Accionar de pipas municipales implica desperdicio de agua y más contaminación.
Pipas regando en el día, una imagen cotidiana de desperdicio de agua. Foto: Humberto Muñiz
Dolores Reséndiz - PÚBLICO
Son las diez de la mañana y una pipa del ayuntamiento tapatío riega el camellón de avenida Federalismo. Atrás, una fila de vehículos circula a vuelta de rueda, el que les permite la unidad municipal que encabeza la hilera, mientras que el sol cae intenso sobre los hombros del empleado que va dirigiendo la manguera a las áreas verdes del centro de la calle, que si durara un poco más en el lugar vería cómo se evapora gran parte del agua por la acción del astro rey.
La imagen es una constante en esta temporada de calor en distintas avenidas del municipio, y al mismo tiempo una evidente violación a los programas acordados entre estado y municipios para mejorar la calidad del aire en la ciudad y las políticas de cuidado del agua.
El director de Ecología en Guadalajara, Francisco Javier Ochoa Covarrubias, reconoce el riego en horarios inconvenientes, pero al mismo tiempo justifica la falta: no hay personal que trabaje en turnos nocturnos, horario idóneo para el riego del pasto.
“Lamentablemente no tenemos, por cuestiones sindicales y laborales, personal suficiente en Parques y Jardines para que atienda estas actividades en el turno nocturno. Es cierto, tenemos considerado que los riegos deben ser en las primeras horas de la mañana si no se puede en la noche, pero a veces no hay disponibilidad de unidades o personal”, argumentó Ochoa Covarrubias.
Y aunque se trata de un argumento gastado por varias administraciones municipales, hasta la fecha es un problema sin solución y violatorio al Plan de Estiaje y al Programa Mejor Atmósfera, propuestos por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades) y avalado por los ayuntamientos de la zona metropolitana.
María Elena Zúñiga Alvarado, coordinadora de Enlace Intersectorial de la Dirección de Auditoría y Monitoreo Ambiental en la Semades, confirma el daño que provoca la negligencia del ayuntamiento.
“Los municipios y los órdenes de gobierno estatal y federal han llegado a estos acuerdos dentro del Cemaire [Consejo para el Mejoramiento de la Calidad del Aire]: ya lo saben todos los municipios. En este caso, se trata de una falta ecológica, tanto por la generación de emisiones por congestionamiento vial, como por la evaporación del agua que, todos sabemos, es mayor cuando hay presencia de calor”, explicó la funcionaria estatal.
Los programas mencionados obligan a los ayuntamientos a evitar el uso de vehículos municipales durante lapsos en los que el tráfico se incrementa en las calles. Además, entre los acuerdos, está el que los municipios acaten que el riego de áreas públicas deberá aplicarse en itinerarios donde el agua tenga mayor aprovechamiento.
Zúñiga Alvarado refiere que no existen sanciones para aplicarlas entre los ayuntamientos que incumplen los acuerdos citados; sin embargo, en los casos donde se confirma que el municipio falta a sus compromisos, la Semades sí puede emitir extrañamientos.
Para la última semana de mayo se espera el reporte de los municipios y la propia Semades sobre el seguimiento al Plan de Estiaje 2008. Será cuando se conozca si los ayuntamientos están llevando a cabo las acciones dispuestas y, en caso contrario, se presente el extrañamiento por los acuerdos vulnerados.
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