En Mismaloya, entre diciembre y enero han aparecido 30 cadáveres
Los organismos quedan atrapados en las redes de pesca y se asfixian; los barcos llegaron a la zona desde el 2 de diciembre y violan el decreto de exclusión de cuatro millas marinas; la Profepa sabe de las denuncias, pero no ha respondido.
Agustín del Castillo - PÚBLICOEl relativo éxito en el combate terrestre a los depredadores de la tortuga marina no ha impedido esta temporada el sacrificio accidental de decenas de ejemplares de estos quelonios en pleno océano, frente a las costas de Mismaloya, en Tomatlán, daño que se extiende a individuos de otras especies, como el delfín.La matanza deriva de la actividad de buques camaroneros que pescan en esta región de Jalisco en los meses invernales, violando la exclusión de cuatro millas marinas con que se protege esta zona durante el periodo de desove y anidación del reptil. Desde las embarcaciones se tienden redes de arrastre inadecuadas en las que estos organismos quedan atrapados y perecen por asfixia.Tres denuncias de pescadores y de miembros del campamento tortuguero de La Gloria, de la Universidad de Guadalajara, suman 30 muertes en cuatro eventos desde el pasado 3 de diciembre de 2007. Las víctimas documentadas son 27 tortugas golfinas (Lepidocheys olivacea), una tortuga prieta o negra (Chelonia agassizi) y dos delfines de la especie Tursiop spp. Todos los cadáveres fueron arrojados por el mar.La primera denuncia data del 5 de diciembre de 2007. El coordinador del campamento tortuguero La Gloria, del Centro Universitario de la Costa Sur de la UdeG, José Antonio Trejo Robles, envió un comunicado escrito a la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Jalisco, en la cual señala que “como resultado de los patrullajes que se realizan, así como los censos poblacionales en la playa, se observó [el 3 de diciembre] que dentro del área [que va] del campamento La Gloria al área denominada Hotelito desconocido, [así como] del área de La Gloria a la boca del estero Majahuas, siete tortugas muertas arrojadas por el mar de la especie Lepidochelys olivacea [golfina]. Cinco de estos organismos correspondían a hembras y dos a machos, todos ellos adultos”.En el documento, añade que la experiencia del equipo de biólogos que labora en la zona, así como de miembros de la Cooperativa Pesquera la Cruz de Loreto, los cuales fungen como colaboradores en el programa de protección a estos reptiles, “lo atribuimos a las actividades realizadas por los barcos camaroneros; desde la madrugada del domingo 2 de diciembre fueron observados al menos nueve barcos en actividad frente a estas playas de anidación. Es común ver que cada año la presencia de barcos camaroneros coincide con varamientos [ahogamientos] de adultos de tortugas marinas a lo largo del playón”.
La nota fue aparentemente ignorada por el organismo federal.
Las redes camaroneras matan también a delfines, que luego arroja el mar: Foto Cortesía del Departamento de Zonas Costeras de la UdeG
Trejo Robles reportó el 14 de diciembre siguiente, durante el patrullaje, el hallazgo en la playa de dos cadáveres de delfín, de la especie Tursiop spp, siete kilómetros hacia el norte de La Gloria; al día siguiente, sábado 15 de diciembre, se encontraron los restos de una hembra de tortuga prieta frente a la boca del estero El Chorro, a 500 metros de La Gloria. “Tanto los organismos de delfín como los de tortugas marinas fueron enterrados por personal del campamento”, precisó el investigador.
Estos hechos motivaron una nueva llamada a la delegación de la Profepa. En la dependencia respondieron por vía telefónica que se actuaría en consecuencia, pero no sucedió nada, aseguró Trejo Robles.
En todos los casos, “la causa más probable es la actividad de los barcos camaroneros frente a esta playa de anidación, la cual está declarada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas [Conanp] como santuario de tortugas marinas y cuya declaratoria prohíbe las actividades pesqueras y la navegación frente a la misma en la temporada de anidación, en un espacio de cuatro millas marinas. Los barcos camaroneros han sido observados frente a la playa siempre días antes de que aparezcan organismos muertos en la playa”, señaló a este diario el jefe del Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, Francisco de Asís Silva Bátiz.
