lunes, 25 de febrero de 2008

Pemite la ley ensuciar el Río Santiago

En Jalisco sólo las descargas que van a Chapala y a algunas presas tienen fuertes restricciones

Sergio Hernández - MURAL


El Río Santiago está clasificado por el Gobierno federal como un sitio que puede recibir aguas residuales de una calidad muy alejada a la pureza, lo que les otorga manga ancha a los contaminadores, sin violar ninguna ley.

Esto porque la Comisión Nacional del Agua, dependencia que realiza la clasificación de los ríos del país, no considera que el Santiago, ni ningún otro río de Jalisco, deba recibir aguas residuales lo suficientemente limpias para mantener la vida acuática.

Lo anterior se puede verificar en la Ley Federal de Derechos publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 24 de diciembre del 2007.

Esta normatividad clasifica los ríos del país, en A, B o C, de acuerdo al uso que se le da a sus aguas, sin considerar la necesidad de conservar, en todos ellos, condiciones adecuadas para la preservación de la salud o la biodiversidad.

La letra A significa un río al que se le pueden descargar las aguas residuales más sucias, con menor tratamiento.

La letra B se le otorga a los ríos que se les extrae agua para riego o para destinar líquido al consumo humano, previa potabilización por lo que las descargas de aguas residuales comienzan a ser rìgidas.

Un río o cuerpo de agua clasificado como C es para aquellos sitios donde se busca una calidad de agua tal, que permita preservar la vida acuática existente. Esto requiere que las aguas residuales que se reciben estén tratadas a profundidad.

Al Río Santiago se le considera un cuerpo de agua tipo A en casi todo el territorio de Jalisco, esto es, puede, según la clasificación del Gobierno federal, recibir descargas de aguas residuales con los parámetros menos exigentes en cuanto a saneamiento y recibir, por ley, altas concentraciones de contaminantes.

Una parte del mismo río se considera tipo B, en el tramo que va desde su nacimiento, en Chapala, y en su recorrido por parte de los territorios de Ocotlán, Poncitlán y Zapotlán del Rey.

Pero una vez que el Santiago entra a territorio de Juanacatlán y El Salto, vuelve a ser un río tipo A, y los contaminadores pueden verter sus residuos con escasas restricciones, incluyendo las descargas municipales.

El 13 de febrero murió el niño Miguel Ángel López Rocha, de 8 años de edad, por intoxicación aguda con arsénico, supuestamente ingerido al entrar en contacto con el Río Santiago, lo que ha generado una fuerte presión social para que las autoridades limpien de una vez por todas este río que presenta elevados índices de contaminación,

El Río Zula, que se une sus aguas al Río Santiago a la altura de Ocotlán, está clasificado por la Ley Federal de Derechos como tipo B, pero no así sus afluentes que vienen desde Arandas y Atotonilco, que se consideran como tipo A.


Los únicos sitios de Jalisco considerados en la Ley Federal de Derechos como cuerpos receptores de aguas residuales tipo C, y a los que les deben llegar aguas residuales de excelente calidad son el Lago de Chapala; la Presa La Joya en el municipio de Zapotlanejo; Presa El Salto en Valle de Guadalupe; Presa Calderón en Acatic; Presa La Red y El Jihuite, en Tepatitlán; la Presa Alcalá en San Juan de los Lagos, y la Presa Cajón de Peña en Tomatlán.

Piden nueva clasificación

La Comisión Estatal del Agua (CEA) solicitó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), desde mayo del 2007, que recategorice el Río Santiago para que pase a ser tipo C, y así sus aguas sean lo suficientemente limpias para permitir la vida acuática.


Esto generaría que todas las descargas de aguas residuales a este río, provenientes de poblaciones e industrias, sean sumamente estrictas, con mínimos niveles de contaminantes.

Lo anterior obligaría a adecuar toda la infraestructura de saneamiento existente en el Santiago, pública y privada, para que puedan cumplir con los nuevos parámetros, aceptó Manuel Oses Pérez, Director de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales de la Comisión Estatal del Agua.

La solicitud no se hizo precisamente con un interés ambiental sino pensando en la Presa de Arcediano, que el Gobierno estatal pretende edificar sobre el Río Santiago, para abastecer de agua a los habitantes de la zona metropolitana, previa potabilización.

Conagua no ha dado fecha para dar una respuesta.


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