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Intoxicación por arsénico, falla orgánica múltiple y paro cardiorrespiratorio, el diagnóstico
El último aliento de vida que tuvo Miguel Angel López Rocha fue registrado ayer miércoles 13 de febrero a las 17 horas con 40 minutos. Miguel Angel “fallece hoy (ayer) a las 17:40 horas. Las causas fueron: paro cardiorrespiratorio, falla orgánica múltiple e intoxicación aguda por arsénico”, informó ayer el director del Hospital General de Occidente (HGO), Enrique Rábago Solorio.
La vida del menor que en enero pasado cayó al río Santiago terminó ayer. El Santiago pasa a escasos metros de la casa de la familia del pequeño. Una diminuta vivienda para dos adultos, y ahora, sólo tres menores, en la colonia Bonito Jalisco, en la localidad La Azucena del municipio de El Salto.
La larga agonía de 19 días ocasionada por el arsénico y que inició cuando el menor pisó el HGO el 26 de enero pasado, terminó ayer por la tarde. El pequeño cuerpo de 8 años de vida no resistió los 51 microgramos del metal que lo recorría y que lo mantenía en coma desde entonces. Entre 4 y 10 veces más del elemento, según los lineamientos que marca el laboratorio de la experta en toxicología Luz María Cueto Sánchez: entre 5 y 12 microgramos en una persona no expuesta al metal.
“Quiero comentarles que fue un caso difícil por el estado tan abrupto en que inició su coma pero nos sentimos satisfechos porque actuamos con la práctica médica que debe ser; la forma en que fue tratado el menor… por eso nos sentimos satisfechos de nuestro deber médico”, expresó anoche Rábago Solorio. Como normativa médica, dijo, el cadáver fue enviado al Servicio Médico Forense (Semefo).
Había caído al río Santiago, declararon infinidad de veces los familiares de Miguel Angel.“Nosotros hemos visto la versión de una historia clínica y declaraciones que hizo la mamá en un noticiero por teléfono; no tiene ella la certeza de que haya caído: primero dijo que alguien lo aventó, luego que se cayó y luego que él se metió porque alguien le decía que se comiera una flor”, mencionó ayer en una entrevista que tuvo con asociaciones civiles de El Salto y Juanacatlán, el secretario de salud en Jalisco, Alfonso Gutiérrez Carranza.
Por caída, por un empujón o por un desafío de niños, al fin y al cabo Miguel Angel estuvo en las aguas del Santiago; un río que, según estudios de 2004, de la propia Comisión Estatal del Agua –antes también de Saneamiento– (CEA) y del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), en sus lodos convive un cóctel de metales pesados compuesto de plomo, cromo, cobalto, mercurio y arsénico.
Cabe señalar que el arsénico es un metal que se usa en la curtiduría de pieles, en el temple de vidrio, metal y en las industrias como reactor químico.
La intoxicación por arsénico fue la que vivió Miguel Angel desde el pasado 26 de enero: “un cuadro donde se refiere, a diarrea, de 15 horas de evolución muy aguda; un vómito de 15 horas de evolución; alucinaciones, fiebre, con alteraciones del estado de conciencia; llega entonces con alteraciones del estado mental y en pocas horas, va bajando su estado de conciencia y cae en coma”, así lo resumió la jefa de pediatría del HGO, María Teresa Guadalupe Martínez el pasado 12 de febrero.
Y tanto bajó el coma, que se transformó en punto final.
Caravana por la dignidad
Miguel Angel ya no pudo escuchar el plan de sus vecinos, de su comunidad, de los que se interesaron en su caso: una marcha programada para hoy desde La Azucena hasta el Congreso del Estado.
No pudo ya conocer que seis organismos no gubernamentales demandaron ayer al mediodía, frente a la Secretaría de Salud, “la elaboración de un diagnóstico de morbilidad y mortalidad, así como la atención médica gratuita a los afectados por la contingencia ambiental” en un plazo no mayor a los tres meses.
Miguel Angel desconoció que los representantes del sexteto de asociaciones, exigieron un diálogo directo con el gobernador de Jalisco, el panista Emilio González Márquez, para que éste “presente en un plazo máximo de dos semanas un plan de limpieza para el río Santiago; un proyecto de saneamiento para los asentamientos afectados por el paso del río, así como sus cuentas y afluentes tributarios –se calcula que en la zona viven unas 120 mil personas–; un plan concreto para la construcción de las plantas de tratamiento de aguas de las zonas afectadas; la inspección inmediata de las descargas industriales; el cierre de la planta del vertedero de basura Los Laureles, en Tonalá –que como la investigación del CEA documentó, vierte parte de sus lixiviados al Santiago–; una investigación seria que lleve al castigo de los responsables de la contaminación del torrente; y la indemnización para los afectados y fallecidos por la contaminación”.
Ya no supo Miguel Angel que estos, sus vecinos, exigieron a la Comisión Nacional del Agua (CNA) la realización inmediata “de garantizar la calidad de las aguas domésticas e industriales que se descargan al río Santiago y sus afluentes tributarios”.
Igual no se enterará el menor de que “la comunidad de La Azucena exige a las instituciones de crédito hipotecario públicas y privadas la suspensión del pago por las casas de ese fraccionamiento, hasta que se garantice la seguridad sanitaria de los habitantes de las vivienda”.
