martes, 11 de noviembre de 2008

Los inversionistas continúan devastando impunemente la Costa jalisciense: CEDHJ

Javier Santos - LA JORNADA JALISCO La Costa de Jalisco, desde Puerto Vallarta pasando por Cabo Corrientes, Tomatlán y hasta Cihuatlán, es víctima de los inversionistas depredadores que han devastado los humedales y manglares, dijo Alfonso Hernández Barrón, tercer visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ).

Agregó que otro problema en esa franja es la constante violación a las garantías individuales contra campesinos. quienes enfrentan problemas con inversionistas por tierras situadas cercas o frente al mar.

Barrón subrayó que en esos municipios la gente depende en mucho de la protección del medio ambiente, pero, dijo: “hemos encontramos una serie de practicas administrativas inadecuadas que hacen concurrir a los tres niveles de gobierno” como lo son municipio, estado y federación.

“Uno de los temas que más nos ha llamado la atención, agregó, es la devastación de los humedales, por ejemplo hablando de manglares; encontramos que hay una serie de atentados contra zonas que son parte importante del equilibrio ecológico, que mantienen ecosistemas completos”, señaló.

Detalló que uno de los municipios ejemplos en devastación de manglares es Cihuatlán, donde actualmente enfrentan perdidas de playas. "Cihuatlán en sí es un ejemplo de la devastación que ha ocasionado el hombre con un desarrollo no sustentable, lo presentan incluso con la pérdida de las playas por obras mal planificadas sin tomar en cuenta los elementos naturales”.

Barra de Navidad enfrenta similar problema que Cihuatlán, pero “en su momento no se tenía esta visión de la protección al ambiente y encontramos que se han perdido importantes zonas de humedales y si venimos recorriendo desde ahí hasta Puerto Vallarta es frecuente encontrar en las laderas de los cerros construcciones que no tienen desde luego los estudios de impacto ambiental, que en su momento se autorizaron cuando no se exigían una serie de requisitos”.

Además, agregó que esas fincas construidas en laderas o en la punta de los cerros “va incluso atentando contra un derecho, que es relativamente nuevo, que es el derecho paisajista”, explicó, y sostuvo que en el municipio de La Huerta existe un problema donde la mancha urbana “le está ganando terreno al hábitat de los cocodrilos, y como esto pone en peligro a la misma población”.

En esa afán voraz del crecimiento de los centros poblaciones, sostuvo el defensor de derechos humanos, “se está dejando de lado las otras dos partes, que son lo social, lo ambiental", aspectos que sostienen la sustentabilidad.

Subrayó que los tres elementos de la sustentabilidad son lo social, lo ambiental y lo económico, y “si no hay equilibrio en estos tres elementos no hay sustentabilidad ni viabilidad en las generaciones presentes y futuras”.

A lo largo de esos municipios, especificó, también “vamos a encontrar también problemas de violación a los derechos humanos de legalidad contra los propietarios de la tierra. Son varios conflictos que se están dando por la propiedad de la tierras cercanas al mar y esto ha generado, incluso, importantes conflictos sociales”, detalló Barrón.

Uno de esos problemas, puntualizó, es el de Campo Acosta, donde decenas de campesinos fueron desalojadas violentamente por fuerzas policiacas del municipio y estado ya que, después de vivir más de 15 años en el lugar, resultó que las tierras habían sido vendidas a un desarrollador turístico. "Aquí ya se les ha estado retirando y en algunas otras comunidades cooperativas pesqueras que también ha venido viendo limitados por el crecimiento de proyectos inmobiliarios”.

De Vallarta, señaló, ni hablar porque en la ciudad ya se habla de contaminación atmosférica cuando no existe industria alguna. "Entonces los problemas de medio ambiente en toda la zona de Jalisco son claros. Hay un crecimiento desmedido, una voracidad económica sin sustentabilidad y desde luego hay afectaciones que tarde o temprano nos van afectar a todos”, concluyó.

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