domingo, 8 de junio de 2008

Cae 85% polución de grandes empresas


Instalaciones de la tequilera González González, empresa que hace un par de semanas fue multada por verter descargas fuera de norma en el drenaje de la ciudad. Foto: Felipe Salgado

Agustín del Castillo - PÚBLICO

Hace diez años, todavía era común que los colectores de la colonia del Fresno quedaran destrozados en pocos minutos, luego de una descarga masiva y puntual de materia orgánica a alta temperatura y PH (acidez) proveniente de la vieja fábrica de alimentos de Arancia CPC, una de las 20 principales contaminadoras de agua de la ciudad. Eventos similares se vivían en otras zonas con grandes factorías, y eran dolor de cabeza habitual para el organismo operador.

La historia ha cambiado espectacularmente a favor del medio ambiente, pero no del todo. El 27 de mayo pasado, la destiladora de tequila González González, también del grupo de las 20 grandes, derramó melaza a los colectores y produjo 100 por ciento de explosividad en cien metros de alcantarillado de la colonia Circunvalación Belisario Domínguez, lo que motivó la clausura de las instalaciones y un largo trabajo de limpieza en la red de la zona.

A fin de cuentas, la empresa pagó una multa de 150 mil pesos y se debió comprometer a restaurar la red. Aunque el susto a los vecinos quién se los quita.

En realidad, el pico más alto de contaminación que vertieron esa veintena de empresas enclavadas en la zona metropolitana de Guadalajara (ZMG) se registró en 1999, cuando en conjunto emitían hacia los colectores poco más de 90 toneladas diarias de contaminantes medidos como demanda química de oxígeno (DQO), es decir, alrededor de 22 por ciento del volumen total de la ciudad (que ronda desde entonces 400 toneladas diarias de DQO).

Para 2006, el éxito en la reducción de sus descargas era notable: apenas doce toneladas diarias, 3 por ciento del total generado por la urbe.





El resultado es fruto de un intenso programa de trabajo coordinado por el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), que ha significado inversión millonaria en plantas de tratamiento, adopción de esquemas de reutilización de aguas residuales en los procesos de las fábricas, así como una política de sanciones a todo el que rebase las “condiciones particulares de descarga” fijadas por el organismo operador.

“Estamos aplicando un proceso de vigilancia que nos lleva a muestrear casi 400 empresas dos veces por año, las cuales son seleccionadas por la carga de contaminantes o bien por el volumen, entre giros industriales, comerciales y de servicios”, señala la bióloga María de Lourdes Ávalos Vaca, jefa de la sección de vigilancia de descargas, adscrita a la gerencia de saneamiento del SIAPA.

La DQO es la cantidad de oxígeno que necesita cualquier organismo para “oxidarse” o descomponerse, es decir, integrarse al ecosistema acuático que lo recibe. Como es lógico, a mayor demanda de oxígeno por parte de la materia extraña recién descargada, los organismos vivos que habitan el cuerpo de agua tendrán menos oxígeno disponible y pueden morir de asfixia. Básicamente, un cuerpo de agua poco oxigenado está “contaminado”, aunque hay otro tipo de desechos, que no son orgánicos y no se pueden descomponer tan rápido, que también son contaminación.

Los totales

De cinco mil establecimientos que se estima existen en la ZMG, hay en total casi cuatro mil giros registrados en el área donde el SIAPA da los servicios de agua y alcantarillado (90 por ciento del territorio de la ciudad); hace diez años, eran apenas 2,400 las empresas regulares, y fue entonces que se identificaron los 20 principales emisores, responsables en esas fechas de 65 por ciento de lo que arrojaban los usuarios no domésticos a la red de alcantarillado (Público, 18 de enero de 1999, y 28 de abril de 2000).

Para María de Lourdes Ávalos, el descenso de más de 85 por ciento del DQO en esa élite de 20 factorías demuestra que los controles crecientes han tenido frutos; admite que la exigencia de procesos de calidad, sobre todo para empresas que compiten en el mercado global, ha sido otro elemento aliado para avanzar en la disminución del daño a los ecosistemas naturales.

Estas grandes empresas corresponden a diversos giros, desde procesadoras de alimentos (Arancia CPC, que invirtió cerca de cinco millones de dólares en sus procesos de saneamiento) hasta aceiteras, cerveceras, refresqueras y pasteurizadoras (ver gráfico anexo).

El accidente que le sucedió a la destiladora de tequila González González, SA, revela que no se puede bajar la guardia en materia de monitoreo e inspección, pues de otro modo, los avances son siempre precarios y provisionales.

Jorge Santoyo Ornelas, jefe de la sección de monitoreo, agrega que a diez años, se tienen mejores condiciones para garantizar información oportuna que permita disminuir el riesgo de eventos como el del 22 de abril de 1992, cuando una explosión en el colector oriente ocasionó la muerte de 208 personas en el sector Reforma. Además de las inspecciones periódicas a las empresas que concentran la mayor parte de las descargas, se tiene el sistema automático de monitoreo sobre 28 puntos de la red de colectores citadina, a lo que se suman una creciente tendencia ciudadana a la denuncia y la experiencia acumulada, como factores que refuerzan la prevención.

