domingo, 6 de julio de 2008
Encabeza Jalisco ranking de playas sucias
Cárdenas pide “el máximo” de protección para Los Colomos
Alberto Cárdenas encabezó ayer la jornada de reforestación en la ZMG. Foto: Giorgio Viera
Jaime Ramírez - PÚBLICO
El parque de Los Colomos es intocable, no debe movérsele un metro cuadrado más; bastante daño le hicieron ya los hambreadores urbanos, quienes abusaron muchos años atrás, como para que sigamos pensando que se le puede seguir mordiendo”, dijo Alberto Cárdenas Jiménez, secretario de Agricultura federal, sobre el daño a esa zona pública. El ex gobernador de Jalisco señaló que Los Colomos es uno de los bosques urbanos “más hermosos y maravillosos de este país, y nadie debe permitir que se venga para abajo”.
Reconoció que el gobierno federal no puede hacer nada, porque el dominio es municipal: “Quizá el Congreso del Estado pueda hacer algo, decretar a su máxima expresión para que no toque”.
Explicó que México está abajo de la media internacional que señala que deben de existir diez metros cuadrados de árboles o espacio verdes por ciudadano: “Aquí andamos en los 2.5 o 3.5 metros [cuadrados por habitante]”.
Los tapatíos han ido perdiendo su ciudad cultural y socialmente: Eduardo González
Cecilia Durán - LA JORNADA JALISCO
Cada vez es más evidente la fragmentación en la sociedad tapatía. Aquella vieja división de la Guadalajara antes y después de la calzada ya no existe, se movió. Hoy es la Guadalajara antes y después de López Mateos, que la podemos llevar más al oriente pero no más allá de Chapultepec y Américas, afirmó el profesor investigador Eduardo González en la conferencia La Guadalajara fragmentada, misma que ofreció como invitado de la asociación Ciudad para Todos.
El también colaborador de La Jornada Jalisco sostuvo que hoy existen dos grandes Guadalajaras, una que está al oriente y norte de la ciudad y otra al poniente y sur, y entre las dos hay “una serie de islas o lunares”.
“Si uno pasa por el cerro del Tesoro, el ITESO, Colón y Periférico y se mueve hacia la carretera a Chapala, nos podemos dar cuenta cómo baja la calidad de los servicios urbanos. Pero si se mueven en sentido contrario, y cruzan la zona de Vallarta, empieza a verse otro panorama, que se rompe cuando uno llega a la zona de Santa Margarita, Tuzanía, zonas de Belenes”, dijo.
“Otro caso interesante es la colonia Seattle, que a un lado tiene La Constitución; o la zona de Plan de San Luis, o al recorrer la avenida Mariano Otero y cruzar el Periférico, uno pierde hasta el camino por donde venía; sin embargo, al alzar la vista aparecen Bugambilias, El Palomar. Es decir, a 40 metros de altura hay 100 años de distancia histórica. Esta zona en algún momento será muy conflictiva, cuando los desarrolladores inmobiliarios se la quieran comer, como lo quieren hacer con Agua Blanca, Santa Anita Pueblo, San Agustín.
“Porque si hacemos un barrido de las colonias que se están levantando en López Mateos y Periférico hacia Tlajomulco, son desarrollos muy caros pero tienen frontera con zonas ejidales que no tienen servicios, donde los terrenos ni siquiera están regularizados. Estos enormes lunares urbanos va a llegar un momento en que empiecen a ejercer presión sobre ellos y sobre sus habitantes y nos traerá muchos problemas”.
Aseguró que Guadalajara está fragmentada en lo urbano, en lo político y en las cuestiones de servicios que tienen que dar los gobiernos. Cada vez más se distingue por tener zonas de primer mundo y otras como si fueran en el segundo patio.
Históricamente los tapatíos han ido perdiendo su ciudad en numerosos aspectos, sobre todo en cuestiones culturales y en procesos sociales. Han llegado tarde a muchos movimientos nacionales y políticos. Lo más evidente es la destrucción arquitectónica y la construcción sin planeación.
“Uno se pregunta en la cabeza de quién está ordenar que se construya la misma Villa Panamericana, con todo lo que implica, y otros espacios que lo único que hacen es dejarlos que se caigan para que después sea Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) o Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no puedan intervenir y la mejor opción sea tirar (los edificios) o rematar los terrenos y levantar construcciones como las que ahora tenemos.
“Otro problema que tenemos, y nos muestra la fragmentación de servicios, es la enorme carencia de los servicios más básicos en una buena parte de la ciudad. Hay una Guadalajara que tiene consumos de agua que rayan en los estándares de calidad y hay zonas donde el consumo es de menos de 100 litros”.
Agregó que la fragmentación de Guadalajara se refleja también en las diferentes prácticas culturales.
Violencia latente en la zona de Ayotitlán
A partir de 1930, habían pasado 60 años de casi quietud, si no fuera por las irrupciones cotidianas de gendarmes o guardias blancas que defendían la ley de los caciques y de los madereros.