miércoles, 23 de julio de 2008

Al azar el resguardo del juego de pelota más grande


  • En los 134 metros de largo existen plantaciones de agave y hay un río que amenaza con desgajar las estructuras

EL INFORMADOR

En ocasiones, la protección del patrimonio arqueológico se convierte en un juego o sencillamente en un asunto de azar. Tal es el caso de Santa Quiteria (ubicado en El Arenal), donde se encuentra el juego de pelota más grande de México (134 metros de largo) que luce largas y geométricas plantaciones de agave recién trazadas y la erosión de un arroyo que cruza a unos cuantos metros y amenaza con desgajarlo.

En un recorrido por el lugar, las autoridades municipales se sorprenden de esta nueva plantación (los agaves aún se pueden retirar de la superficie y de entre las piedras de los montículos) y se extrañan ya que los ejidatarios “han mostrado bastante disposición. Ellos mismos cuidan que no entre nadie (principalmente saqueadores), siempre están al pendiente, sobre todo desde que hace como cuatro años metieron maquinaria y tuvo que venir el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) a detener todo”.

Los sembradíos afectan principalmente cuando se meten tractores y durante la etapa de la preparación de la tierra, ya que se meten cuchillas de 40 centímetros para remover la materia orgánica y es en ese momento cuando se remueven o destruyen los vestigios.

Y aunque hasta el momento no se sabe a ciencia cierta el daño en el juego de pelota, ya que el Instituto Nacional de Antropología e Historia apenas fue notificado, en el plan de manejo del Paisaje Agavero dan cuenta de cómo algunas estructuras fueron destruidas por el arado, razón por la que existe un proceso legal por resolverse.

Las aproximadamente 60 hectáreas donde se ubican los vestigios siguen siendo propiedad privada y los campesinos “en ocasiones no piensan lo que implica la declaratoria de la UNESCO -explica uno de los funcionarios-, ellos están preocupados principalmente por su fuente de ingreso, que en la región es principalmente el agave”.

Y a pesar de que la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Históricas establece que “el que por cualquier medio dañe o destruya un monumento arqueológico, se le impondrá prisión de uno a 10 años y multa hasta por el valor del daño causado”, la cuestión es que hasta el momento no se ha realizado la poligonal de protección y no existe ningún arqueólogo responsable del sitio.

De acuerdo con la Dirección de Patrimonio de la Secretaría de Cultura, en un par de semanas podrían liberarse los cuatro millones de pesos que existen para Santa Quiteria a través del proyecto estratégico de la Ruta Arqueológica y serían fundamentalmente para registrar las poligonales “a” y “b” y para mejorar el camino de acceso.

A punto del colapso

La investigadora de El Colegio de Michoacán Verenice Heredia, quien trabaja desde 2007 en el proyecto de investigación "El Paisaje Agavero y su entorno arqueológico en la zona del volcán de Tequila", explica que el juego de pelota se está deteriorando “bastante por el arroyo que pasa por ahí”.

De igual forma, Phil Weigand –quien exploró por primera vez Santa Quiteria en la década de los 70- comenta que este es el juego más monumental de toda de toda la República, empatado únicamente con Chichén Itzá (ambos de 135 metros de largo) –la única diferencia es que este último es mil años más reciente-. “El problema es que está a punto de colapsar por el agua que corre a un lado”.

Y aunque ambos comentan que el Centro INAH Jalisco conoce la problemática, en la dependencia señalan que desconocen el asunto y que difícilmente las corrientes fluviales amenazan el juego de pelota.

Ojalá el azar favorezca la protección del patrimonio arqueológico y pronto se realice una visita de inspección para determinar sí existen daños, tanto de los agaveros cómo del arroyo.

En detalle

Santa Quiteria se ubica en El Arenal y es uno de los sitios más monumentales ubicados dentro del Paisaje Agavero. Está compuesto de dos asentamientos extensos: Rancho Nuevo y Mesa Alta.De acuerdo a Verenice Heredia, la extensión es de aproximadamente 56 hectáreas, casi todas ellas cubiertas por arquitectura monumental (guachimontones de ocho plataformas principalmente). En Mesa Alta existen 12 conjuntos de montículos, de los cuales cuatro se localizan al norte del recinto cívico-ceremonial; un juego de pelota y algunas plataformas residenciales y terrazas con estructuras.

La arqueóloga documenta en su informe que la estructura más monumental se encuentra plantada de agave y muchas de las estructuras presentan saqueos y destrucción, además de que algunos guachimontones registrados por Phil Weigand en los 70 ya han desaparecido.

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