Buques pesqueros en mar abierto serán revisados con apoyo de la Marina.
Agustín del Castillo - PÚBLICO
Esta misma semana se realizará la primera de 20 incursiones al mar que durante tres meses hará personal de la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y de la Secretaría de Marina (Semar), en busca de embarcaciones pesqueras que pudieran utilizar implementos ilegales que sean causa del deceso de tortugas marinas y delfines frente al playón de Mismaloya, en Tomatlán.
Juan Carlos Díaz Morales, vocero de la institución, explicó que para el efecto, desde el pasado mes de septiembre de 2007, todas las delegaciones de estados con salida al mar cuentan con una lancha debidamente equipada para hacer recorridos y reforzar las labores de inspección.
La embarcación tiene un valor de 1.5 millones de pesos.“Nos informa el personal de la zona costera que las embarcaciones para captura de camarón deben ubicarse por lo general diez millas náuticas mar adentro, en la llamada zona somera, donde tienden sus redes.
Normalmente este trabajo lo hacen por noche y eso dificulta que se puedan encontrar en flagrancia”, indicó.
Sin embargo, las citadas operaciones de la Profepa y la Semar se internan en el mar y pueden revisar que los barcos camaroneros o de cualquier otro tipo de pesca cumplan con lo que plantea la ley, en especial con relación a la norma oficial mexicana NOM-061-PESC-2006, que establece los tipos de redes a usarse en estas labores, las cuales deben incluir características que permitan la posibilidad de que cualquier reptil o mamífero marino que sea capturado de forma incidental pueda liberarse y no perezca por asfixia, como ha sucedido en las semanas anteriores.
Tres denuncias de pescadores y de miembros del campamento tortuguero de La Gloria, de la Universidad de Guadalajara, suman 30 muertes en cuatro eventos desde el pasado 3 de diciembre de 2007, con la presunta responsabilidad de las redes de los pescadores de camarón. Las víctimas documentadas son 27 tortugas golfinas (Lepidocheys olivacea), una tortuga prieta o negra (Chelonia agassizi) y dos delfines de la especie Tursiop spp; todos los ejemplares fueron arrojados por el mar (Público, 21 de enero de 2007).
El primer suceso fue denunciado por escrito a la Profepa el 5 de diciembre de 2007, admitida bajo el expediente 444/2007, pero como “no se presentaron más indicios de los presuntos responsables, estaba en términos muy generales, fue archivada y se determinó darle un procedimiento de oficio, a través de las inspecciones”, precisó el vocero de la Profepa.
De la denuncia verbal, por vía telefónica, del 14 de diciembre siguiente, no se tienen datos en la delegación, aceptó Díaz Morales. Los últimos eventos, hace menos de una semana, ya no fueron reportados al organismo federal, que nunca respondió a los denunciantes por los casos anteriores.
Díaz Morales indicó que la voluntad de la Profepa en el combate de estos hechos ilícitos se demuestra en la detención de ocho ladrones de nidos de tortuga durante el año 2007, acciones que “no se detendrán”, aseguró.
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