jueves, 10 de julio de 2008

Entre el agua y el albergue

A muchos colonos no les quedó de otra que ir a los albergues instalados por las autoridades. Foto: Rafael del Río
Sergio Blanco y Jaime Ramírez - PÚBLICO

Hacia el final del corredor industrial de El Salto se encuentra un crucero que a la derecha conduce al fraccionamiento Jardines de El Salto y hacia la izquierda a La Azucena. En los postes se pueden ver los señalamientos publicitarios que indican cómo llegar a ellos.Conforme se abandona el camino principal, las calles de asfalto comienzan a lucir deterioradas.

Pequeños charcos y baches anuncian lo que vendrá. A las pocas cuadras de ingresar por la caseta de Jardines del Castillo se ve ya que los circuitos más cercanos al canal están anegados después de días de lluvia.Dice Juan José Cortés, vecino del circuito Las Azaleas: “Cuando nos vendió el arquitecto Arturo Cordero no dijo que había un canal cerca.

Había un zacatal y la tierra estaba más arriba, ni nos dimos cuenta”. El canal del que habla pasa apenas a unos cinco metros de su casa y su caudal ha crecido hasta unos ocho metros de ancho de aguas negras y pluviales. Sobre si creía que la tierra estaba ahí para protegerlos de las aguas del canal, dijo Juan José: “Yo creo que la echaron ahí para que no lo viéramos”.

A su casa sólo se puede llegar por las paredes. Frente a ella hay una banca con vista al agua estancada y al lodo de su ribera, que a no ser por el olor y el color simularía una laguna artificial.Ante las inundaciones, la noche del lunes llegó Protección Civil a desalojarlo a él y a sus vecinos, pero la señora Rosa Torres Cervantes, del circuito anexo de Las Azucenas, no se fue: “El agua me llegaba a la cintura ahí en el cancel”.

Jardines del Castillo es pequeño comparado con La Azucena, en donde aún se ofertan viviendas que prometen a los compradores comodidades y pagos fáciles. El precio de la más barata es de 200 mil pesos: dos cuartos, un patio de tres metros cuadrados y un baño. No más. Es poco, pero lo más asequible para las personas que ahí habitan.

En la calle Azucenas Poniente, la señora Ofelia Espitia pregunta inquieta: “¿No sabe si ya se va a acabar?”, al ver que el agua que ya por la mañana habían extraído de nuevo llegaba hasta las puertas de su domicilio. “En caso de que suba más el agua, pues yo me subo a la cama”.Las tres cuadras que topan al fondo con el canal ya fueron evacuadas.

Sus habitantes también habían sido llevados hacia albergues, pero algunos, como Leticia Ávila Nava, irrumpieron en alguna de las casas que están solas dentro del mismo fraccionamiento. Hacía sólo una semana que se había mudado a su nuevo hogar.Ella y su marido emigraron a una vivienda de dos plantas, más cara por su espacio y por estar más lejos del canal: “Nosotros nos metimos aquí por nuestros propios medios.

Mucha gente nos metimos, tomamos esta decisión.” Leticia quiere que la reubiquen o cancelar, porque no le “hablaron claro”.A dos cuadras de esta casa provisional se encuentran las oficinas de la constructora, pero la encargada de entregar las viviendas, Mercedes González, no quiso hablar de cancelaciones ni de la reubicación de los habitantes, sólo que estaban trabajando con la CNA para solucionar el problema y las personas regresen a sus mismos hogares.

La Casa de Ejercicio de la parroquia de El Salto fue el lugar que finalmente quedó habilitado como albergue temporal para los damnificados.Faustino Alvarado, oficial mayor del Sistema DIF municipal, dijo que en total eran 75 personas las que había hasta las 15:00 horas, pero por la tarde ingresaron otras procedentes de La Azucena.

Indicó que la capacidad total del edificio es suficiente para 250 personas que se pueden instalar en recámaras de dos o tres camas, y que cuentan cada una con baño, aunque varias personas afirmaron que no tenía aún agua caliente.

El funcionario mencionó que los servicios que se otorgan en el albergue, además de los alimentos y el techo, son atención de crisis, apoyo médico y psicológico, y para los niños hay un área de entretenimiento y educación.María Elena Gómez, vecina de la segunda sección del fraccionamiento Jardines del Castillo, afirmó que la atención en el albergue era buena, “nos dan lo que necesitamos, nos dan nuestro desayuno, comida y cena, nos atienden como reyes, dadas las condiciones”.

Otra mujer, habitante de La Azucena, Maria Rita del Rosario Amézquita, coincidió en la buena atención, pero consideró que la autoridad debería hacer más para resolver los problemas que les dejaron la constructora Arco, y que ya habían denunciado.

Más de 160 casas, las afectadas

• Después de 40 horas del inicio de la lluvia que inundó partes importante de tres zonas habitacionales en El Salto, el presidente municipal del lugar, el priista Joel González Díaz, finalmente visitó, a las cuatro de la tarde de ayer, el fraccionamiento La Azucena, en donde la mayoría de sus habitantes ha sido albergado o decidió dejar sus casas ante el temor de que el agua las invada.

En entrevista, el funcionario municipal explicó que por la mañana de ayer había tenido que atender primero al titular de la Secretaría de Seguridad estatal (SSP) Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, quien estuvo en el municipio como parte del programa Seguridad Contigo. “Esto lo teníamos agendado y es una atención con el funcionario y no la pudimos cancelar.

Pero de hecho las direcciones del ayuntamiento están trabajando a marchas forzadas [en la zona afectada por el agua]”.Antonio Venegas Gutiérrez, asesor del presidente municipal, fue quien estuvo la tarde del miércoles en el fraccionamiento La Azucena coordinando la ayuda para los afectados por las inundaciones.

Sobre las acciones inmediatas que se están llevando a cabo, dijo que su misión más importante era la de atender a las personas cuyo poco capital económico se ha visto deteriorado: “Estamos trayendo camiones para trasladar personas y pertenencias y dialogando con la constructora para su reubicación; además, ver en qué puede el municipio ayudar para que los fraccionadores y la sociedad lleguen a un consenso”.

Al respecto, Joel González Díaz aseguró que se daría respaldo jurídico a los vecinos que quisieran demandar penalmente a la constructora Arco, por incumplimientos en los contratos.Sobre las causas de los sucesos, Antonio Venegas mencionó que la presente Administración no es responsable: “Fue durante la de Bety Moreno y la anterior a ésta cuando se otorgaron las licencias para construir en esa zona”.

Por el momento, lo más importante es asegurar el bienestar de los afectados, agregó que “ya habrá alguna autoridad que se encargue de deslindar responsabilidades”.

En el lugar estuvo también Salvador Elizondo, director de Promoción Comunitaria del gobierno del estado, quien dijo que “hasta el momento van más de 160 casas que presentan daños en este fraccionamiento, pero los datos oficiales aún no los tengo”.

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