Sergio Hernández Márquez
Andrés Calamaro, El Salmón, se levantó inquieto. Es domingo y explotó en su blog agradeciendo la metralla de emociones que le generó la última de las presentaciones que tuvo en el Teatro Diana de Guadalajara, donde recibió innumerables muestras de afecto.
“La segunda noche en el teatro guadato fue de apoteosis ...fue un estalido de gloria explotándonos en el pechito, un publico que soñaria Mick Jagger ... corpiños voladores, banderas mexicargentinas, discos de José Alfredo, manos arriba hasta en el último palco y en el superpullman, desde la primera fila hasta la última bandeja las gentes se entregaron, aunque exigentes, a cada nota que les supimos brindar, al principio elegantes y rockeros licuados al final ....”, escribió en la página http://www.calamaro.com/ su sitio web oficial.
“Todos nos quedamos con la sensación del tiempo recuperado, prometiéndonos volver volver y volver ... a los brazos tapatíos otra vez ... Guadalajara, gracias ! fueron ustedes un publico entregado, calido, caliente ... y nos hicieron sentir putos dioses del rock. Ametralladoras!”.
Desde el inicio del concierto Calamaro impuso su ley. Formó a su pelotón de músicos, todos alineados frente al escenario, y comenzaron con los acordes de El Salmón, declaración de principios de un músico que a 3 años de llegar a sus 50 se muestra vivo, loco y contundente.
Y de ahí en adelante los halagos mutuos, Calamaro recibía un olé olé y Andrés respondía con caravanas. Caía un sostén y el argentino lo colocaba con delicadeza en alguna parte del escenario, luego una bandera y sus hombros la albergaban.
Un chico de las primeras filas subió al escenario, se plantó frente a Calamaro y en una especie de saludo militar se puso a la orden de su comandante.
Desde los palcos una chica nunca dejó de mostrar un mensaje escrito con el corazón: “Guadalajara tuya siempre”.
Cerca del final, a Calamaro le aventaron al escenario una máscara de lucha libre color rojo. En principio temió cubrirse con ella, pero un par de canciones después apareció como rockero enmascarado, con guitarra al hombro.
Guadalajara fue la primera ciudad del país en la que Andrés Calamaro ofrece un concierto en toda su trayectoria profesional, ya que su carrera la había mantenido entre España y Argentina.
La aventura mexicana sigue este lunes cuando entregue su música en el Auditorio Nacional de la capital del país.
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