sábado, 1 de marzo de 2008

Complejos inmobiliarios acosan zona de conservación en Chamela


Evelyn Águila – EL INFORMADOR

La Secretaría de Turismo en Jalisco, busca la manera de que tres complejos inmobiliarios, ubicados dentro del polígono de la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, reconocimiento otorgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sean viables pese a que la zona es considerada como prioritaria para la conservación a nivel mundial.

Aurelio López Rocha, secretario de Turismo, aseguró que impulsar estos proyectos es parte de la agenda del Estado, por lo cual se reúnen con los desarrolladores y la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para ver de qué manera pueden sacarlos adelante.

“La secretaría está trabajando con los desarrolladores y con Semarnat en la búsqueda de soluciones, siempre dentro de la norma y la ley que está vigente. Nosotros tenemos tres proyectos en cartera. Hablaría de estos tres cercanos a la zona que ha sido bastante cuestionada, la zona de Careyes, en donde están los proyectos de IEL La Huerta (Marina Careyes), el de Tambora y San Carlos; estos tres proyectos han sido puestos no sólo en la agenda estatal, sino federal”.

Reiteró que se “han tenido reuniones intersecretariales con el objeto de resolver los temas. Hemos insistido con los desarrolladores, dentro de la ley, pero que profesionalmente con la asistencia de los biólogos expertos, con los programas de mitigación, con el respeto al mangle, se puedan llevar a cabo”.

En noviembre de 2006, la Dirección de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, autorizó los complejos Marina Careyes y Tambora, lo que desató severos cuestionamientos por parte de grupos ambientalistas e investigadores de la Universidad Autónoma de México y la Universidad de Guadalajara.

Si bien fueron aprobados por la dependencia federal, al desarrollo de Tambora se le negó el cambio de uso de suelo, lo que impidió iniciar con la obra. Este proyecto, sobre 681 hectáreas, planteaba deforestar la selva para dar paso a un campo de golf.

Uno de los proyectos más cuestionados es el de Marina Careyes, con 256 hectáreas de extensión, que implicaría la destrucción de dos hectáreas de mangle y la construcción de una marina en un estero. Aún está pendiente para este hotel, la aprobación de cambio de uso de suelo.

El tercer desarrollo, denominado San Carlos, se encuentra actualmente en proceso de autorización, pero recientemente la Semarnat le solicitó información adicional para complementar el documento de Manifestación de Impacto Ambiental.

Pese a la serie de argumentos vertidos por especialistas, López Rocha dijo que la intención en la zona de Costa Alegre es la promoción de proyectos “de mayor densidad, no altísima densidad, y algunos otros de mucho menor densidad para poder incorporarlos a la oferta”.

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