Ahora los ejidatarios acordaron la inclusión de otras cláusulas y el trayecto de la próxima semana buscarán una entrevista con el síndico Hugo Zamora de Anda para notificarles de las observaciones de la agrupación.
Las observaciones que hicieron los ejidatarios y que plantearán como inclusión de cláusulas son el que la vigencia del convenio no sea de 5 años como propone el Ayuntamiento, sino por tiempo indefinido, informó el representante Jesús Márquez Antimo.
Otra más es que cuando la planta tratadora de aguas residuales no funcione o presente fallas, se permita al Ejido Lagos recurrir a las aguas residuales de los colectores que atraviesan por el río Lagos, para no interrumpir el riego de sus cultivos.
También plantearon que esta agrupación tenga el control del manejo de las compuertas de los colectores que conducen agua a la presa “La Esmeralda”, almacén de los ejidatarios.
En cuestión económica, acordaron que el ejido sea el único responsable de la distribución del agua a todos los demás y pagar 30 pesos por hectárea regada con el agua tratada.
Además, se solicitará que el convenio integre las firmas de los representantes de dependencias Comisión Nacional del Agua (CNA) y la Comisión Estatal de Agua (CEA).
El presidente del organismo realiza por el momento un estudio para conocer la distancia que existe entre la planta tratadora de aguas residuales y el centro de distribución del líquido denominado “Presa La Esmeralda”.
Sobre los señalamientos de que los agricultores de este ejido obstruían los colectores de aguas residuales y como consecuencia impedían que el líquido llegara en su totalidad a la planta tratadora de aguas residuales y por ende no trabajara al máximo de su capacidad, Márquez Antimo respondió que el titular de SAPAL desconocía de que ellos cuentan con un título de concesión expedido por la CNA desde 1935, que les autoriza el represar el agua y utilizarla con el fin de riego de cultivos.
Agregó que la acciones implementadas por personal de SAPAL a la altura del rancho “El Colorado” el miércoles 19 de marzo pasado y publicadas por a.m. el jueves 20 de ese mes, ocasionó un daño en 150 hectáreas de las 300 en la que siembran alfalfa, sorgo y maíz para consumo animal.
Agregó que afortunadamente la repercusión no fue tan grave, sólo en el 30 por ciento de la zona cultivada.
Subrayó que ellos son los más interesados en regar los sembradíos con aguas tratadas y mejorar la calidad de la pastura que cultivan.
Incluso, resaltó que ya existe una propuesta de sembrar hortalizas a partir de que reciban el agua tratada de la planta del municipio.
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