jueves, 14 de agosto de 2008
De la selva al Ahogado
Ana Montaño Centeno - PÚBLICO
Un viaje a la selva Lacandona cambió la vida de Raúl Muñoz Delgadillo. Fue en 1994 cuando llegó a la reserva ecológica de un millón 550,200 hectáreas, para apoyar voluntariamente a los campamentos que trabajaban por la paz en esa zona de conflicto.
Se quedó por siete años admirando la cultura de los lugareños para proteger el medio ambiente, “a pesar de la devastación, la capacidad que tienen los indígenas para cuidar sus reservas naturales es asombrosa”.
En 1994 regresó a Jalisco, en donde su sorpresa fue mayúscula al darse cuenta de la apatía y el ánimo de los jaliscienses por destruir, contaminar y destrozar el medio ambiente. “Cuando yo regresé, me impresionó ver la devastación que existía, cómo la mancha urbana seguía creciendo y cómo los habitantes del estado estábamos acabando con nuestro ecosistema”. Decidió dedicarse férrea y activamente a defender el medio ambiente de la entidad.
Nacido el 19 de diciembre en la ciudad de México, radicado en Jalisco desde hace más de 17 años, Muñoz Delgadillo asegura que su lucha por la preservación del ecosistema no se va a detener. “Es urgente contrarrestar esa apatía que existe por el tema del medio ambiente, se trata de proteger la vida, nuestro ecosistema y aun así a la población no le interesa, y hablo de todos los estratos sociales”.
Padre de cinco hijos y casado desde hace 29 años con María Leticia, asegura que son las propias autoridades las que desprecian el tema, “para ellos no es redituable ni política ni económicamente, solamente en campaña, para ganar adeptos hacen sus promesas y en eso quedan, en sólo promesas incumplidas una vez que llegan al cargo de elección”.
Raúl vive en la colonia El Castillo y sus padres habitan en La Azucena, dos de las colonias más afectadas por las inundaciones en El Salto. “Todo este tipo de problemas, de inundaciones, contaminación, deforestación es parte de la falta de cultura ambiental”.
El activista es fundador y dirigente del Comité Ciudadano de Defensa Ambiental, organización integrada por más de 23 ciudadanos voluntarios que luchan como él contra las injusticias y atropellos al ecosistema.
La labor de Raúl ha sido en las bases sociales, sin distingos de ninguna índole ni afiliaciones a alguna dependencia. “Desde un principio no quisimos registrarnos como asociación civil, por eso sólo somos un comité ciudadano independiente”.
El lunes pasado, Raúl recibió un auto de formal prisión en el Juzgado Séptimo de Puente Grande por la supuesta posesión de enervantes con fines comerciales, delito que no se ha comprobado, pues el activista no se ha careado con los policías que lo detuvieron el 9 de julio pasado. Fue el día que él y otros vecinos de La Azucena y El Castillo planeaban bloquear la carretera para hacerse notar contra las constructoras que edificaron en los terrenos de la cuenca del Ahogado.
Los policías que lo detuvieron acusaron al activista de portar 42 gramos de mariguana en envoltorios; a decir de Muñoz, el enervante se lo mostraron en las instalaciones de la PGR después de diez horas detenido.
Hoy vence el plazo para impugnar la decisión del juez, de lo contrario, Muñoz Delgadillo podría ir a prisión. “Tengo la esperanza de que la justicia sea imparcial, aunque el panorama no es nada alentador por cómo se maneja últimamente la impartición de justicia”.
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