Ahora, ¿por qué la ciudad no redujo emisiones pese a este recuento de reducciones de descargas? Si bien se dejaron de arrojar en promedio 78 toneladas de DQO, la creación de nuevas industrias, la ampliación de la zona donde brinda el servicio el SIAPA y el crecimiento constante de la ciudad se han encargado de que las cifras totales de hace diez años se mantengan más o menos estables. Esto quiere decir, sin duda, que si la historia de controles no fuera exitosa, Guadalajara estaría produciendo hasta 20 por ciento más volumen de contaminantes.

No obstante, la estadística que acredita ese recuento exitoso de controles, demuestra que pueden darse variaciones en las descargas: en realidad, fue 2004 el año en que se generaron menos descargas: ocho toneladas de DQO. Desde entonces, la contaminación volvió a crecer. Esto obliga a una constante vigilancia del cumplimiento de las normas, reconoce el organismo.

Los domésticos

Del otro lado, el SIAPA tiene registradas más de 900 mil cuentas de “usuarios domésticos”, que producen más de 300 de las 400 toneladas diarias de DQO generadas por la ciudad. En este caso, no ha habido desde hace diez años más que un modesto principio de solución: el de la planta de tratamiento existente en río Blanco, en Zapopan, que entró en operación hace seis años y en el nuevo proceso de saneamiento integral de las aguas negras de la ciudad, será necesario ampliarla y modernizarla, pues los asentamientos humanos siguen creciendo en aquel extremo citadino.

Este proceso de cambio es urgente en lo ambiental y lo legal. Las normas oficiales mexicanas en materia de descargas planteaban para 2000 el inicio de los procesos de saneamiento en las ciudades con más de 50 mil habitantes. En el Plan Nacional Hidráulico, las dos metas primordiales del sexenio son que la ciudad de México y Guadalajara al fin viertan aguas tratadas a los ríos, mientras la industria está obligada a sus propios procesos. 400 toneladas diarias de DQO, o cerca de diez mil litros por segundo de aguas contaminadas, es el tamaño del problema.

La tarea de controlar aguas grises en el drenaje de la zona metropolitana

El SIAPA mantiene un programa de monitoreo permanente sobre casi 400 empresas que tiene detectadas como principales fuentes de emisiones a los colectores, sea en materia orgánica (como las 20 gigantes consumidoras de agua) o sea en desechos tóxicos. Estas factorías son inspeccionadas dos veces al año, y corresponden a giros industriales, comerciales y de servicios, para determinar si cumplen con la norma oficial mexicana NOM-002-ECOL-2003

Aparte de este programa, existe también de forma permanente otro de atención a denuncias y de monitoreo que incluye los 22 puntos de la red automática (en servicio hace más de diez años), que permite detectar anomalías en la calidad de las descargas y prevenir daños o desastres

Una empresa que maneja descargas debe tener un sistema de tratamiento, trampas de grasas, fosas de sedimentación y otros aditamentos técnicos. El SIAPA exige a los giros que el “pozo de visita” se ubique afuera de la compañía para facilitar las inspecciones

Las “empresas-problema” cuentan con un historial armado con base en lo que se detecta de emisiones constantes y accidentales al drenaje, denuncias de colonos y sanciones acumuladas

Para el SIAPA, la clave es que la empresa en cuestión no puede rebasar los límites fijados en sus “condiciones particulares de descarga”, que es lo máximo permitido por el organismo operador para que ingrese a la red. Rebasar las condiciones particulares lleva a la destrucción de infraestructura o problemas de explosividad

La compañía que rebasa sus límites, entra en “índice de incumplimiento”; el cual contempla que a más descargas aumentan las sanciones, lo mismo si se trata de desechos peligrosos, como los metales pesados, según lo establece el propio tabulador de sanciones

Alrededor de 25 por ciento de las descargas al drenaje de la zona metropolitana de Guadalajara, medidas como “demanda química de oxígeno”, proviene de giros no domésticos

Los giros que manejan más volumen de agua, y son responsables de emitir más DQO, son las procesadoras de alimentos, de refrescos y cerveza

A los anteriores se suman las industrias destiladoras; los centros comerciales, tiendas de autoservicio y hoteles: los autobaños, las lavanderías, los laboratorios, los rastros

Desechos peligrosos pueden provenir de la industria metal-mecánica, de las tenerías, las fábricas de pintura y en general las que tienen procesos químicos. Las gasolinerías y los talleres mecánicos pueden ser peligrosos, pero son los giros más vigilados a escala municipal y por Protección Civil

De cualquier modo, las plantas de tratamiento que se construirán para sanear las aguas negras de la ciudad, que se contempla terminar para dentro de unos tres años, deberán estar preparadas para recibir eventuales emisiones de descargas de la industria; su caracterización incluye la posibilidad de tratar esos desechos de forma adecuada, para evitar daños al ambiente.

No hay comentarios.: