¿Por qué el gobierno no hace nada?, la pregunta de los invitados.
Vanesa Robles - PÚBLICO
La primera cara que les mostró el parque Metropolitano, ayer, fue decepcionante: kilómetros de banquetas invadidas por vehículos, unos viejos y destartalados y otros de lujo máximo. Eran tres niños, en su primera cita con el gran jardín. El más grande no pasaba de los doce años de edad. La más pequeña tenía unos nueve años. La de en medio andaba en los diez. Salieron, solos de su casa, en el barrio de San Andrés. Sus padres los armaron con un teléfono celular. Preguntando, llegaron al parque, después de mediodía. Los paró en seco una fila de autos.
En el parque Metropolitano se celebró el Tercer Festival de la Movilidad de las 11:00 am a las 17:00 horas: una invitación a una ciudad con más calidad. Una lucha de hombres y mujeres que en septiembre de 2007 se enojaron por la puesta en marcha del viaducto López Mateos.
En octubre decidieron organizarse para cambiar las cosas. Han hecho juntas, participado en discusiones, tomado acuerdos como ya quisieran muchos políticos. Han visitado a los diputados y exigido a la Secretaría de Vialidad un plan integral que privilegie el transporte colectivo sobre el individual. Bautizaron su movimiento con el nombre Ciudad para Todos.
Todos estaban invitados al festival. Los que no se enteraron de la convocatoria se invitaron en el momento. La afluencia fue continua durante toda la jornada y mayor a la de los eventos anteriores.
Antonio Quezada, uno de los organizadores, explicó que ayer, el fin fue reconocer —y defender— los espacios públicos que han sido diseñados para que los peatones y bicicleteros tengan un espacio.
Etienne Von Bertrab añadió que el principal logro de la organización ciudadana ha sido la integración y toma de conciencia de más gente, que ahora sabe de que si no se toman medidas para dibujar una urbe diferente, todos sus habitantes terminarán asfixiados entre los automóviles.
¿Saben lo que es conciencia? Preguntó un percusionista de los que ayer participaron en la fiesta. “Sí”, dijo un cuarteto de niños atentos, que desde la colonia Miramar llegó al parque en camión, a pasar el día con su familia. “Es darse cuenta de lo que pasa”, dijo la nena mayor, de once años. ¿Y qué pasa? “Que si los carros siguen creciendo, quitan todo el pasto y los árboles para poner estacionamientos”. “Además, los carros machucan”, añadió el más pequeño, de ocho años.
Antes, el cuarteto hizo los cinco talleres infantiles que organizó Ciudad para Todos, sin costo: el de dibujo, del peatón, de bicicleta, de uso adecuado del transporte público y del automovilista responsable.
Sin necesidad de una computadora, los niños y niñas armaban ciudades virtuales llenas de cochecitos de cartón y no tardaban en darse cuenta del caos. Mientras, sus padres recibían información sobre otras urbes del mundo que han encontrado soluciones incluyentes de movilidad. “¿Por qué aquí los del gobierno no hacen eso?” Se escuchaban las voces infantiles y las adultas.
Ese “algo” lo pueden hacer los ciudadanos, a través de la información, sensibilidad y exigencia a las autoridades, dijo más tarde Von Bertrab, en una entrevista. Del Poder Legislativo de Jalisco todavía se esperan cosas positivas: por lo menos que, a través de su voto, eche atrás el viaducto López Mateos, añadió.
Las visitas a los funcionarios del Ejecutivo han sido más bien infructuosas. No han presentado un plan integral de movilidad, porque no lo tienen, lamentó Etienne.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario