minas SA de CV, industrias mineras que buscan a toda costa apoderarse de la riqueza que hay en el subsuelo de esta región, mientras el Consejo de Mayores exige privilegiar el respeto a la naturaleza y la repartición de los bienes.


Se esperaba que la asamblea echara abajo los contratos de ocupación temporal que de manera amañada aprobó el Comisariado Ejidal el mes pasado; sin embargo, su presidente, Michel Prudencio, en un tono retador, sintiéndose ofendido porque una parte de los ejidatarios lo acusa de favorecer a las mineras, dio por cerrado el caso.


“Ustedes son los que hacen todo esto, no yo. La asamblea es la máxima autoridad, yo no puedo decir no lo hagas o sí lo hagas. Yo no ando haciendo cosas por fuera, por eso aquí se les aclaró y se les dijo. Si algunos no estuvieron de acuerdo, pues la mayoría es la que manda. Entonces yo no tengo nada que ver en este asunto. Está terminado”, y con esta respuesta pretendió fulminar cualquier cuestionamiento al ingreso de las mineras.


Mientras hablaba, Gaudencio Mancilla, representante del Consejo de Mayores, se enfrascaba en una discusión con uno de los seguidores del comisariado ejidal, por un asunto de tierras y la manera en que se aprobó el ingreso de las mineras el pasado 10 de febrero durante una sesión extraordinaria.

Ese día se nombró “secretario de debates” a José Ciprián Elías, quien se encargó de leer la orden del día, donde los puntos 3, 4 y 5 implicaban la discusión de la autorización o no de los ejidatarios sobre los “contratos de ocupación temporal” para la explotación minera que pretenden realizar Rodolfo Pérez Orta, Fernando Trujillo Hernández y la compañía minera Los Juanes; después preguntó si se estaba de acuerdo con la orden del día y la mayoría votó a favor.

Esa fue, según él y el comisario ejidal, la aprobación que el ejido dio para iniciar negociaciones formales con los mineros.


Michel Prudencio, miembro de la familia Michel, una de las más prósperas latifundistas en el Ejido de Ayotitlán, insistió en no tener ningún interés económico, salvo el de la comunidad. En no tener miedo de “dar la cara”, aunque al final de la asamblea se negara a responder a este reportero y al representante de la tercera visitaduría de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ), Víctor Manuel Pérez.

En su intervención, Gaudencio Mancilla intentó convencer a sus compañeros de que la explotación de los yacimientos mineros traerá consecuencias nefastas al medio ambiente y la calidad de vida de la población. Impetuoso en su carácter, no logró hacerse entender, si bien una parte de los ejidatarios le prestó atención. No obstante, uno de los hombres que están de acuerdo con él tomó el micrófono y recordó la travesía de sus antepasados, las hazañas que lograron al resistir el embate de los españoles allá por el año de 1757, y lo bien que la comunidad ha sobrevivido gracias a la convivencia y respeto a los intereses colectivos.


Pidió que en esta nueva afrenta no se dejen dominar por la codicia y busquen aclarar sus dudas con sus hijos, los que son universitarios.

Gaudencio Mancilla advirtió otra vez que el Consejo de Mayores –la autoridad tradicional más antigua– no está de acuerdo con el ingreso de las mineras; sin embargo, el Comisariado Ejidal desestimó su calidad e insistió en que las decisiones las toma la asamblea. No hay más.

El tono de la discusión llegó al punto de que los miembros del Comisariado Ejidal exigieron la salida de La Jornada Jalisco, petición que no prosperó tras someterse a votación con la asamblea.


En posterior entrevista, Gaudencio Mancilla y Lino Roblada, propietario del predio en el que el mes pasado irrumpió la empresa Comercializadora Internacional de Minas SA de CV para explotar una veta de oro y plata, recordaron que hay una orden de un juez que impide a cualquier minera ingresar a las vetas de oro y plata –no obstante que ya hubo un desacato–, por lo que confiaron en una resolución favorable.

Previamente a la discusión del ingreso de las mineras, Michel Prudencio habló de graves carencias en materia de salud que han provocado la muerte de algunos habitantes. Dijo que en el poblado de Telcruz se requiere de un médico las 24 horas porque en las poblaciones vecinas, situadas en el estado de Colima no se les brinda atención, a la vez que informó que a mediados de abril enviarán a un grupo de niños y adultos que padecen un mal en los ojos.