Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
El presidente municipal de Cañadas de Obregón, José de Jesús Sáinz Muñoz, reconoce que se comprometió por escrito con los vecinos de Temacapulín para no emitir la autorización del cambio de uso de suelo para la cortina de 105 metros de altura que el gobierno de Jalisco quiere que se edifique en El Zapotillo; sin embargo, es escéptico: "No creo que podamos parar la obra".
"Hice el compromiso de apoyarlos, no ampliar el permiso; es un derecho que el municipio tiene según el artículo 115 constitucional, pero sabemos que son cuestiones de la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente federal]. El municipio, al negarse, no aseguraría el desistimiento del proyecto; supuestamente el gobierno tiene argumentos suficientes para demostrarnos que está bien, de algún modo es un respaldo social o político que le damos a los de Temacapulín, pero ni siquiera creo que vayamos a promover la controversia constitucional", dijo a este diario, entrevistado por vía telefónica.
En realidad, añadió, "este asunto no lo tengo tan estudiado. Al momento no se nos ha solicitado nada de licencias de construcción […] ni sabemos del proyecto anterior [de 80 metros de altura]; fue discutido desde la Administración pasada, en ese tiempo se autorizó; simplemente fue un comentario y una propuesta a estudiar, donde la gente me pedía que metiéramos una controversia de este proyecto, pero no tenemos ninguna decisión; difícilmente nos vamos a meter…".
Reconoció que hay discordias internas en el municipio. "Lo que la gente de Temaca dice es que estamos a favor de taparlos allí, de que se inunden […] La realidad es que entendemos que es un proyecto magno, aunque los afecta; nos beneficiaría a todo el municipio, incluyéndolos a ellos, con un pueblo nuevo o indemnizándolos por encima de valor comercial de sus fincas".
Aun más: "Si de mí dependiera detenerla [la presa], sería un problema, creo que no tenemos poder de hacerlo desde el municipio".
—¿Cuáles beneficios esperan?
—Bueno, se harán 27 proyectos que quedarían casi todos dentro de Cañadas de Obregón: carreteras, puentes, un pueblo nuevo si lo aceptan, el acueducto que pasará a un kilómetro de la cabecera para darnos agua sin mucho trabajo, casi apenas abriendo la llave.
Destaca que, con todo y compromiso firmado ante el pueblo de esa delegación, "nos vamos a mantener al margen de cualquier situación ajena a lo que nos compete"; por si fuera poco, en caso de que llegara la solicitud de cambio de uso de suelo para la nueva cortina, "yo no sé si el cabildo nos vaya a respaldar en el compromiso: firmé por mí […] A futuro, no sé cual sea el rumbo que tomen las cosas por la presión del gobierno, ni modo que nos peleemos con la gente, con el gobierno…".
—¿Entonces fue esa firma algo parecido a darles "atole con el dedo" a los vecinos de Temaca?
—Ellos lo saben bien […] Dicen que buscan detener los tiempos para ver si viene otro gobierno y no construye la presa […] Sabemos que, si se hace, nos beneficia, pero ni nos preocupa que se haga o se desista de hacerla; nos quedan apenas unos meses y vendrán nuevas autoridades para decidir qué hacer.
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