El cuarto evento fue el más grave. Durante los censos realizados en el playón desde el sábado 12 hasta el martes 15 de enero, “se contaron 20 tortugas marinas muertas en el espacio comprendido entre La Gloria y la boca del estero Majahuas, sobre unos seis kilómetros de playa, todas correspondientes a la especie golfina”.
Los censos de rastros y nidos de tortugas marinas se realizan todos los días desde las primeras horas, a lo largo de casi 30 kilómetros de Mismaloya, “por lo que se tiene un control exacto de lo que ocurre diariamente”, añadió Silva Bátiz.
Los investigadores reclaman la inmediata atención de la Profepa y de la Secretaría de Marina “para que, por un lado, se verifique que las redes de los barcos camaroneros cuenten con el Dispositivo Excluidor de Tortugas Marinas [TED, por su siglas en inglés]; que se constituya un programa de observadores a bordo de los barcos camaroneros —algo similar a lo que ocurre con los barcos atuneros—, que vigilen que los barcos cumplen con ésta y otras normas, y que se refuercen de manera urgente las labores de patrullaje dentro del mar para impedir o al menos disminuir la muerte de tortugas”. Esto incluye garantizar que se respete la zona marina de exclusión.
El playón de Mismaloya está declarado como santuario y zona de reserva de tortugas marinas, decreto emitido por el presidente de la república Miguel de la Madrid Hurtado en 1986.
Se trata del santuario de tortugas marinas más grande en México, con 69 kilómetros de línea de playa, y fue hasta la década de los setenta una de las siete playas más importantes en el mundo para la anidación de golfinas, advierte Silva Bátiz, distinción que perdió con la debacle de la especie debido a la sobreexplotación de sus huevos y las matanzas a que fue expuesta (Público, 17 de septiembre de 2007).
No obstante el predominio de la Lepidocheys olivacea, la zona siempre ha recibido individuos de tortugas laúd (Dermochelys coriacea), carey (Eretmochelys imbricata) y prieta o negra (Chelonia agassizi). Los riesgos a que se exponen allí las cuatro especies, tanto por los hueveros y pieleros como por las redes de arrastre de los camaroneros, no han podido ser resueltos por el gobierno mexicano en más de 20 años de protección.
- Claves
Las tortugas de Jalisco
• México es destino de siete de las ocho especies de tortuga marina del mundo. Las costas de Jalisco, en particular el largo santuario de Mismaloya, el mayor del país, reciben a cuatro de estas especies
• Golfina. Lepidochelys olivacea
Es la tortuga más numerosa; se ha recuperado espectacularmente en la zona de Escobilla, Oaxaca, que nuevamente es el primer lugar mundial de anidación para esta especie. En Jalisco, hasta 1970 tuvo arribazones de 30 mil individuos por evento en Mismaloya (antaño séptimo lugar mundial), y hoy está severamente reducida
• Carey. Eretmochelys imbricada
Es la más pequeña de todas, pero altamente preciada por su concha, que se emplea para objetos de ornato. Su presencia en Jalisco se demuestra en el nombre de Careyes (La Huerta). No obstante, su anidación es reducidísima en el Pacífico, y su futuro parece ser más promisiorio en el Caribe mexicano
• Prieta. Chelonia agassizii
También llega a cuentagotas a Jalisco, pues prefiere las playas de Colola y Maruata, en Michoacán
• Laúd. Dermochelys coriacea
La gigante de los mares: los ejemplares del océano Pacífico rebasan media tonelada, los del Atlántico se acercan a la tonelada. México era sitio de anidación de 65 por ciento de los miembros de la especie, que no ha dejado de reducirse. En Jalisco llega menos de una decena al año
• Las principales causas de la muerte de tortugas marinas son que su piel se sigue aprovechando de forma ilegal en la industria del cuero y el calzado y la llamada “pesca incidental” por los barcos camaroneros, que usan redes de arrastre ilegales e invaden la zona de exclusión marina de los santuarios
• La norma oficial mexicana NOM-061-PESC-2006 establece la obligación de usar redes cuyas características permitan que tortugas u otros individuos accidentalmente atrapados puedan liberarse solos, pero esta norma es ampliamente violada
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