domingo, 23 de marzo de 2008

Se busca obtener 1,500 toneladas de pescado al año mediante los arrecifes artificiales


Imagen de la instalación de los primeros bloques de concreto para formar arrecifes artificiales en Barra de Navidad

Juan Carlos G. Partida - LA JORNADA JALISCO

El programa piloto no solamente para Jalisco sino para el país entero, denominado “Proyecto Interinstitucional de Arrecifes Artificiales para la Costa de Jalisco”, tuvo su antecedente en 2004, cuando la Universidad de Guadalajara y las cooperativas pesqueras de la Bahía de Navidad, con los objetivos de mejorar el hábitat marino, incrementar la producción pesquera y crear sitios de refugio para numerosas especies de peces comerciales en estadios juveniles –víctimas frecuentes de las redes de arrastre de la pesquería del camarón–, sembraron en el mar estructuras de concreto armado que sirvieron de base para que el propio océano creara en ellas arrecifes artificiales.

Los resultados fueron tan alentadores, un 30 por ciento en el incremento de la producción pesquera, que dio para que en abril del año pasado se planteara al gobernador Emilio González Márquez y al propio rector de la UdeG, Carlos Briseño Torres, un proyecto ahora sí en forma y que abarcara todo el litoral jalisciense.

A la propuesta se sumaron actores del propio gobierno estatal, como la Secretaría de Desarrollo Rural a través del Instituto de Acuacultura y Pesca de Jalisco, y la Secretaría de Planeación; además, los cinco ayuntamientos litorales: Cihuatlán, La Huerta, Tomatlán, Cabo Corrientes y Puerto Vallarta, así como unos 500 pescadores de las cooperativas pesqueras adscritas a la Federación de Cooperativas Pesqueras de Jalisco. Además se contó con la suma de instituciones federales como la Sagarpa y la Conapesca.

La tramitología durante todo un año fue amplia. Se presentaron dos manifestaciones de impacto ambiental, una para la costa norte y otra para la costa sur del estado, ante la Semarnat, con el fin de obtener las autorizaciones ambientales requeridas para el depósito de los arrecifes artificiales en los sitios seleccionados, además de lograr el fondeo presupuestal para el desarrollo del mismo proyecto.

Finalmente, en febrero pasado se recibió la autorización y recién, la semana pasada, comenzó la colocación de las estructuras de concreto armado que servirán de base para la creación del rico hábitat marino, lo cual tendrá que ser monitoreado permanentemente para determinar los alcances y el éxito general del proyecto.

Según el proyecto ejecutivo presentado por la UdeG, el programa de monitoreo deberá demostrar el impacto ambiental que los arrecifes artificiales generarán en el medio, el impacto socioeconómico, el impacto en la pesquería artesanal, en los procesos biológicos y ecológicos de la plataforma continental del estado, y en la construcción de criterios y lineamientos para la administración y manejo de las pesquerías basadas en arrecifes artificiales.

De acuerdo con los responsables técnicos del proyecto, el rigor y la profundidad de estos estudios y de la obtención de datos serán un aspecto crucial para poder demostrar la efectividad de los arrecifes artificiales y serán fundamentales para sugerir la transferencia de la experiencia a otros lugares de México.

Los costos del programa para el presente año ascienden a 1.5 millones de pesos, que servirán para contratar seis técnicos a un costo de 7 mil pesos mensuales, más un millón en gastos de operación. Para los siguientes años (2009-2012) los recursos requeridos se estimaron en unos 800 mil pesos, ya que el monitoreo no tendrá que ser tan intenso como durante este 2008.

La intención es incrementar a mil 500 toneladas cada año las capturas sobre estos arrecifes, una mayor eficiencia de la actividad pesquera, proteger áreas de crianza de juveniles peces de interés comercial capturados actualmente en la pesquería de arrastre del camarón.

Al tratarse de un programa piloto a nivel nacional no existen antecedentes del uso de arrecifes artificiales a esta escala con fines de manejo pesquero y mejoramiento de hábitat, lo que brinda a Jalisco la oportunidad de tener el liderazgo y la responsabilidad de constituirse en referencia obligada, sentar bases técnicas y lineamientos en materia de impacto ambiental y de administración de pesquerías basada en estos arrecifes artificiales.

Hasta el momento está ya creado el Comité Interinstitucional de Seguimiento, se aprobó el proyecto técnico y su presupuesto para construir los mil 700 módulos arrecifales, el cual absorberá casi 6 millones de pesos, de los cuales el gobierno estatal y federal aportan 4 millones, la UdeG medio millón, los ayuntamientos litorales 250 mil pesos y las cooperativas pesqueras más de un millón de pesos, incluida la mano de obra.

Durante los primeros cinco años deberán presentarse informes anuales, de cuya evaluación por parte de la Semarnat dependerá la continuidad del proyecto.

En la región de Bahía de Banderas se instalarán 500 módulos arrecifales, en la de Chamela 300, en la de Careyes otros 300, en la de Tenacatita 300 y en la de Bahía de Navidad también 300. Los mil 700 módulos están formados por cuatro subestructuras cada uno y serán depositados en diez pangas pertenecientes a las cooperativas pesqueras participantes y al barco BIP V de la UdeG.

Se decidió que cada estructura fuera de concreto armado y pesara unos 800 kilogramos porque es insoluble en agua marina, no se dispersa y no tiene olor, un cemento muy similar al que utiliza Pemex para sus pozos petroleros.

Los beneficiarios directos

En total, en los cinco municipios habitan poco más de 207 mil habitantes de acuerdo con datos del INEGI, un 3.65 por ciento de la población total del estado. En Puerto Vallarta está la concentración más alta, con 112 mil habitantes, en total hay 11 cooperativas de producción pesquera registradas. En Cabo Corrientes habitan apenas 8 mil 744 habitantes, de los cuales el 15 por ciento trabaja en el sector primario (agricultura, ganadería y pesca), existen seis cooperativas.

Tomatlán tiene 33 mil 872 habitantes, de los cuales, 4 mil 853 trabajan en el sector primario; ahí está el playón de Mismaloya, área de reserva de tortuga marina y de fuerte actividad pesquera en general, además del sistema estuarino lagunar Aguadulce-El Ermitaño, la laguna costera de mayor producción pesquera de Jalisco. En total tiene siete cooperativas pesqueras. En el municipio cobra auge la acuacultura.

La Huerta tiene 22 mil 432 habitantes y en su costa está más del 60 por ciento de las embarcaciones pesqueras de la costa sur, a través de las nueve cooperativas que tiene. Finalmente Cihuatlán, con 30 mil 955 habitantes, tiene siete cooperativas que realizan su actividad de pesca dentro de la Bahía de Navidad, especialmente en los poblados de Barra de Navidad y San Patricio Melaque.

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