Tampoco supo de los planes del titular de Salud en torno a El Salto y Juanacatlán, que ayer dio a conocer: “el lunes inician unos tamizajes, unas 10 pruebas aleatorias” para conocer más casos de intoxicación por arsénico.
Miguel Angel no tendrá la suerte de estas pruebas a iniciarse la próxima semana; intenciones del secretario de Salud en las que además “también vamos a mandarles unidades móviles, para que todas las mujeres se realicen un tamizaje de cáncer y vamos a mandar una unidad móvil con servicio médico y vamos a ver la posibilidad de que los presidentes municipales me doten de espacios para poner consultorios para atender a la población”.
No pudo ver ya los cientos de calcomanías que hoy, miembros de las diferentes agrupaciones civiles de los municipios de El Salto y Juanacatlán, repartirán entre automovilistas, entre paseantes, entre los legisladores, desde que salgan en una caravana de tres autobuses que partirá de La Azucena al centro de Guadalajara. No podrá conocer ya el verde y el negro de las calcomanías. No podrá leer: “Me caga tu caca”, “Industria+gobierno=muerte”, “Al que ensucie llámalo PUERCO”, leyendas impresas en las calcomanías rectangulares a dos colores.
Miguel Angel no podrá ver la fotografía de los diarios, las imágenes de televisión en las que el secretario de Salud, Alfonso Gutiérrez Carranza, sostiene, sonriente, una de las calcomanías con la frase “¡No matarás!”, el quinto mandamiento de la Iglesia católicaUn paro respiratorio por intoxicación aguda le causó la muerte: médicos.
Con sus ocho años de edad, y convertido en el centro de una controversial discusión acerca de cuán peligrosa es la contaminación del río Santiago, Miguel Ángel López Rocha se debatió durante 18 días entre la vida y la muerte, encamado en el Hospital General de Occidente (HGO), en estado de coma. Ayer, su sufrimiento terminó: murió a las 17:40 horas, como consecuencia de una severa intoxicación por la ingesta de arsénico, ocurrida presuntamente al caer al río que pasa junto a su casa en El Salto.
Enrique Rábago Solorio, director del centro hospitalario de
Explicó que, dadas las características del caso médico legal, al niño le sería practicada la autopsia de ley, cuyos resultados los daría a conocer, eventualmente, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF).
Quien pasó los últimos minutos con Miguel Ángel fue su madre, María del Carmen Rocha Mendoza, quien relató ayer que, aproximadamente a las cinco de la tarde, una doctora le informó que su hijo se había puesto mal. “Después me dijo que le había dado un paro, llegué a la cama y vi cómo el tubo se puso rojo y le sangró su boquita... Lo único que quiero es irme con él, quiero que ya me lo den, es lo único que quiero”.
Rábago Solorio recordó que Miguel Ángel ingresó al hospital de Zoquipan, trasladado por
La agonía de Miguel Ángel fue el extremo de un problema social que hace meses mantiene movilizados a los vecinos de El Salto. Ayer, los que están organizados para discutir la contaminación del río Santiago levantaron la voz para exigir un diálogo directo con el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez. Integrantes de organizaciones civiles y ciudadanos comunes de El Salto y Juanacatlán le dieron al jefe del Ejecutivo dos semanas para que defina las acciones de limpieza en el río Santiago y el saneamiento de los asentamientos humanos que rodean al torrente.
Este miércoles, durante una conferencia y manifestación afuera de
Ernesto Baltasar, el presidente de colonos de ese fraccionamiento, que edifica la constructora HIR donde había tres pequeñas lagunas, calculó que en
Las lagunas nunca dejan de ser lagunas. Eso lo saben casi todos, menos los habitantes de
¿Y qué? Hasta ayer y después de tanta presión, las autoridades de Jalisco no reconocían que en el Santiago pululan los metales pesados y, en un intento por admitirlo, el secretario de Salud, Alfonso Gutiérrez, responsabilizó sobre todo a las empresas caseras, cuando estudios del gobierno de Jalisco han identificado que corporaciones transnacionales y nacionales poderosas echan el agua al río sin tratarla.
El funcionario recibió a los afectados y les dijo que haría pruebas de orina entre 30 habitantes de El Salto y Juanacatlán, para determinar si el arsénico ya les llegó al organismo.
No se trata sólo del arsénico. El Seguro Social ha detectado, a través de estudios antiguos, que los niños que viven en la cuenca de El Ahogado y cerca del río padecen de manera anormal resfriados y asma: “Que presenten las pruebas”, fue la respuesta del servidor público.
¿Y los enjambres de moscos? ¿Y el olor asfixiante del ácido sulfhídrico? ¿Y la calidad de vida de 120 mil personas? Entonces habría que entubar el río, reiteró Alfonso Gutiérrez. Y reiteró que no se sabe si está tan contaminado: es médico.
La respuesta vino de Gerardo Moreno, uno de los vecinos del Santiago: “Es evidente que el río está contaminado. Hemos hecho estudios desde hace años. Se me hace ilógico que al río lo matemos para matar la enfermedad”.
Una caravana de protesta
Los habitantes del fraccionamiento
A las 9:00 am, el contingente viajará a bordo de vehículos y camiones e intentará entrevistarse con el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, a quien le marcará un plazo para el saneamiento del torrente. Los integrantes de distintos grupos civiles piden también indemnización para las familias de las personas que han muerto y están enfermas por el envenenamiento de uno de los ríos más importantes del país.