Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
Por tercera ocasión desde que se aprobaron las reformas a la Ley General de Vida Silvestre, que trajeron como consecuencia la prohibición estricta de cortar mangle de los ecosistemas naturales del país, el manglar de la laguna de Navidad ha sido devastado. Ahora fueron ocho mil metros cuadrados los devastados de forma ilegal, según denuncia del ejido Villa Obregón, de Cihuatlán, de la cual ya tiene conocimiento la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Los campesinos dieron a conocer los hechos al presidente municipal de Cihuatlán, Enrique González Gómez, quien ordenó a su director de Ecología, Héctor López Chavarín, levantar datos, mientras la policía municipal se encargó, a partir del 11 de febrero, de resguardar la zona.
"La extensión del área talada se ubica en el margen este-noreste de la laguna Barra de Navidad, colindante con propiedad privada aparentemente", señala la denuncia.
Las reformas a la ley, que llevaron a crear el artículo 60 tercero, en vigor desde febrero de 2007, frustraron un amplio negocio inmobiliario en la zona, denominado Villa Primavera, pero no evitaron una tala cercana a tres mil m2 en ese mismo año, ni la de esta semana. Por si fuera poco, este cuerpo de agua, el que tiene la mayor existencia de manglar de todo Jalisco, fue elevado a categoría de sitio Ramsar, como humedal prioritario internacional según la convención en la materia de las Naciones Unidas, a partir de febrero de 2008, lo cual tampoco disuadió a los taladores ilegales.
La laguna de Navidad ha perdido 70 por ciento de sus manglares, ha visto modificado su régimen de mareas —al grado de que hay riesgo de que termine azolvada— y padece contaminación severa (ver Público, 20 de octubre de 2007).
El daño comenzó en 1950 con el arranque de las obras del hotel Cabo Blanco, y siguió en los años 70 con la consolidación de las zonas de Colimilla y Barra de Navidad, pero el golpe de gracia lo recibió a finales de los 80, cuando se abrió el megadesarrollo Grand Bay (Mesón de doña Paz e Isla Navidad), principal devastador histórico del mangle y la laguna, así como de las selvas caducifolias contiguas. A eso se han ido acumulando las nuevas pérdidas, de los últimos tres años.
"Con relación al mangle, se demostró que de 1985 al 2000 se destruyó 39 por ciento de la cobertura, y si tomamos en consideración los testimonios recabados entre viejos pobladores en Barra de Navidad, la destrucción de mangle podría llegar a ser hasta de 70 por ciento del que había originalmente a la mitad del siglo pasado […]", subraya un documento elaborado por el Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras de la Universidad de Guadalajara (UdeG), denominado "Usos humanos y procesos de cambio en la laguna Barra de Navidad, Jalisco", del que este diario posee una copia.
"Se puede concluir que los cambios más importantes generados en la laguna han ocurrido en los últimos 50 años, propiciados principalmente por el desarrollo de la actividad turística y por la falta de una regulación efectiva de las actividades urbanas", subraya.
Está en proceso el programa de manejo de este sitio Ramsar. Pero la degradación propiciada por actores económicos parece ir más rápido que las buenas intenciones.