sábado, 19 de enero de 2008

Opositores a la presa El Zapotillo reiteran que no entregarán sus tierras para el proyecto

La sesión del Ayuntamiento de Cañadas de Obregón se realizará el lunes en Temacapulín

Beneficiará en mayor medida a la ciudad de León, Guanajuato, con las aguas del río Verde, dicen

Juan Carlos G. Partida - LA JORNADA JALISCO

El lunes próximo, la sesión de cabildo del Ayuntamiento de Cañadas de Obregón se realizará en la delegación de Temacapulín, uno de los tres poblados que la Comisión Nacional del Agua y el gobierno de Jalisco decidieron desaparecer bajo las aguas cuando construyan la presa El Zapotillo.

El alcalde José de Jesús Sáenz Muñoz decidió realizarla en ese poblado para reiterar el pronunciamiento claro, junto a ediles y habitantes, de que no entregarán sus tierras para el proyecto que, en mayor medida, beneficiará a la ciudad de León, Guanajuato, con las aguas que se almacenen del río Verde.

El activismo de pobladores y autoridades civiles, y hasta eclesiales de Temacapulín, Palmarejo y Acasico, ha crecido conforme se acerca la fecha de inicio de obras y también crece, ante la negativa, la posibilidad de que el gobierno pudiera buscar la expropiación de los terrenos.

Los señalamientos que se harán ya se han puntualizado en las manifestaciones que han tenido los habitantes de esas tres comunidades buscando el respaldo del Congreso del Estado, por ejemplo, a quienes señalaron la semana pasada que el proyecto de la presa constituye un profundo agravio a la identidad de quienes ahí viven o nacieron.

“Dicho proyecto contempla la desaparición de nuestros poblados, que son considerados patrimonio cultural y arqueológico, lo cual nos permitirá ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad –con gestiones ya en curso–, ya que acorde con estudios realizados en estas tierras, nuestros ancestros de origen prehispánico se remontan a 10 siglos de presencia en la región. Así también, el proceso de conquista y fundación colonial se sitúa en el año 1530 para Temacapulín. Es importante destacar vestigios prehispánicos y una serie de templos y otros edificios de origen colonial de valor arquitectónico, histórico y cultural incalculable, lo que les convierte en el reducto colonial más antiguo del Occidente de México”, señalaron entonces.

Lo que se refrendará en la sesión de cabildo del lunes es que, a pesar de la poca población que el gobierno estatal dice que vive en Temacapulín, hay una enorme cantidad de emigrantes que se fueron a Estados Unidos y que desean, cuando terminen su etapa laboral, regresar al terruño en el que han invertido para hacerlo un lugar más digno de vivir.

“Nuestros pueblos se localizan en una de las regiones lecheras y de producción ganadera más importante del país, actividad productiva que se verá afectada de realizarse el proyecto de la presa, como lo propone actualmente el gobierno del estado. Entre otras bendiciones, contamos con abundante agua limpia y hermosos paisajes. Por ello, como gente trabajadora y honesta que somos y por el respeto que se merecen nuestros muertos bajo este suelo que los cobija, defenderemos hasta con nuestras propias vidas a nuestros pueblos. No permitiremos que nuestros anhelos y sacrificios sean inundados. A esta tierra que nos ha dignificado, ahora nosotros la dignificaremos oponiéndonos a esta obra que nos borraría del mapa de la historia”, señalaron los opositores a la presa en Temacapulín.

También dijeron que no se niegan a compartir el agua del río Verde con la población de Guanajuato, pero no a costa de desaparecer los tres pueblos y las 4 mil 500 hectáreas de las mejores tierras cultivables, las fuentes de aguas termales que son visitadas por miles de turistas anualmente. Además anunciarán que se harán valer los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales conocidos como derechos humanos de tercera generación por la ONU y que de acuerdo a experiencias en otras partes, no existe una sola reubicación exitosa de pueblos resultado de la construcción de una presa, además de indemnizaciones justas.

Además expresarán preocupación por el alto riesgo que constituyen las represas, como quedó demostrado en la tragedia del río Grijalva, en Tabasco; y señalarán que el 4 por ciento de los gases de efecto invernadero es emitido por los grandes embalses hidráulicos artificiales, como lo comprueba la recomendación de expertos internacionales para desmantelar las presas y liberar los ríos para conservar estos servicios ambientales en torno al cambio climático.

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