En las cifras de reforestación hay cuentas que no cuadran. El más reciente informe presidencial reporta en plantaciones forestales 155 mil hectáreas "pagadas, plantadas y verificadas" para 2007, pero a través de transparencia, la Conafor sólo reconoce 10,871 ha
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
La reforestación, tal vez víctima de su alta exposición mediática como proyecto estrella del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa para demostrar la voluntad de México en revertir su deterioro ambiental, ofrece "cuentas chinas" en materia de plantaciones comerciales.
En el texto del segundo informe de gobierno, entregado en septiembre de 2008, a partir de la página 396, se analiza el tema. Señala que en 2007 se reforestaron 580 mil hectáreas (ha), 424 mil de ellas para fines "de conservación", es decir, dentro del Programa de Reforestación que opera el Pro Árbol. 155,938 ha corresponden a plantaciones forestales comerciales. "La superficie reforestada con fines de plantaciones forestales comerciales, son las hectáreas plantadas, verificadas y pagadas", advierte el documento en un cuadro de la página 398.
Allí comienzan los problemas. Una consulta ciudadana realizada en el portal de transparencia del gobierno de la república (http://www.sisi.org.mx/gobiernofederal/home.action), bajo el número de solicitud 1616100028108, reveló que se tratan de cifras considerablemente infladas.
La solicitud de información del ciudadano Pablo Cortés Gómez pide "proporcionar el número de hectáreas plantadas, verificadas y pagadas en la categoría de apoyo B3.1 plantaciones forestales comerciales, apoyo para establecimiento y mantenimiento, en el ejercicio Pro Árbol 2007. Esta información por entidad federativa".
La solicitud la recibió la Conafor el 10 de noviembre de 2008. Su respuesta contradice ampliamente lo que informa el Presidente dos meses antes: sólo hay por ese año 10,871 hectáreas "plantadas, verificadas y pagadas en la categoría de apoyo B3.1 plantaciones forestales comerciales", y no 155,938 ha. Esto reduce la reforestación total de ese año, de 580,382 ha, a 435,315 ha, esto es, 145,067 ha menos de lo que señala el informe presidencial.
¿Cuál es el error de las cifras presidenciales? Las reglas para el otorgamiento de apoyos de Prodeplan establecen que los beneficiarios tienen hasta dos años para la plantación de sus árboles; el presupuesto anual asignado (que en 2007 ascendió a 595.9 millones de pesos) es depositado en el fideicomiso del Fondo Forestal Mexicano para retirarse de allí en la medida en que los beneficiarios sean verificados de que se plantó realmente el número de árboles acordado. Sin embargo, las evaluaciones oficiales revelan que el cumplimiento es mínimo contra el compromiso pactado.
La evaluación externa de los apoyos para plantaciones forestales comerciales de 2001 a 2006, elaborado por la Universidad Autónoma Chapingo (disponible en www.conafor.gob.mx) indica que del total la superficie apoyada con presupuesto en esos seis años, sólo se plantó 31.8 por ciento. El mismo documento advierte que desde el arranque del programa en 1997, se fijó el objetivo de apoyar 383,584 ha, de las cuales, hasta 2006 sólo fueron establecidas 79,908, esto es, apenas 20 por ciento de la meta de 1997.
El estudio resalta que una de las limitantes más importantes para cumplir las metas establecidas cada año, es la falta de planta. Aparentemente, esa es la razón del incumplimiento de metas que se dio en 2007 (último año del que puede ofrecer datos completos el informe presidencial de septiembre de 2008).
Estado por estado, estas son las principales plantaciones de 2007: Veracruz, 2,415 ha; Tabasco, 2,080 ha; Puebla, 1,359 ha; Chiapas, 994 ha; San Luis Potosí, 871 ha; Campeche, 734 ha y Tamaulipas, 587 ha. Jalisco se quedó en 328.6 ha, y el resto de las entidades fluctúa entre 336 y cero hectáreas, para totalizar 10,871 ha. Lo demás no es la realidad.
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CLAVES
Pro Árbol, revisado
Aciertos
Por primera ocasión, un gobierno federal convierte un programa de corte ambiental y productivo en una de sus estrellas, y establece metas ambiciosas y compromisos ante la comunidad internacional
Nunca hubo apoyos a tal escala para que los campesinos pudieran reconvertir sus actividades agrícolas y ganaderas, con rendimientos menguantes, a actividades silvícolas
Nunca hubo recursos públicos para el delicado tema de compensar a los dueños de los bosques por los servicios ambientales que prestan a la sociedad
La persistencia en reforestar es una apuesta a largo plazo: generar un incentivo a la consolidación de una cultura productiva favorable a los bosques y selvas del país, cuya superficie desaparece, según cifras oficiales, a razón de 260 mil hectáreas anuales
El Pro Árbol trata de incidir en todas las causas de dicha desaparición: reforestar las zonas degradadas, financiar la conservación, estimular plantaciones como negocio, propiciar que ejidos y comunidades accedan a un manejo moderno de sus bosques, fortalecer cadenas productivas y propiciar mercados
Errores
Reforestar, uno de los aspectos más publicitados del Pro Árbol, se convirtió en una apuesta mediática, lo cual hizo frágil al programa y lo expuso a críticas, pues no siempre es comprensible que se deba invertir dinero con alto riesgo de fracaso, hasta que "la mecha finalmente prende"
Hay demasiadas expectativas, las cuales se topan con apoyos aún insuficientes (el presupuesto ambiental, de por sí, es bajo en relación con el Presupuesto de Egresos y no se diga, en relación con el producto interno bruto), con burocratismo y con una tendencia a atomizar los recursos, lo cual obstaculiza levantar proyectos serios y de largo aliento
El apoyo a comunidades y ejidos es menor frente al enorme desafío de la pobreza rural
Hay omisiones y mentiras —voluntarias o no— al reportar los éxitos: la Conafor reconoció que casi 30 por ciento de lo reforestado en 2007 fue de cactáceas, esto es, no arbóreas, tras un análisis de sus propias estadísticas hecho por Público (28 de abril de 2008); lo que genera críticas, por más que haya buenas razones para hacerlo, como el hecho de que dos tercios del país sea seco
La búsqueda de cifras exitosas lleva a más errores, como considerar como reforestadas y plantadas a las plantaciones apenas apoyadas, según el segundo informe de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.